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El Internet Freedom Festival cumple cinco años salvaguardando los derechos digitales
El Internet Freedom Festival se ha convertido en una cita imprescindible para organizaciones, activistas o agencias gubernamentales que trabajan por salvaguardar los derechos y libertades digitales en Internet. Del 1 al 5 de abril, València se presenta como el punto de encuentro de cientos de ideas compartidas en talleres, charlas, debates o mesas de cafetería, bajo el techo de las Naves. Juntos cumplen cinco años luchando contra la censura y afrontando retos para garantizar que Internet tenga vías de comunicación libres y seguras. La seguridad digital y la privacidad, las fake news o la construcción de ideas mediante algoritmos son algunos de sus temas centrales.
“Internet hoy en día puede ser un espacio de transformación, de expresión, de creatividad, de fuerza, de movilización, y también es un espacio patriarcal y misógino, que es parte del mundo donde vivimos”, explica Erika Smith, coordinadora de capacitación de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones. Llegadas desde México, en València han realizado el taller Intercambio tecnológico feminista (ITF) destinado a empoderar a organizaciones o personas defensoras de los derechos de las mujeres desde una perspectiva feminista.
Su red global de activistas ha detectado hasta trece formas de agresión relacionadas con las tecnologías y las mujeres, entre las que se encuentran el acoso, las amenazas, la extorsión, el control o la explotación sexual de la imagen. También han presentado los ‘principios feministas’ para una Internet feminista que se pueden consultar en su web. “Cuando estás intentando transformar el mundo, la gente que está acostumbrada al mundo tal y como está reacciona, pero la violencia forma parte de una estructura patriarcal”, asegura Smith.
En la misma línea, Vivian Zuñiga de la asociación Sulá Batsú de Costa Rica, trabaja por reducir la brecha digital entre hombres y mujeres. Se define como capacitadora digital de personas o organizaciones para que puedan desarrollar comunicaciones seguras o manejar datos sensibles y, según apunta, existe una relación directa entre la violencia de género y la dependencia tecnológica. “Hay mujeres que dependen tecnológicamente de sus maridos, sus hijos o sus primos porque no han tenido la oportunidad de aprender”, explica Vivian Zuñiga.
Según Zuñiga, que trabaja con mujeres de Honduras, Costa Rica, Guatemala y México, hay hombres que saben las contraseñas de sus mujeres y se aprovechan de la situación para vigilar la cuenta del correo electrónico, les suplantan la identidad o controlan el whastapp de su mujer desde su propio ordenador. Para educar en tecnología su asociación ha creado una plataforma sencilla con consejos básicos de seguridad digital.
Ariel Barbosa, de Colombia, trabaja para Colnodo, una organización con 25 años de experiencia cuyo objetivo es acercar la tecnología a la sociedad civil y a organizaciones que trabajan con defensores de derechos humanos y del medio ambiente, con pueblos indígenas, mujeres o activistas. “Enseñamos cosas tan básicas como aprender a utilizar el correo electrónico”, apunta.
El primer consejo de Barbosa es que “la seguridad total no existe” y señala que los principales problemas con los que se encuentran son el secuestro de información o la suplantación de identidad. “Instalan virus en tus dispositivos y te piden que pagues si quieres recuperar tu información”, explica Barbosa. Recomienda actualizar las copias de seguridad de los dispositivos para que no te extorsionen.
Un mapa global de los riesgos en Internet
Pero son muchos los desafíos simultáneos a los que se enfrentan los activistas digitales. Según el director del IFF, Pepe Borrás, el festival es una oportunidad para dar “una vuelta al mundo” y conocer cuál es la situación de los derechos humanos en Internet. En esta quinta edición y por primera vez se ha superado el número de participantes procedentes del sur global con un 53%.
Adolfo, de la organización FundaRedes, define el IFF como una oportunidad para “mapear los actores y los riesgos y compartir conocimiento de contextos hiperlocales”. Su organización trabaja por la documentación, incidencia y denuncia de asesinatos o desapariciones, perpetrados por grupos paramilitares o de la guerrilla, ocurridos en la frontera entre Colombia y Venezuela.
“Un periodista o ciudadano que desea hacer una denuncia nosotros le ayudamos para proteger sus datos y evitar ciertos riesgos”, explica. Junto con otras organizaciones como Phi o Social Tic, trabajan para garantizar la seguridad digital según el contexto. Las tres organizaciones han acudido al IFF de València para compartir información en un espacio seguro.
A nivel internacional, Security First ha desarrollado la aplicación “Umbrella” donde te aconsejan según tu localización sobre riesgos y amenazas digitales. Sobre todo lo utilizan activistas u organizaciones pequeñas que trabajan en puntos o países “calientes” y no tienen músculo para protegerse.
“Muchos activistas o periodistas no tienen oportunidades para aprender sobre seguridad o no tienen a nadie detrás que les proteja”, explica Rory Byrne, cofundador de Security First. Según apunta, los gobiernos cada vez tienen técnicas más sofisticadas para controlarnos y por tanto tenemos que protegernos con diferentes técnicas.
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