Parc Sagunt fue presentado a principios de 2002 por el entonces president de la Generalitat, Eduardo Zaplana, y Cristóbal Montoro, que como ahora también era ministro de Hacienda (con José María Aznar como presidente). Se trataba de un proyecto impulsado a partes iguales por el ejecutivo valenciano y el Gobierno y que pretendía desarrollar 15 millones de metros cuadrados de suelo industrial (en dos fases) con una inversión de 252 millones de euros, lo que convertiría al parque empresarial saguntino en el mayor de Europa. Se llegó a anunciar a bombo y platillo la generación de entre 25.000 y 30.000 puestos de trabajo.
A pesar de las elevadas expectativas y de los anuncios grandilocuentes, lo cierto es que Parc Sagunt se encontraba hace apenas unos meses en riesgo de quiebra, sin terminar de urbanizar -14 años después de presentado el proyecto y más de ocho después de que otro jefe del Consell, Francisco Camps, lo inaugurara-, con graves deficiencias en cuanto a infraestructuras y con tan sólo tres empresas operando en su primera fase.
Sin embargo, el pasado mes de agosto se desbloqueaba Parc Sagunt gracias a un acuerdo con la Autoridad Portuaria (APV) a través de Valencia Plataforma Intermodal. De este modo, el Puerto ha adelantado tres millones de euros a cuenta del pago de una parcela -escriturada en 2011 por unos 30 millones de euros- a la sociedad participada por el Estado y la Generalitat, un dinero que evitó el concurso de acreedores -acumulaba deudas en nóminas y con proveedores-, así como también ha servido para aportar liquidez que ha permitido reaunudar las obras de urbanización del polígono, paralizadas en 2007, el mismo año de su inauguración. El plazo para la finalización de las obras es de quince meses.
Además, Parc Sagunt adjudicaba hace unos días una parcela de unos 360.000 metros cuadrados -inicialmente destinada a Ros Casares- a Mercadona a cambio de 24 millones de euros. La empresa valenciana anunciaba que el destino de estos terrenos es acoger su principal centro logístico para aprovechar la “estratégica ubicación” del parque industrial, ya que estas instalaciones servirán para abastecer al resto de almacenes que Mercadona tiene distribuidos por toda España -trece bloques logísiticos y tres almacenes satélites-.
Situación de parálisis
El alcalde de Sagunto, Quico Fernández (Compromís), apunta como el polígono llevaba años en situación de parálisis absoluta, con unas infraestructuras deficientes, unas comunicaciones insuficientes, los precios del suelo por encima de mercado y las obras de urbanización sin terminar. “Las tres empresas instaladas allí obtuvieron sus licencias en la legislatura 2003-2007, desde entonces no ha habido ninguna nueva”, recuerda.
El primer edil valencianista achaca esta situación a la gestión y falta de sintonía entre las administraciones responsables, la estatal y la autonómica: “La postura de Madrid ha sido incomprensible, ya que no ha habido voluntad de acabarlo”. Ahora, apunta, las gestiones realizadas desde la Generalitat y la apuesta decidida de la Autoridad Portuaria, “que ha abonado una parcela que no tenía que pagar hasta que el polígono estuviera acabado”, han permitido desbloquear un proyecto que estaba condenado al fracaso.
Precisamente, el hecho de que se hayan retomado las obras, unido a una bajada de los precios del suelo -han pasado de 110 euros el metro cuadrado a 67- y a la apuesta decidida de la APV, “que invertirá 30 millones en la conexión ferroviaria del puerto marítimo y otros 50 en la línea Sagunto-Teruel-Zaragoza”, han servido para “atraer a Mercadona, que puede servir de polo de atracción a otras empresas”.
“No es suficiente”
Los empresarios ven como positivos todos estos avances, pero consideran que son insuficientes. Como explica Crisina Plumed, presidenta de la Asociación de Empresarios del Camp de Morvedre (Asecam), “se abre un nuevo tiempo de oportunidades, es cierto, pero no nos tenemos que engañar”. A su juicio, es necesario elaborar el DAFO (analizar las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades) y un 'cuaderno de venta' de Parc Sagunt para atraer a la industria.
La patronal saguntina exige a Fomento que le conceda mayor atención al parque, que le dé preferencia, “es necesario dotarlo de mejores accesos, viarios y ferroviarios”. También reclaman medidas a nivel municipal y autonómico que permitan la reducción de la presión fiscal y de la burocracia, eliminando trámites administrativos habilitando una especie de 'ventanilla única' que favorezca la entrada de empresas el polígono saguntino en lugar de ahuyentarlas. “Se ha vendido Parc Sagunt como la joya de la corona cuando ha acabado siendo la oveja negra”, circunstancia que achaca Plumed a que las dos administraciones implicadas tenían una visión diferente de lo que debía ser el proyecto.