El Oceanogràfic de València centrará su campaña anual en los tiburones, con más de cien ejemplares de más de 20 especies que conforman la “colección más amplia y diversa de Europa y probablemente una de las mayores del mundo”. Se difundirá de “forma transversal” por los diferentes acuarios y dependencias de sus instalaciones con el objetivo de “desmitificar la etiqueta de peligroso” de este animal y concienciar sobre la necesidad de protegerlo.
Así lo han explicado este miércoles la presidenta de la Fundación Oceanogràfic, Celia Calabuig; su director general, Eduardo Nogués; y el conservador de peces e invertebrados Mario Roche. El director general del acuario ha aseverado que, al mostrar la “belleza y diversidad” de los tiburones“, pretenden ”desmitificar la etiqueta de peligroso“ que el cine ha vinculado a estos animales, cuando en realidad las ”posibilidades de que ataquen son bajísimas“ y no son ”nada peligrosos“.
Además, la campaña de 2019 “no solo es un expositor” sino un “elemento de concienciación” sobre “las amenazas del mar que acechan” a estos escualos para “protegerlos mejor”. Sobre este punto, la presidenta de la fundación ha advertido que los tiburones “están en riesgo” y son “muy importantes” en la cadena trófica y, por extensión, para los seres humanos.
“Hay que concienciar sobre lo que el mundo marino nos aporta”, ha recalcado. Para ello, se ha diseñado un “conjunto enorme de actividades” que completarán la visita a los tiburones, con una “fantástica agenda de conferencias” y recreaciones artísticas que incluyen un trabajo fotográfico sobre la relación entre los cuidadores y los animales, ha explicado el director general del acuario.
También habrá unos huevos en los que se abrirá una “ventana” a través de la cual se podrá “asomar al interior y ver al embrión” de tiburón, su desarrollo y cómo se mueve. Asimismo, se podrá dormir entre tiburones, entre otras propuestas.
En palabras del conservador Mario Roche, los tiburones son una de las “criaturas más fascinantes del océano” y, “a pesar de que están aquí desde antes de los dinosaurios”, “no dejan de sorprendernos” con su morfología o costumbres.
Por ejemplo, ha detallado que el tiburón todo puede pesar más de 200 kilos y practica el “canibalismo intrauterino”, por lo que los embriones se devoran unos a otros en el vientre materno.
Por su parte, el tiburón angelote o alfombra “se ha aplanado” en su morfología. “No son grandes nadadores” y, por ello, los visitantes “la mayoría de las veces lo encontrarán descansando”. También hay tiburones martillo, dos machos y dos hembras, una “especie muy conocida pero poco frecuente en acuarios”.
En las instalaciones también puede observarse tiburones cebra, que “se alimentan de huevos de otros tiburones”, un atributo que “se ha constatado por primera vez en el Oceanogràfic”.
El equipo de acuaristas del Oceanogràfic ha desgranado algunas de las particularidades de la alimentación de los tiburones en el acuario. Los animales son entrenados desde crías para comer los alimentos que se les asignan y no los de otras especies. Esto se consigue enseñándoles a la hora de comer, a base de repetición y con premios, que deben comer en superficie, en el fondo o de determinado tubo con unas características.
De esta forma, se les educa para que no “roben” de otra especie. En esta tarea, los cuidadores deben apuntar el aporte vitamínico y nutricional de cada ejemplar, si comen un día o desdeñan el alimento.
En pizarras, dejan constancia de los detalles de la alimentación de cada uno de los animales, a los que tienen identificados por sus atributos físicos (tamaño, manchas y marcas).
Según han explicado, esta información se actualiza cada mes, porque el aspecto de los tiburones puede ir cambiando. Si algunos tiburones pasan semanas sin comer, esto no es necesariamente “alarmante”, han ilustrado los expertos del Oceanogràfic, ya que en su hábitat natural pueden pasar meses sin comer. En el acuario valenciano, les proporcionan “más comida de la necesaria”, para evitar que no cacen o roben comida a otros animales.