El gobierno de Vinaròs del socialista Guillem Alsina pendía de un hilo desde su investidura en minoría, y finalmente caerá. Era cuestión de tiempo que finalmente los concejales de la extrema derecha de Vox entraran en el pacto al que ya llegaron en su momento PP y el Partido de Vinaròs Independent (PVI) para dar la alcaldía a esta formación minoritaria.
De este modo la lista más votada, la del PSPV, no podrá mantener la alcaldía durante toda la segunda legislatura ya que cuenta solo con el apoyo de sus 9 concejales y 1 de Compromís, mientras que la oposición finalmente se ha unido con 7 del PP, 2 de PVI y 2 de Vox. En la constitución del ayuntamiento el pasado mes de julio la falta de acuerdo con Vox -que votó a su propio candidato- impidió la investidura de María Dolores Miralles (PVI), lo que posibilitó que Alsina mantuviera la vara de mando, que únicamente habrá sido por cinco meses más.
Así PP, PVI y Vox ya han presentado en el registro municipal la moción de censura que se celebrará el 29 de diciembre, y que argumentan por “la incapacidad del gobierno municipal de aprobar un presupuesto para el año 2024 después de ni tan siquiera haber aprobado el presupuesto municipal para el año 2023 y que ha provocado que el Ayuntamiento de Vinaròs esté todavía con el presupuesto de 2022 prorrogado”.
En un comunicado el todavía alcalde Guillem Alsina ha asumido que será apartado de la alcaldía y únicamente ha querido agradecer a sus concejales su trabajo así como también a los vecinos de Vinaròs “que nos han apoyado de manera mayoritaria en cada convocatoria electoral”.