“Esto fue por orden de Francisco Camps”, dice Francisco Correa, cabecilla de la trama Gürtel, sobre el fraccionamiento de facturas que cobró Orange Market, la empresa creada para captar contratos de la Generalitat Valenciana, por la organización de un Open de Tenis. “Quien dio las instrucciones para que fuera adjudicado a través de Canal Nou fue Francisco Camps, según me comentó Álvaro Pérez”, dice en relación con la sonorización e instalación de pantallas para la visita del papa Benedicto XVI a Valencia en 2006.
“Entiendo que fue Camps quien le dio las instrucciones a la consejera para que se adjudicase a Orange Market, porque así me lo dijo Álvaro Pérez”, indica en otro momento sobre la adjudicación de los pabellones valencianos en la feria Fitur durante cinco años, un caso por el que actualmente se celebra juicio oral en el Tribunal Superior de Justicia con la exconsejera de Turismo Milagrosa Martínez, el propio Correa y Álvaro Pérez entre los 13 procesados.
La confesión que Correa quiso entregar a la Fiscalía Anticorrupción para intentar pactar una reducción de pena sitúa a Camps en el centro de la mayoría de las seis piezas en las que se ha dividido la instrucción judicial de la rama valenciana del caso Gürtel, en ninguna de las cuales está imputado. Y no lo está porque, tras su absolución por un jurado popular en el denominado caso de los trajes, que la trama le habría regalado, ni Correa, ni Pérez, ni Pablo Crespo, que era el lugarteniente de la red, le han implicado claramente ante los tribunales.
“Es posible que Camps le dijera a Álvaro Pérez: ¿Por qué no te animas y vienes a hacer alguna campaña”, aseguró Correa en julio, cuando le tocó declarar en la vista oral del caso Fitur. Entonces se hizo el desentendido sobre los negocios que Álvaro Pérez movía en Valencia. Sin embargo, en su escrito para la fiscalía describe una circunstancia mucho más intencionada.
Tras reseñar que su número dos, Pablo Crespo, estaba enemistado con Mariano Rajoy, lo que le obligó a “dejar de trabajar” con el PP nacional, como había hecho en la época de José María Aznar, Correa cuenta que Pérez conoció en un mitin a Camps, con quien estableció “una buena relación”. Y ahí vio “la posibilidad de trabajar con el PP de Valencia”. Se creó Orange Market, terminal valenciana de la trama que compatibilizaría contratos con la Generalitat y la organización de actos del PP valenciano. Y Álvaro Pérez se mudó a Valencia.
Correa se queja de no haber conseguido “grandes adjudicaciones de eventos o campañas de la Generalitat, que le fueron adjudicadas en su mayor parte a Engloba, que tenía el 80% de las adjudicaciones”. Correa, que dijo en el juicio no estar al tanto de lo que hacía Orange Market, insiste en citar a Engloba. “En 4/5 años a Orange Market se le adjudicaron muy pocos concursos y a Engloba en un solo año le adjudicaron unos 60 con la Generalitat”, se queja en el documento que publica eldiario.es.
“El regalo de un reloj Hublot”
La operativa de Gürtel en Valencia queda sintetizada así por el jefe de la trama: “En todas las operaciones que se realizaron en Valencia la persona que lideró las mismas fue Álvaro Pérez, quien reportaba a Pablo Crespo el día a día”. Acto seguido confirma que Milagrosa Martínez, que posteriormente sería presidenta de las Cortes Valencianas, recibió cuando era consejera de Turismo “el regalo de un reloj Hublot”. También su jefe de gabinete, Rafael Betoret, recibió regalos, en concreto, los trajes por los que fue condenado al asumir voluntariamente que había cometido un delito de cohecho impropio, un delito que Camps negó y con ello logró ser absuelto.
“A Ricardo Costa se le regaló una motocicleta. Ignoro la marca aunque sé que tenía dos ruedas delante. No estaba a su nombre y posteriormente la devolvió (puedo preguntar los pormenores)”, señala Correa en alusión a quien fuera también absuelto con Camps por recibir trajes de Orange Market.
A Costa, que fue secretario general del PP de la Comunidad Valenciana, diputado y portavoz parlamentario, le atribuye Correa la responsabilidad en una pieza en la que el político también está imputado: la de la financiación ilegal del PP valenciano, que habría recibido fondos de diversos empresarios a través de Orange Market para pagar actos de dos campañas electorales en 2007 y 2008. “Ricardo Costa fue quien propuso y obligó, y por decir la verdad en contra del criterio de Pablo (Crespo), a que facturásemos a constructores obviamente por servicios no prestados a ellos”, afirma tajante.
En cuanto al fraccionamiento de contratos, que constituye el objeto de otra de las piezas del caso Gürtel, Correa adopta un tono de lamento: “Esta práctica nos vino impuesta para que Orange Market pudiera cobrar los trabajos realizados ya que la Generalitat tenía problemas de fondos, y siempre después de que Álvaro Pérez tuviese que 'llorar' y protestar mucho a Francisco Camps, a quien solicitaba más trabajo y este no se lo daba”.
Correa declaró en el juicio de Fitur que solo coincidió con Camps una vez, en la boda de la hija de José María Aznar en El Escorial. Sin embargo, la fiscal se remitió a una de las grabaciones de la policía en la que habla por teléfono amistosamente con el expresidente valenciano, que le mandó recuerdos de Costa, alguien con quien el cabecilla de Gürtel asumió haber coincidido “dos o tres veces” en cenas o comidas junto a Álvaro Pérez.
Entre las condiciones que Correa plantea a la Fiscalía en el documento destaca la de que se suspenda el juicio de Fitur. “Podríamos trabajar con el sosiego necesario”, arguye. El juicio de Fitur, que corresponde a la pieza 3 del caso Gürtel, está en marcha desde hace unos meses. Y no parece que él haya conseguido sosiego alguno.