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Tu boda puede ser el inicio de una novela de terror: la opresión matrimonial vista en la literatura de las mujeres

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Para que una novela de amor se convierta en una de terror solo debe cambiar una cosa: quién cuenta la historia. Durante los siglos XIX y XX decenas de autoras hablaron sobre la institución matrimonial en sus obras, con escritos que abordaban la violencia sexual, doméstica, el maltrato físico o la opresión económica. Muchas escribían sobre experiencias que habían vivido, dándoles otro nombre, a otros personajes, en otras circunstancias. Escribieron, pues, de aquello que conocían, mientras que sus contemporáneos masculinos escribían, sobre ellas, de aquello que imaginaban.

“Si el amor es igualdad (...) nada más lejos de él que la institución del matrimonio”, escribió Emma Goldman en Matrimonio y amor. Sobre esta premisa se edifica Como anillo al cuello, donde Purificació Mascarell recoge y analiza decenas obras escritas por mujeres que abordan la opresión del matrimonio. La elección, como todas las que realiza la autora, no es casual: el libro busca realzar la voz de una parte minusvalorada de la literatura, la que queda fuera del canon.

El ensayo es un alegato hacia la escritura de las mujeres: “Una mujer escribe para protestar contra su situación en la sociedad”, dice María Aurelia Capmany en una de las citas recogidas en el volumen, mientras que la propia Mascarell afirma que “escribir es una transgresión de las normas patriarcales”. A través de reconocidas novelas, se abordan las violaciones en el matrimonio, los maridos ausentes, la coacción, el abandono o la soledad, aspectos que a menudo pasan desapercibidos en las narraciones masculinas. Aunque existen grandes obras sobre mujeres en el matrimonio, como La sonata a Kreutzer o Madame Bovary, tomar el punto de vista femenino es una reivindicación plena. Recoger la mirada de las mujeres al matrimonio es una forma de reparación: “Mientras las mujeres de ficción eran escritas por los hombres, las de carne y hueso tenían vetada la escritura”, recuerda la autora. Es escuchar la voz de quienes no tienen el poder.

Mascarell es profesora de Teoría de la Literatura, Comparada y Estudis Culturales en la Universitat de València, además de escritora y crítica literaria. Es una experta en analizar los roles de género a través de la narrativa, como ha demostrado en sucesivas publicaciones hasta llegar a este ensayo. Fruto de años de trabajo e investigación resulta el conocimiento de las novelas George Sand, Mercè Rodoreda, Louisa May Alcott, Emilia Pardo Bazán, Edith Wharton, Elena Fortún, Alice Walker o Carmen de Burgos, analizadas en este texto.

“Existe un vínculo innegable entre pensamiento feminista y creación literaria”, sostiene en el ensayo, que también se sumerge en la doble faceta narradora y ensayista de Virgina Woolf, Simone de Beauvoir o Mary Wollstonecraft, además de en cartas y diarios de otras autoras, géneros denostados por pertenecer al espacio íntimo, obviando lo que señaló Kate Millet: “Lo que ocurre dentro de los hogares es un hecho político, en el sentido de que está tejido por las dinámicas del poder”. Del mismo modo que el dentro y el fuera forman parte del mismo sistema, la literatura siempre se relaciona con la vida. Por ello, abordar las obras de ficción es otra forma de mirar la realidad.

Para que una novela de amor se convierta en una de terror solo debe cambiar una cosa: quién cuenta la historia. Durante los siglos XIX y XX decenas de autoras hablaron sobre la institución matrimonial en sus obras, con escritos que abordaban la violencia sexual, doméstica, el maltrato físico o la opresión económica. Muchas escribían sobre experiencias que habían vivido, dándoles otro nombre, a otros personajes, en otras circunstancias. Escribieron, pues, de aquello que conocían, mientras que sus contemporáneos masculinos escribían, sobre ellas, de aquello que imaginaban.

“Si el amor es igualdad (...) nada más lejos de él que la institución del matrimonio”, escribió Emma Goldman en Matrimonio y amor. Sobre esta premisa se edifica Como anillo al cuello, donde Purificació Mascarell recoge y analiza decenas obras escritas por mujeres que abordan la opresión del matrimonio. La elección, como todas las que realiza la autora, no es casual: el libro busca realzar la voz de una parte minusvalorada de la literatura, la que queda fuera del canon.