Tras casi una década de investigación, algunos misterios del 'caso Taula' se van resolviendo. La denunciante de la trama, la actual consellera de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática de la Generalitat Valenciana, Rosa Pérez Garijo, ha relatado en el juicio por las piezas separadas B y F los pormenores de las pesquisas que realizó tras obtener un lápiz de memoria con diez horas de grabaciones efectuadas en secreto durante años por Marcos Benavent, autodenominado 'yonqui del dinero' y exgerente de la empresa pública de la Diputación de Valencia erigida en epicentro de la trama corrupta.
“Me acuerdo de mi pareja diciendo: tienes dos bebés, esto es una locura”, ha relatado Pérez Garijo en su declaración como testigo ante la sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia.
La denuncia inicial de la entonces diputada provincial ante la Fiscalía Anticorrupción fue registrada el 31 de julio del 2014. Varios meses antes, en unas fechas que no ha podido concretar dado el tiempo transcurrido, un histórico de la izquierda valenciana le hizo llegar que una 'garganta profunda' pretendía aportar información sobre una supuesta trama de corrupción que afectaba al entonces presidente de la Diputación de Valencia, el popular Alfonso Rus.
La testigo ha desvelado que el intermediario fue Agustí Cerdà, exsecretario general de Esquerra Republicana del País Valencià (ERPV), oriundo de Xàtiva, la localidad de la que Rus fue alcalde entre 1995 y 2015. “Me dijo que tenía información que me podía interesar, era bastante común porque todo el mundo sabía que yo investigaba y denunciaba todas las cuestiones que no estaban claras”, ha dicho en referencia a su papel como diputada de Esquerra Unida en el marco de una oposición “férrea” en la institución provincial.
Agustí Cerdà le presentó a un tal Mariano López como un “empresario modélico”. Se trataba del presidente de la patronal de Xàtiva. “Fueron meses de conversaciones, Mariano al principio no nos contaba todo”, ha declarado a preguntas de uno de los letrados de las defensas. Al principio no se fiaba demasiado (“venía mucha gente a hablar con nosotros pero luego no había nada”, ha recordado) pero el hombre insistía en que “había algo muy gordo”. “Si tienes las pruebas, nos las das”, le decía su interlocutora.
Hubo “muchas reuniones” con Mariano López, que “luego fue contando” más datos. Así se enteró de que el empresario también era el exsuegro de Marcos Benavent. Aún no terminaba de fiarse, y más por su condición de exsuegro: “Al final no sabías si era una fantasmada, era tan fuerte lo que contaba”.
Sin embargo, la inesperada 'garganta profunda' dio un paso de gigante que daría pie a la macrocausa judicial conocida más tarde como 'caso Taula'. Mariano López, según ha confirmado la testigo, le entregó un lápiz de memoria con los audios secretos de su exyerno, Marcos Benavent. “Diez horas de grabaciones de gente que tiene muchísimo poder”, ha descrito Rosa Pérez Garijo sobre los registros sonoros clandestinos a destacados dirigentes del PP valenciano como Alfonso Rus.
“La verdad es que era muy impactante”, ha afirmado. Mariano López “contó que un día estando en su chalet o en una casa que era suya había abierto el ordenador, había abierto eso [los audios] y se había asustado muchísimo”, ha relatado.
Los audios de Benavent: una “bomba”
En realidad, la situación era mucho más compleja. El empresario le confesó que era el propietario de una empresa adjudicataria del servicio de 'call center' de la Diputación de Valencia y aseguró que “le estaban haciendo la vida imposible porque esa licitación estaba preparada para otra empresa”. De hecho, Mariano López es uno de los acusados en la pieza separada D del 'caso Taula' por las irregularidades en la adjudicación de aquel contrato, en un juicio señalado para los próximos meses de abril y junio en el que compartirá banquillo con Alfonso Rus.
Unos días después de obtener los delicados audios, la diputada provincial de Esquerra Unida comunicó al entonces fiscal anticorrupción, Vicente Torres, que estaba preparando una denuncia. Lo hizo, según ha declarado, por una “cuestión de seguridad”, por “si pasaba algo”. “Había cierto miedo a lo que teníamos ahí, sabes que tienes una bomba”, ha recordado.
