La Confederación del Júcar inicia la retirada de peces en los embalses de Beniarrés y Ulldecona para garantizar la calidad del agua

La Confederación Hidrográfica del Júcar, inicia la retirada de peces en los embalses de Beniarrés (río Serpis) y Ulldecona (río Sénia) con el fin de evitar una mortandad masiva de especies piscícolas y garantizar la calidad del agua, tanto para abastecimiento urbano como para regadío. El organismo ha decidido adoptar esta medida de urgencia dado el bajo registro de agua almacenada en ambos embalses, alrededor del 14% en Beniarrés y apenas un 1% en Ulldecona, y a tenor de los resultados obtenidos en los últimos muestreos realizados, que reflejan un preocupante descenso de los niveles de oxígeno. También se han intensificado las labores de control y vigilancia en otros embalses de la Demarcación, que se encuentran en una situación más sensible a los efectos de la sequía, como Bellús (río Albaida) y María Cristina (rambla de la Viuda).

La extracción de peces en el embalse de Beniarrés comenzó la semana pasada y, después de unos días de trabajo, la actividad se ha trasladado hasta Ulldecona este mismo martes. Mientras se inician las labores de retirada en esta masa de agua del norte de la Demarcación, en Beniarrés se abre un periodo de normalización de siete días, que tiene el objetivo de conocer cómo han incidido las primeras jornadas de despesque sobre el comportamiento de la fauna piscícola y los niveles de oxígeno en el agua embalsada.

De este modo, los trabajos de extracción se irán alternando y está previsto que la próxima semana los despesques se realicen en Beniarrés, mientras que en Ulldecona se realizarán labores de batimetría para cartografiar el vaso del embalse. Por el momento, la previsión es que los trabajos se prolonguen durante las próximas semanas, pero no hay una fecha cerrada para marcar el final de las labores de retirada de peces. “Es la primera vez que realizamos una actuación de estas características y es difícil saber cuándo terminaremos. El rendimiento de pesca varía según el día y también se dedica mucho tiempo a la selección de las especies que queremos retirar”, explican desde la Comisaría de Aguas de la CHJ.

Las labores de retirada piscícola combinan diferentes técnicas. Sobre la lámina de agua se han instalado varios trasmallos fijos que son revisados y vaciados cada día, mientras que en otros puntos del embalse se realiza pesca de arrastre, que permite obtener un mayor rendimiento con un acceso directo desde las orillas. Estos métodos de captura se utilizan tanto en Beniarrés como en Ulldecona, aunque en el primero también se ha practicado la pesca eléctrica desde una embarcación, debido a la mayor densidad piscícola presente en las aguas.

Cabe recordar que los despesques se están realizando en coordinación con la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, administración competente en materia de fauna, y con una comunicación constante con los ayuntamientos de las zonas de influencia de los embalses en los que se está actuando. También se ha informado a las principales asociaciones ecologistas del territorio sobre la programación y ejecución de estas labores de retirada piscícola selectiva.

Estas actuaciones se realizan con el objetivo de evitar una mortandad generalizada por anoxia y priorizando la supervivencia de las especies piscícolas autóctonas. “El objetivo es retirar la mayor cantidad de peces posible, solo así podremos ganar seguridad en cuanto a calidad ambiental, porque, además, las previsiones no son buenas y todo apunta a que seguiremos perdiendo agua en los embalses”, indican desde la Comisaría de Aguas, al mismo tiempo que destacan que los peces retirados del embalse se gestionarán “según lo establecido por la legislación vigente”.

Los trabajos se llevarán a cabo teniendo como base los resultados obtenidos en el seguimiento de la biomasa piscícola que la Confederación ha llevado a cabo en los últimos años en los principales embalses de la Demarcación, utilizando las mejores técnicas disponibles de ecosondeo con sonda multihaz, lo que ha permitido conocer la biomasa piscícola disponible en cada embalse y su distribución por especies.

Asegurar la calidad del agua

La decisión de efectuar las labores de despesque se ha tomado después de conocer los últimos resultados de los muestreos realizados en los embalses para conocer los niveles de oxígeno, unas labores de control y seguimiento que se han ido intensificando desde hace unas semanas. “Controlamos los niveles de oxígeno porque son básicos para la vida de la fauna piscícola, pero también estamos alerta con la proliferación de algas y el exceso de nutrientes, ya que pueden agravar y acelerar el problema”, comentan fuentes de la CHJ.

Además de prevenir la producción de una mortandad mayor, los despesques tienen un claro objetivo ambiental: asegurar la garantía de calidad del agua embalsada. “Teníamos que actuar a tiempo, antes de que comenzaran a aparecer peces muertos que pudieran producir problemas en la calidad del embalse por la pudrición de la materia orgánica. Si se hubiera llegado a esta situación, la solución hubiera sido mucho más complicada e incluso prolongada en el tiempo”, explican desde la Comisaría de Aguas.

No se descartan despesques en otros embalses

Las labores de seguimiento y control también se han intensificado en otros embalses de la Demarcación, priorizando aquellos que están localizados en zonas con problemas de escasez hídrica o bien donde los problemas de eutrofización obligan a intensificar su vigilancia en época de sequía. De esta manera, embalses como Bellús y María Cristina están siendo visitados regularmente para comprobar cómo evoluciona la calidad de sus aguas. “Son los embalses que más nos preocupan porque los niveles de agua almacenada son muy bajos, aunque por el momento los valores son de normalidad”, subrayan fuentes del Organismo.

Por estos motivos, desde la Confederación no se descarta que próximamente se puedan iniciar labores de despesque en algunos de los dos embalses mencionados anteriormente u otros. “Estamos preparados para actuar con la máxima celeridad posible, siempre con el objetivo de preservar la calidad de las aguas y evitar una elevada mortandad de la fauna piscícola”.