La imagen de una persona acurrucada tapándose los oídos, cerrando fuertemente los ojos y gritando el célebre “¿por qué no te callas?”, esta es la imagen que da el PP ante las críticas. Pero su gobierno en la Generalitat le permite todavía eliminar muchas voces incómodas.
La última víctima que tiene en el punto de mira el PP es la AVL (Acadèmia Valenciana de la Llengua) que por decir lo mismo que la comunidad científica internacional, que el valenciano es el nombre que recibe el catalán en el País Valenciano, se ha arrogado la potestad de señor de la lengua y además ha lanzado la academia (y a sus miembros) a los leones de la extrema derecha para que la devoren.
Precisamente también el término “País Valenciano” es otra molestia en los oídos del PP, pero como no puede cortar la lengua a cada valenciano que lo pronuncia, sólo puede prohibir su uso en las instituciones oficiales.
Usar este término, así como el respeto de las señas de identidad valencianas pactadas por PP y PSPV en el Estaut, es el argumento usado por la Generalitat para no permitir las emisiones de TV3 y Catalunya Ràdio en nuestro territorio. También se ha argumentado el uso de frecuencias no autorizadas, pero aquellas emisoras que no son críticas o no usan conceptos tan incómodos tienen bula.
TV3 y Catalunya Ràdio también mostraban en el País Valenciano una realidad diferente al país de las maravillas de Canal 9, se escuchaban voces como las de las víctimas del metro, las que atormentaban en sueños al PP. No obstante éste decidió tirar a la basura su juguete roto, pero el juguete, sabiéndose condenado, se rebeló y recuperó su alma atacando a su amo. Esto costó que se apagaran la televisión y la radio valencianas aunque todavía estén vivas y pagándolas, callar al condenado, dejarlo en coma hasta su defunción.
A raíz del cierre de Canal 9 las protestas arrecian cada semana ante el Palau de la Generalitat, y también en las visitas de Fabra por todo el territorio valenciano con una nutrida presencia de seguridad. Pero el episodio más bochornoso fue el producido en Xàtiva donde unos niños también reclamaron la vuelta de Canal 9; esta actitud ‘intolerable’ fue ordenada callar mediante la policía, los alumnos de Primaria fueron grabados por el concejal de seguridad de la ciudad y después hasta se abrió un expediente de investigación.
Un juego de niños parecían también las camisetas de la diputada Mónica Oltra, con la de Camps con la inscripción ‘Wanted. Only alive’ (Se busca. Sólo vivo) en el ‘top ten’ de las más célebres. Pero el presidente de las Corts, Juan Cotino, quiso frenar esta modalidad de protesta prohibiéndolas en pos del ‘decoro’ de sus señorías.
Sobre humor el PP ha demostrado tenerlo corto cuando en todo lo que ha estado en sus manos ha censurado (a través especialmente de los ayuntamientos ‘populares’) al ácido y corrosivo Xavi Castillo, quien tiene como blanco troncal de sus espectáculos al PP, a la Generalitat y a la sociedad conservadora.
En los espectáculos también sobrevuela la sombra de la amenaza sobre ‘Tonet’, el actor y presidente del sindicato de actores valencianos Ferran Gadea, ha sido incluido en la lista negra del PP por las críticas al cierre de Canal 9. Fue Alfonso Rus, el presidente de la Diputación de Valencia, quien afirmó que se podría recuperar la serie ‘L’Alqueria Blanca’, pero que podría desaparecer este personaje.
Y precisamente Alfonso Rus simbolizó este sábado el espíritu de censura e imposición del PP. Con su característico populismo anticatalán afirmó que ningún diccionario le puede decir ahora a él que su nieto es un “noi”. Por supuesto, señor Rus, esa es la gracia, a usted nadie le obliga a usar una palabra u otra, es libre, como el PP también debería dejar libertad a la ciudadanía a tener una visión plural y crítica con ella misma, y no un mundo constreñido y limitado como pretende su partido.