Además, el papel de Mariano López era misterioso. “En un primer momento no quería bajo ningún concepto que se supiera que lo daba él”, ha dicho en referencia al explosivo lápiz de memoria.
El hombre sostenía que su exyerno era un “corrupto”. “A nosotros eso nos sorprendió mucho porque la imagen que teníamos de Marcos Benavent era totalmente diferente de lo que estaba contando, nos había pasado información y cuando hablaba con nosotros trataba a los otros [a sus correligionarios del PP] como indecentes”, ha recordado Rosa Pérez Garijo. El aludido, conocido como el 'yonqui del dinero', escuchaba la declaración de la denunciante sentado en el banquillo de los acusados a poca distancia de Alfonso Rus.
El empresario, finalmente, acabó declarando ante el fiscal y aportó un segundo 'pen drive' con los mismos audios, además del ordenador en el que los había encontrado. La testigo ha negado que se manipularan los audios, tal como sostiene la defensa del 'yonqui del dinero'. “Del 'pen drive' no tocamos absolutamente nada”, ha dicho. El exsuegro aportó la misma versión en el juicio anterior por la pieza separada J: “Yo no las he manipulado ni he visto a nadie manipularlas”, dijo en su declaración.
“Verificar mucha información”
Hasta el 31 de julio del 2014, cuando se presenta la primera denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción, la diputada provincial inició unas pesquisas junto con su asesor, José Manuel Sanz, que también ha comparecido como testigo por videoconferencia. Ambos contrastaron los datos que proporcionó Mariano López con fuentes abiertas (fundamentalmente, el Registro Mercantil) y solicitaron los expedientes de las adjudicaciones sospechosas.
“Lo primero que hicimos con las herramientas que teníamos fue verificar mucha información, situar las cosas y ver el tipo de documentos y de archivos”, ha declarado Sanz. La diputada provincial y su asesor se dividieron la transcripción de las diez horas de grabaciones “por una cuestión lingüística”. Mientras que Rosa Pérez se encargó de las conversaciones en valenciano, Jose Manuel Sanz lo hizo con los diálogos en castellano. “A partir de los audios, obtenemos información complementaria y rastreamos los expedientes”, ha explicado Sanz.
Los letrados de algunas defensas han intentado ahondar en la cadena de custodia de los audios, que ha sido validada por la sentencia de la pieza J del 'caso Taula'. También han insistido en las filtraciones de algunas de las grabaciones a los medios de comunicación. “Cuando presentamos la denuncia, guardamos un silencio absoluto porque así se nos pidió, hasta que la Fiscalía nos comunicó que por fin se había trasladado denuncia ante el Juzgado de Instrucción, fuimos muy celosos de la información”, ha defendido Rosa Pérez Garijo.
Uno de los letrados ha exhibido algunos correos electrónicos intercambiados entre la entonces diputada provincial y su asesor para intentar ahondar en la tesis de las filtraciones a la prensa. Sin embargo, el presidente del tribunal ha cortado esa línea del interrogatorio: “Sobre lo que hacen a partir de que han presentado la denuncia no veo qué trascendencia tiene”, le ha espetado el magistrado. “La causa era secreta y se estaban filtrando cosas a la prensa”, ha protestado el abogado, que consideraba que minaba “la credibilidad de la testigo”.
Las pesquisas iniciales, tras la obtención del lápiz de memoria, propiciaron la investigación de Anticorrupción y de la Unidad central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que se ha saldado con una instrucción dividida en casi una decena de piezas separadas. De momento, sólo se ha dictado sentencia en el juicio de la pieza J, en el que la sección quinta de la Audiencia Provincial de Valencia condenó al 'yonqui del dinero' a casi ocho años de prisión por los delitos de blanqueo y falsedad en documento público, un fallo pendiente de recurso ante el Tribunal Supremo.
“Se tenía la sospecha de que en la Diputación de Valencia todo era como era, desde el primer día; nos pasamos toda la legislatura investigando”, ha concluido la testigo. En la sala, se ha cruzado un breve saludo —“hola”— con Marcos Benavent, al que conoció hace más de una década antes de que se autodenominara 'yonqui del dinero'.