“Es útil”. El director del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, José Luis Pérez Pont, es muy claro cuando se le pregunta si el organismo que dirige desde hace dos años y que el Gobierno del Pacto del Botánico heredó de la época del PP debe replantearse. “Se ha repensado como herramienta de agitación cultural”, indica para explicar la gestión que ha desarrollado desde que fue seleccionado por concurso en abril de 2016 para dirigirlo.
En una entrevista grabada en formato audiovisual, Pérez Pont asegura que hay “un buen clima” entre las siete instituciones implicadas en el Consorci (la Generalitat y los ayuntamiento de las tres capitales, así como las tres diputaciones). La auditoría de la gestión de los últimos cinco años de una institución que instrumentalizó en su momento Consuelo Ciscar, imputada por su gestión al frente del IVAM, no ha revelado “nada alarmante”, aunque sí “una mala gestión a muchos niveles”.
Uno de los ejemplos de esa mala gestión es que en la plantilla del organismo “no hay ningún funcionario ni empleado con contrato fijo”. Para adecuar a la ley la situación “no se producirá el despido de ningún trabajador” y se ha organizado una relación de puestos de trabajo que saldrán a concurso “con el máximo respeto a la plantilla”, pero abriendo la posibilidad de que puedan presentarse otros aspirantes.
El Centre del Carme tiene, dentro del Consorci de Museus, una personalidad propia. Pérez Pont destaca el fuerte impacto de público que ha conseguido. Mientras en 2015 tuvo 71.000 visitantes, en 2017 fueron 185.000 y solo en el primer trimestre de 2018 ha superado los 93.000. “No trabajamos solo para profesionales”, advierte para justificar la vocación multidisciplinar y atenta a la actualidad de lo que ha rebautizado como Centre de Cultura Contemporània. Se trata, dice, de “generar una agitación cultural que hacía falta en esta ciudad”.