La conselleria de Territorio y Medio Ambiente ha presentado a exposición pública tres nuevos plantes de prevención de incendios (Vall d'Alba, Requena y Crevillent) que apuestan por los cortafuegos y, según denuncia Acció Ecologista-Agró, con un fuerte impacto sobre el medio. De igual forma, lamentan que estos tres planes mantienen la política de “recortes en vigilancia y disuasión”, es decir, Conselleria “sigue descuidando la verdadera prevención”.
En conjunto, Medio Ambiente prevé destinar unos 75 millones de euros en la apertura y mantenimiento de cerca de 10.000 kilómetros de cortafuegos, “mientras las inversiones en la prevención de las causas de los incendios y en vigilancia son muy inferiores”, según indicaban los ecologistas.
Precisamente, Acció Ecologista Agró presentó alegaciones a los tres nuevos planes de prevención de incendios diseñados por Conselleria. Así, denuncian que Medio Ambiente dedica las mayores inversiones a la realización de cortafuegos y la eliminación de vegetación, “con un gran impacto y con una discutida y no demostrada efecacia”. Mientras, apuntan, “se recorta la normativa de protección ambiental y los efectivos destinados a la vigilancia y verdadera prevención”.
Proyecto en Requena
En la demarcación de Requena se pretenden invertir 62 millones de euros en un periodo de quince años para abrir y mantener alrededor de 7.000 kilómetros de cortafuegos, lo que implica el 65% de las inversiones que prevé el plan, con actuaciones intensivas en maquinaria que “resultan destructivas para los ecosistemas que pretenden proteger.
Los ecologistas subrayan que los cortafuegos no son actuaciones preventivas, y que su eficacia es cada vez más discutida por científicos y técnicos forestales, “no evitan el fuego ni, en muchas ocasiones, lo paran, mientras que por el contrario ”eliminan gran cantidad de vegetación natural, afectan negativamente a la fauna, dañan el suelo fértil e incrementan la erosión y el riesgo de desertificación“, ya que las formaciones vegetales resultantes ”son más inflamables, más degradadas y con menor capacidad de respuesta post-incendio“.
Sin embargo, censuran que Conselleria sigue abriendo “enormes” cortafuegos, “ignorando sus impactos negativos y pese a que los artículos de la Ley Forestal con los que se pretenden justificar estas actuaciones, conocidas como ZAU (Zonas de Actuación Urgente), ni siquiera mencionan los cortafuegos, ni directa ni indirectamente”.
Recortes
Agró apunta que la mayoría de incendios tienen causas humanas, especialmente negligencias y accidentes, “y aquí la vigilancia y la disuación son las que fallan”, mientras que las partidas destinadas a la verdadera prevención son “insuficientes” y cada vez “se recorta más en efectivos”.
En los últimos meses, el ERE de Vaersa ha acabado con tres cuartas partes de los técnicos de los parques naturales, que también hacían parte de la función de vigilancia, “se ha recortado en normativa protectora de los espacios protegidos y de los ecosistemas en general, y continúan reduciéndose los efectivos destinados a prevención”.
Así, recuerdan que recientemente se ha anunciado el cierre de un punto de vigilancia de Santa Bárbara, en Pina de Montalgrao, “incluido en el continuo goteo de desprotección del bosque y desmontaje de la prevención”, mientras insisten en la necesidad de incrementar los esfuerzos y las dotaciones para vigilancia y disuasión.
Esta “errónea” política, critican, hace que el número de incendios no disminuya y sea muy elevado, “al nivel de los años 70-80”, por lo que Agró reclama un cambio urgente en la política de prevención de incendios, así como solicitará a Conselleria por los “intereses que hay tras la construcción de cortafuegos y el uso intensivo de maquinaria pesada en el bosque”.