Las tamborradas de Alzira y l'Alcora han sido declaradas patrimonio cultural inmaterial de la humanidad en el 33 Comité Intergubernamental de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, que se celebra en Port Louis (República de Mauricio).
La declaración ha sido aprobada dentro de una candidatura conjunta presentada por España que reconoce el lenguaje común y los rituales colectivos de toques de tambor y bombo en la geografía española.
Las autonomías y localidades que participan en esta candidatura son Baena (Andalucía); Albalate del Arzobispo, Alcañiz, Alcorisa, Andorra, Calanda, Híjar, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Gaén (Aragón); Agramón, Hellín y Tobarra (Castilla-La Mancha); Alzira y l'Alcora (Comunitat Valenciana), y Motaralla y Mula (Murcia).
Las tamborradas son rituales colectivos basados en el toque simultáneo, intenso y continuado de miles de tambores y bombos, que comparten y compiten en virtuosismo en espacios públicos urbanos en el marco temporal/ritual de la Semana Santa, documentadas desde el siglo XIX. Los tambores crean un paisaje sonoro tanto individual como colectivo, identitario y singular. Estos instrumentos de percusión representan tipologías autóctonas y son expresión de artesanías locales ligadas a su creación, manufactura y mantenimiento.
Tamborrada en Alzira
La Tamborrada de Alzira tiene su origen en las celebraciones de la Semana Santa, que remontan su primera noticia documental a 1539. Después de un proceso continuado a lo largo de más de cuatro siglos, se han incrementado las cofradías y cofrades hasta las 7.000 personas, agrupadas en 18 hermandades y cofradías con las que cuenta en la actualidad.
Rompida de la Hora de l'Alcora
La Rompida de la Hora es el acto más significativo de la Semana Santa de l'Alcora, una tradición que nace en 1939, cuando se formó un grupo de tambores y cornetas que reapareció en 1976 con la Hermandad del Santísimo Cristo del Calvario, fundadora y encargada, año tras año, de realizar el acontecimiento.
La Rompida de la Hora se ha convertido en un rezo común en el que centenares de tambores suenan el Viernes Santo como lamento por la muerte de Cristo.
Se ha creado una asociación que agrupa a todos los tamborileros alcorinos y se denomina Asociación Cultural l'Alcora Tambor que, desde el 2004, es la encargada de representar a la villa en todos aquellos actos tamborileros que se realizan fuera de ella.