Como si fuera un ciclo infinito que no se puede parar, los cuerpos se levantan al caerse para volver a desfallecer. La resistencia a ese bucle vital puede “conducir al estancamiento deslantador”. Con esa filosofía llega al Teatre El Musical este sábado el espectáculo 'Free fall', de la compañía israelí Sharon Fridman.
La coreografía reflexiona sobre si es posible la supervivencia desde el aislamiento. Y lo hace con unos movimientos que cuentan con una estructura determinada: caerse, levantarse y caerse de nuevo. Con un escenario repleto de bailarines, se ayudan entre ellos para saltar y desfallecer acto seguido, en una sucesión de brincos y caídas de forma libre y sin ataduras. Aunque a un ritmo pausado, sin sobresaltos. Y todo, con un escenario muy simple, donde los bailarines ostentan todo el peso del espectáculo.
Esa forma de bailar y de moverse es propia de una compañía formada en 2006. Y que practica una danza contemporánea que investiga el movimiento desde la necesidad, la naturalidad, la caída, el impulso y el contacto. Unas características que se aprecian con claridad en la pieza 'Free fall'. Galardonada el año pasado con el premio Max 2015 al mejor espectáculo de danza, esta actuación es el pequeño homenaje que rinde el Teatre El Musical a una disciplina que celebra este viernes su día.
Aunque no el único. Este domingo la bailarina Ana Vallés interpreta la pieza 'El cuello de jirafa'. Se trata de una pieza que combina el teatro y que trata de rememorar a través de una reflexión profunda entre el tiempo y el ser los 30 de existencia de Matarile Teatro. Una pieza deliciosa de teatro físico de proyección internacional.