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El mundo rural advierte sobre la dimensión del clima y sus cambios: “Hasta las culebras se han ido”

València —

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Las personas que viven en el campo y en las montañas son testigos directos de las transformaciones drásticas que produce el cambio climático, no solo en los modos de vida, sino en la naturaleza y en el comportamiento de los animales. Un panorama desolador que ha recogido la exposición El temps està destarifat, del Museo Valenciano de Etnología, que se podrá visitar hasta el 20 de marzo de 2022. La muestra se compone de audios, vídeos y fotografías, firmadas por David Cantillo, a personas en estrecho contacto con la naturaleza que advierten: “El cambio ya está aquí”.

“El cambio climático nos afecta a todos, pero quienes más lo perciben son quienes viven en el medio rural”, asegura el comisario de la exposición y profesor de Antropología, Pablo Vidal. Prueba de ellos son las respuestas cruzadas de los cuarenta entrevistados de diez comarcas valencianas -sobre todo del interior rural-, que coinciden en señalar aspectos muy similares sobre cómo vivían hace décadas años y cómo es su presente.  

“Hemos preguntado a pastores, agricultores, ganaderos, apicultores, para que nos cuenten su percepción sobre el cambio climático y lo que nos hemos encontrado es que perciben con mucha claridad cambios, muchos, y muy importantes”, explica el comisario y autor de numerosas publicaciones sobre nomadismo, medio rural, paisaje y montaña.

Los entrevistados (la mayoría personas mayores entre 70 y 80 años) comentan que están desapareciendo la primavera y el otoño, que el invierno tiene menos momentos de nieve o que hay menos precipitaciones. “Estos desbarajustes provocan confusión en la naturaleza y las plantas, los frutales y los pájaros están cambiando su comportamiento”.  

Por ejemplo, ganaderos y agricultores señalan que “antes” veían nidos “en cualquier sitio” y “ahora ya no”; de la misma forma que “antes” llovía “durante días”, mientras que “ahora” el río “lleva años seco”. “Hasta las culebras se han ido”, dice uno de los testimonios. En cambio, las garrapatas ya pueden vivir en altas zonas de montaña: “antes” las mataba el frío, “ahora” son una peligrosa plaga que afecta a animales y a humanos.  

Otro de los ejemplos es que “los apicultores están teniendo menos rendimiento con sus abejas”. “El romero florece habitualmente en marzo, pero debido a que no hace frío empieza a florecer en noviembre y está florecido durante todo el invierno de manera que no llega a florecer de verdad y las abejas no pueden polinizarlas correctamente”, comenta Vidal.  

Así, la exposición también resalta aspectos como el cambio de calendario de la trashumancia (los ganaderos tardan más en bajar de las montañas por falta de frío), las dificultades para proveer de agua y piensos a los ganados por la ausencia de fuentes y abrevaderos, o los costes de agua para unos campos secos por la falta de lluvia. “Los ganaderos dicen que 'el monte no tiene leche', porque no pueden cuidar correctamente a su ganado. Un panorama que provoca el abandono del campo”, añade el comisario.  

Más allá de la ciudad

El temps destarifat. Percepció climàtica d’una generació es la primera exposición en España dedicada al impacto del cambio climático desde el punto de vista de las ciencias sociales. “Seguimos pensando que el cambio climático no nos afecta, que afecta a otros, a los que viven en el Polo Norte y a los esquimales, pero no es así, nos afecta ya a todos, y en las ciudades percibimos apenas una pequeña proporción del poder y de la dimensión del clima y sus cambios”, destaca el comisario.

La exposición también se detiene en los cambios que se producen en el ámbito doméstico (ya no son necesarias prendas de abrigo como antes, no es necesario calentar la casa como antaño). La muestra incluye una selección de objetos, a cargo del conservador Jorge Cruz, de la colección del museo. Una selección de utensilios de montaña, que indican “la dureza de este territorio y nos permite observar que muchos de ellos (zapatos de suela de madera, estufas, capa de pastor, etc.) están cayendo en desuso por el cambio climático”.   

Las personas que viven en el campo y en las montañas son testigos directos de las transformaciones drásticas que produce el cambio climático, no solo en los modos de vida, sino en la naturaleza y en el comportamiento de los animales. Un panorama desolador que ha recogido la exposición El temps està destarifat, del Museo Valenciano de Etnología, que se podrá visitar hasta el 20 de marzo de 2022. La muestra se compone de audios, vídeos y fotografías, firmadas por David Cantillo, a personas en estrecho contacto con la naturaleza que advierten: “El cambio ya está aquí”.

“El cambio climático nos afecta a todos, pero quienes más lo perciben son quienes viven en el medio rural”, asegura el comisario de la exposición y profesor de Antropología, Pablo Vidal. Prueba de ellos son las respuestas cruzadas de los cuarenta entrevistados de diez comarcas valencianas -sobre todo del interior rural-, que coinciden en señalar aspectos muy similares sobre cómo vivían hace décadas años y cómo es su presente.