Conselleria mantiene 600 viviendas públicas que todavía están pendientes de rehabilitar y 433 que están sin ocupar, según denuncia la diputada de EU Marina Albiol, quien lamenta que siendo “líderes en desahucios y aumento de la pobreza” la Generalitat “no se puede permitir el lujo de tener viviendas sociales inutilizadas. Es casi un crimen”.
Albiol insiste en que con la problemática que estamos viviendo de “familias sin vivienda, de ser líderes de desahucios, resulta que la conselleria se permite el lujo de tener viviendas públicas sin ocupar y de tener pendientes de rehabilitación 600 viviendas”.
Por ello, reclaman una actuación urgente, que se rehabiliten inmediatamente, y que tengan un uso para las personas que los necesitan. EU presentará una interpelación a la consellera Bonig, para que explique “por qué no toma medidas para tener un parque público de vivienda en condiciones, que realmente pueda cubrir la demanda existente, de familias desahuciadas, de familias sin recursos”.
Precisamente, se ha criticado de la Generalitat y el desaparecido Ivssa que muchas de sus viviendas no estén en condiciones y necesiten una rehabilitación que en muchos casos no se ha llevado a cabo.
Parque de viviendas
La Generalitat Valenciana dispone, a través de la Entidad de Infraestructuras de la Generalitat (Eige), de más de 1.500 viviendas sociales en la Comunitat Valenciana. Eige asumía el pasado mes de octubre las competencias del extinto Instituto Valenciano de la Vivienda (Ivvsa).
En concreto, Eige posee 1.059 viviendas en alquiler (458 en Alicante, 228 en Castellón y 373 viviendas en Valencia), de las que unas 370 están pendientes de ser alquiladas. A éstas habría que sumar las 397 viviendas sociales que posee en propiedad (46 en castellón, 144 en Alicante y 207 en Valencia).
Desde la Conselleria reconocen que no tienen un listado global de demandantes debido a que hay promociones que sí disponen de listas de espera y otras que no. Precisamente, el Ivvsa fue criticado, tanto por haber desahuciado a algunas familias de sus viviendas sociales como por no poner en el mercado su parque de inmuebles sociales en un momento en el que cada vez más personas se veían en la calle tras ser desalojadas.