En países donde la hostilidad a los derechos humanos viene ya determinada por el régimen político, los ciudadanos y los activistas son más conscientes de que sus pasos pueden ser rastreados por los gobiernos. En cambio, en estados donde la democracia esta más asentada sus habitantes cuando navegan por la red lo hacen más despreocupados. Pocos son los que se mueven por el mundo digital sabiendo que gobiernos y grandes empresas les pueden vigilar.
Por eso, es fundamental promover una cultura de privacidad en internet. O, al menos, esa es la conclusión a la que han llegado este miércoles activistas provenientes de todo el mundo -Estados Unidos, Alemania, Pakistán, Italia, Rusia, Ucrania, Iran, China, etc.- en una de la sesiones del Internet Freedom Festival que se celebra en el espacio cultural de Las Naves, en Valencia. Dirigida por Sherif Elsayed-Ali, subdirector de asuntos globales de Amnistía Internacional, en la sesión, varios activistas han alertado de la poca preocupación del ciudadano corriente por la privacidad. “Es culpa también de la poca visibilidad que tenemos y de que nos se habla de esto mucho en los medios de comunicación”, ha comentado un participante en la charla, que solicitan cuando se accede al recinto que no se facilite su nombre.
“No solo tenemos que tener en cuenta que los gobiernos te pueden espiar. También las grandes compañías”, ha alertado otro asistente. Cuando accedes a cualquier red social tus datos no siempre están seguros: que se haga negocio con ellos no trasmite seguridad. “Eso lo podemos comprender nosotros, ¿pero como lo trasmitimos a la ciudadanía en un mundo donde predominan las redes sociales?”, ha preguntado un activista.
Privacidad, un reto para los periodistas
Privacidad, un reto para los periodistas“Hay que enseñar a los periodistas. Esto es clave para nuestro trabajo y nuestra seguridad”, han comentado en otra sesión que organizaba el festival específicamente sobre el papel de los periodistas. Que los periodistas utilicen mecanismos de encriptación en el correo para comunicarse con los fuentes es uno de los pasos apuntados por todos los participantes. “No se a que nivel de privacidad deben trabajar, pero es fundamental que utilicen prácticas de mayor seguridad”.
Si para los periodistas utilizar estas técnicas se antoja casi una obligación, para los ciudadanos sería conveniente. De hecho, varios activistas han apostado por que “la cultura de la seguridad de internet sea una materia en las escuelas”. Burlar la vigilancia de los gobiernos y el mercadeo de las grandes compañías con los datos es el objetivo de este festival. La alerta es clara: ¡Cuidado, protégete! ¡Te pueden estar vigilando!.