El área de Carreteras de la Diputación de València ha comenzado ya las obras de mejora de la carretera CV-395 en el tramo comprendido desde el punto kilométrico 50,2 al 47,4, entre las glorietas de enlace con la CV-35 y de intersección con la CV-345.
En total, el tramo afectado tiene una longitud de 2,8 kilómetros y un trazado en línea recta, y presenta una deficiencia del firme en el carril izquierdo de la carretera, sentido hacia la CV-35, con roderas de diferentes grados acompañadas de grietas estructurales, así como la presencia de hundimientos localizados y desprendimientos.
“Se trata -afirma la diputada de Carreteras, Reme Mazzolari- de una actuación destinada a incrementar la seguridad de la vía, ya que un firme irregular supone un peligro potencial para los vehículos” y ha adelantado que “si no hay ningún contratiempo, la vía se abrirá al público el día 4 de abril, una vez finalizada la obra”.
Para la reparación, el firme se reciclará in situ con cemento, ejecutando posteriormente un refuerzo sobre la totalidad de la plataforma. Esta técnica permite la reutilización de todos los materiales, reduciendo el consumo de materias primas y el transporte, y en consecuencia, reduciendo sensiblemente la emisión de gases de efecto invernadero. Se estima que esta intervención ha permitido una reducción cercana a 100 tn de CO2 equivalente respecto de las técnicas de construcción convencionales, lo que supone una disminución del 25% de las emisiones generadas.
En este sentido, Mazzolari, también vicepresidenta de la Diputació, afirma que “de esta manera, la actuación es mucho más sostenible que las clásicas que consisten en sustituir los materiales deteriorados, y tiene las mismas garantías de seguridad” y avanza que “el propósito es replicar esta técnica en aquellas intervenciones que lo permitan, para rebajar el impacto ambiental de las obras de mantenimiento de la red provincial”.
En la misma línea, está previsto el empleo de cemento puzolánico de bajas emisiones en el reciclado del firme, cuyo proceso de fabricación requiere una temperatura inferior al cemento convencional, reduciendo también en este proceso la huella de carbono.