Las dudas de la consellera y la ausencia de Mazón retrasaron dos horas el mensaje masivo de alerta a los móviles
La alerta masiva para pedir a la población que no saliera de casa durante la tarde del 29 de octubre pudo haberse mandado, al menos, dos horas antes. Según ha podido confirmar elDiario.es, la empresa que gestiona el 112 fue avisada poco después de las 18.00 de que se iba a mandar una alarma a todos los móviles. Esa advertencia, sin embargo, no se envió ante las dudas de la consellera de Justicia y responsable de la coordinación de Emergencias, Salomé Pradas, y ante la ausencia del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, que no llegó hasta pasadas las 19.30 a la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrada (Cecopi). La alerta se acabó enviando a las 20.11, ya con centenares de personas atrapadas.
El president Carlos Mazón ni estaba ni se le esperaba. La DANA más dura y terrorífica del siglo XXI estaba azotando València y su máximo responsable político fue de acto en acto y celebró una copiosa comida con una periodista para hablar, no del temporal, sino de maniobrar para cambiar sin concurso la dirección de la televisión pública. Al frente de una crisis de magnitudes nunca vistas estaba la consellera Pradas. Fue ella, y no Mazón, al que a las 19.45 horas aún le estaban explicando la situación, la que decidió que a las 20.11 se lanzara la alerta masiva para avisar a la población de que no circulara. El aviso llegó tarde, con el barranco del Poyo y el río Magro desbordados desde hacía horas y arrastrando vidas, vehículos y casas.
¿Podía haberse lanzado la alerta masiva antes y con un mensaje más contundente? Sí. Según ha podido confirmar elDiario.es de fuentes de Ilunion IT Services, la empresa que gestiona el sistema de llamadas de emergencia, a las 18.10 horas, el responsable de la operativa del 112 ya estaba avisado de que se iba a mandar una alerta a todos los móviles por el temporal. También se le notificó que se emplazaría a los ciudadanos a seguir las instrucciones que se darían a través de À Punt, la televisión pública valenciana.
Ese aviso, sin embargo, se quedó en stand by durante más de dos horas y no se mandó hasta las 20.11, cuando la consellera Salomé Pradas decidió que se lanzara y tras un arduo debate entre los técnicos sobre el contenido del mensaje que se debía trasladar, según ha constatado elDiario.es con fuentes técnicas y políticas de Emergencias de la Generalitat, de la Diputación de València y de las instituciones dependientes del Gobierno de España.
Contactada por este periódico, la Conselleria de Justicia e Interior no ha querido hacer ningún comentario. A preguntas de este diario, la empresa Ilunion no ha ofrecido ninguna versión oficial al respecto de esta información.
A las 18.00 del 29 de octubre, en la reunión del Cecopi en el Centro de Coordinación de Emergencias de l'Eliana, ya estaban informados de que el barranco del Poyo transportaba 1.725 metros cúbicos por segundo de agua –casi cuatro veces el caudal del río Ebro– y que la presa de Forata había empezado a desembalsar por el peligro de desborde. La información obtenida por elDiario.es apunta a que la decisión de no mandar la alerta a las 18.00 fue política, no técnica, ya que la empresa que gestiona los servicios de emergencias fue avisada de que se iba a enviar ese aviso cuando apenas pasaban diez minutos de las seis de la tarde.
Fuentes del Ministerio de Transición Ecológica también confirmaron a esta redacción que, sobre las 18 horas, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Miguel Polo, puso encima de la mesa la posibilidad de enviar “alertas masivas a toda la población” mediante el sistema Es-alert a todos los móviles de la provincia de València.
Fuentes de Emergencias consultadas por este periódico explican que, sobre las 19.00 y tras varios recesos en el Cecopi con la consellera entrando y saliendo, Pradas informó a los participantes en la reunión de que se enviaría la alerta masiva, aunque poco después de las 18.00 ya se había informado a la subcontrata de que se mandaría. “Se tarda mucho en mandar el mensaje de Es-alert porque se pelean por cómo redactarlo”, lamenta una fuente presente en el Cecopi.
La consellera, cuentan estas fuentes, directamente apartó a su equipo en la reunión y se puso a preguntar a los técnicos, que dudaban mucho. “Ella consulta con el jefe de bomberos y el subdirector de Emergencias, entre otros, que no se ponen de acuerdo”, añade. En esos momentos, según otra fuente presente en las negociaciones del mensaje, todavía había quien insistía en mandar una alerta que no fuera “excesivamente alarmante”.
