Sergio Belinchón (Valencia, 1971) presenta en PalmaPhoto “¡Adiós amigo!”, un trabajo en vídeo que revive los escenarios del Spaghetti Western en Huesca entre los años 60 y 70, analizando la imagen que desde Europa se tiene del Lejano Oeste americano. En algunos trabajos anteriores Belinchón ya ha trabajando los aspectos de la ficción y el simulacro.
François Ascher, en Los nuevos principios del urbanismo, planeta una reflexión acerca de la creciente autonomía frente a los límites espaciales y temporales. Las posibilidades de acción e interacción a distancia espacial y temporal son tan numerosas que se llega a tener la impresión de estar en varios sitios y momentos a la vez. Una sensación de ubicuidad y de multitemporalidad que acompaña al cotidiano doble proceso de “deslocalización” y “desinstantaneización”.
Belinchón mostró hace unos años tres grupos de fotografías y varios súper 8 en los que la reflexión sobre la idea de viaje y la tematización de la realidad servían de eje y vínculo a su vez. Si bien la posibilidad del viaje brindada al consumo de masas creó la numerosa estirpe del turista, generando todo un repertorio de tópicos visuales derivado de la explotación económica de la singularidad urbana y natural de los territorios, posteriormente la industria del ocio comprendió la necesidad de ampliar horizontes creando entornos ficticios donde simular actividades; más recientemente una parte importante del público no distingue entre natural y artificial, real y virtual o realidad y representación. Aprovechando esa confusión Belinchón otorgaba el mismo estatuto a imágenes de diversa procedencia –unas elaboradas por el propio autor y otras obtenidas en rastros y mercadillos- y distinto contenido –imágenes de ciudades y entornos naturales junto a otras de espacios construidos como escena para el rodaje cinematográfico-. Una confusión que está presente en la mayor parte de la información visual que consumimos.
“Paraíso” fue un trabajo realizado a partir de más de 15 horas de películas de súper 8 encontradas de dos mujeres que viajaron en los años 70 por todo el mundo. Editado en 16 minutos se presentan diversos viajes que toman como pretexto el mar, la naturaleza, la ciudad, U.S.A y Disneylandia. En su periplo las protagonistas ponen en evidencia los roles del turista que posa en los puntos clave del lugar que visita, convirtiendo la guía de viajes en una especie de inseparable misal, a la vez que contribuyen a la extensión del icono visual al sintetizar y reducir en unas pocas imágenes –repetida por todos los turistas en las mismas localizaciones- la memoria visual del lugar. El juego de apariencias se refuerza con una serie de 30 fotografías en blanco y negro, realizadas recientemente en una pequeña ciudad de Siberia, con el trasfondo de pioneros y minas de oro junto a una arquitectura semejante a los poblados del Oeste americano donde voluntariamente se cuelan parabólicas y otros elementos que denuncian su engañosa actualidad. Dos series más de fotografías, “Western” –un recorrido por los escenarios utilizados por Sergio Leone para sus famosos Spaghetti Westerns en Almería y un grupo de 20 pequeñas fotografías encontradas servían como cierre a este relato de Sergio Belinchón sobre el turismo y el viaje casi desde los principios de la fotografía hasta los años 80.
Ahora el artista ofrece un nuevo acercamiento a ese espacio teatralizado a través de “!Adiós amigo¡”, en el que Huesca se disfrazó de Texas y emuló los paisajes y espacios característicos del género cinematográfico, convertido en un “Spaghetti Western crepuscular”, con el paisaje como eje principal de la película.
Sergio Belinchón (Valencia, 1971) presenta en PalmaPhoto “¡Adiós amigo!”, un trabajo en vídeo que revive los escenarios del Spaghetti Western en Huesca entre los años 60 y 70, analizando la imagen que desde Europa se tiene del Lejano Oeste americano. En algunos trabajos anteriores Belinchón ya ha trabajando los aspectos de la ficción y el simulacro.
François Ascher, en Los nuevos principios del urbanismo, planeta una reflexión acerca de la creciente autonomía frente a los límites espaciales y temporales. Las posibilidades de acción e interacción a distancia espacial y temporal son tan numerosas que se llega a tener la impresión de estar en varios sitios y momentos a la vez. Una sensación de ubicuidad y de multitemporalidad que acompaña al cotidiano doble proceso de “deslocalización” y “desinstantaneización”.