Debate sobre cómo redactar la alerta
Durante esa hora, la consellera preguntaba constantemente “qué hacemos, qué hacemos”, entraba y salía de la reunión para hablar con el president Mazón, pero no informaba sobre el contenido de la conversación, apunta esta fuente de Emergencias. “E insiste en que la CHJ da información contradictoria, que el representante dice todo el rato que no sabe qué va a pasar”, añade. Tras un buen rato debatiendo, en un contexto tenso, uno de los representantes espetó: “¡Que se mande el mensaje de una puta vez!” y “no hay que hacer un texto para catedráticos”, expresiones que dan muestra de la tensión del encuentro.
Finalmente, y tras un arduo debate, la redacción para lanzar el mensaje a la población concluyó con un texto somero y poco alarmista: “Alerta de Protección Civil por las fuertes lluvias y como medida preventiva se debe evitar cualquier tipo de desplazamiento en la provincia de Valencia. Estén atentos a futuros avisos a través de este canal y fuentes oficiales, en X @GVA112 y en À Punt”. En los municipios de la comarca de la Ribera algunos ayuntamientos habían lanzado mensajes y bandos horas antes en los que pedían a sus vecinos que subieran a las primeras plantas de sus edificios.
Pasadas 19.30 y con la decisión de lanzar el mensaje ya tomada, llegó el president de la Generalitat al Cecopi. Diversas fuentes presentes en la reunión del órgano de coordinación de emergencias han explicado que, al llegar Mazón, tuvieron que explicarle todo de nuevo. Al cabo de, aproximadamente, media hora desde su llegada, 'Emergencias 112 Comunitat Valenciana' mandó, por fin, la alerta automática a los móviles de todos los ciudadanos de la provincia de València. Ya era tarde: buena parte de los municipios estaban totalmente inundados y sus vecinos luchaban por sobrevivir.
La información publicada por elDiario.es también demuestra que la Consellera de Interior, Salomé Pradas, no solo debatía a las 19:15 horas sobre el funcionamiento de estas alertas, tal y como avanzó la Cadena SER, sino que una hora antes, a las 18:10, ya se había informado a la empresa que gestiona las emergencias en València de que se iba a tomar esa medida, aunque finalmente no se dio el paso. Pradas mintió inicialmente al asegurar que no fue hasta pasadas las 20.00 que tuvo conocimiento de que existiera ese sistema de alertas en los móviles, cuando un técnico le informó de ello.
La reunión del Cecopi arrancó a las 17.00 del 29 de octubre y a las 17:35 horas ya estaba encima de la mesa la alerta hidrológica del río Magro y Júcar a partir de la confluencia con Algemesí. A las 17:40 horas, la consellera paró la reunión durante media hora para tomar un periodo de reflexión.
A las 17:59, la CHJ comunicó que el embalse de Forata había abierto compuertas y a las 18.00 que el barranco del Poyo transportaba 1.725 metros cúbicos por segundo de agua. Fue al reanudarse la reunión, cuando el propio Polo informó de estos datos y, ante la situación que se vivía, sugirió la posibilidad de lanzar la alerta masiva. Solo diez minutos después, los servicios de emergencia fueron avisados de que se iba a mandar la alarma.
A las 18.00 entraban 2.000 llamadas en el 112 con una espera de 4 minutos
Pasadas las 18.00, las llamadas al servicio de Emergencias también se empezaban a acumular. Desde primera hora de la mañana, fuentes del 112 explican a este periódico que tuvieron un volumen muy elevado de llamadas que fue en aumento a medida que avanzaba el día.
A las 18.14, el tiempo de espera para las llamadas al servicio de Emergencias era de cuatro minutos. En esa hora en curso, entraron más de 2.000 llamadas que debían gestionar apenas una treintena de empleados. La avalancha era tal que se reforzó el personal para el turno de tarde asignando horas extras o reclutando a empleados que tenían previsto librar ese día. Si bien las fuentes del 112 consultadas describen como “habitual” que se refuerce el personal cuando se prevé un día complicado, admiten que nunca habían vivido una situación tan desbordante como la del 29 de octubre.
A las 20.38 horas, cuando muchos de los pueblos afectados ya estaban totalmente inundados, el tiempo de espera en el 112 era de más de nueve minutos y había casi un centenar de llamadas en cola. Tantas fueron las llamadas de auxilio que el 112 colapsó y muchas víctimas acabaron llamando a la Guardia Civil y a otras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para pedir ayuda y rescates.
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