El PP elimina lo que no quiere oír
La imagen de una persona acurrucada tapándose los oídos,cerrando fuertemente los ojos y gritando el célebre “¿por qué no te callas?”,esta es la imagen que da el PP ante las críticas. Pero su gobierno en la Generalitat le permitetodavía eliminar muchas voces incómodas.
La última víctima que tiene en el punto de mira el PP es la AVL (Acadèmia Valenciana de la Llengua) que por decir lomismo que la comunidad científica internacional, que el valenciano es el nombreque recibe el catalán en el País Valenciano, ha lanzado la academia a losleones de la extrema derecha para que la devoren.
Precisamente también el término “País Valenciano” es otramolestia en los oídos del PP, pero como no puede cortar la lengua a cadavalenciano que lo pronuncia, sólo puede prohibir su uso en las institucionesoficiales.
Usar este término, así como el respeto de las señas deidentidad valencianas pactadas por PP y PSPV en el Estaut, es el argumentousado por la Generalitatpara no permitir las emisiones de TV3 y Catalunya Ràdio en nuestro territorio.También se ha argumentado el uso de frecuencias no autorizadas, pero aquellasemisoras que no son críticas o no usan conceptos tan incómodos tienen bula.
TV3 y Catalunya Ràdio también mostraban en el PaísValenciano una realidad diferente al país de las maravillas de Canal 9, seescuchaban voces como las de las víctimas del metro, las que atormentaban ensueños al PP. No obstante éste decidió tirar a la basura su juguete roto, peroel juguete, sabiéndose condenado, se rebeló y recuperó su alma atacando a suamo. Esto costó que se apagaran la televisión y la radio valencianas aunquetodavía estén vivas, callar al condenado, dejarlo en coma hasta su defunción.
A raíz del cierre de Canal 9 las protestas arrecian cadasemana ante el Palau de la Generalitat, y también en las visitas de Fabra por todo elterritorio valenciano con una nutrida presencia de seguridad. Pero el episodiomás bochornoso fue el producido en Xàtiva donde unos niños también reclamaronla vuelta de Canal 9; esta actitud ‘intolerable’ fue ordenada callar mediantela policía y después hasta se abrió un expediente de investigación.
Un juego de niños parecían también las camisetas de ladiputada Mónica Oltra, con la de Camps con la inscripción ‘Wanted. Only alive’(Se busca. Sólo vivo) en el ‘top ten’ de las más célebres. Pero el presidentede las Corts, Juan Cotino, quiso frenar esta modalidad de protesta prohibiéndolasen pos del ‘decoro’ de sus señorías.
Sobre humor el PP ha demostrado tenerlo corto cuando en todolo que ha estado en sus manos ha censurado (a través especialmente de losayuntamientos ‘populares’) al ácido y corrosivo Xavi Castillo, quien tiene comoblanco troncal de sus espectáculos al PP, a la Generalitat y a lasociedad conservadora.
En los espectáculos también sobrevuela la sombra de laamenaza sobre ‘Tonet’, el actor y presidente del sindicato de actoresvalencianos Ferran Gadea, ha sido incluido en la lista negra del PP por las críticasal cierre de Canal 9. Fue Alfonso Rus, el presidente de la Diputación de Valencia,quien afirmó que se podría recuperar la serie ‘L’Alqueria Blanca’, pero quepodría desaparecer este personaje.
Y precisamente Alfonso Rus simbolizó este sábado el espíritude censura e imposición del PP. Con su característico populismo anticatalánafirmó que ningún diccionario le puede decir ahora a él que su nieto es un “noi”.Por supuesto, señor Rus, esa es la gracia, a usted nadie le obliga a usar unapalabra u otra, es libre, como el PP también debería dejar libertad a laciudadanía a tener una visión plural y crítica con ella misma, y no un mundoconstreñido y limitado como pretende su partido.
El PP elimina lo que no quiere oír
La imagen de una persona acurrucada tapándose los oídos, cerrando fuertemente los ojos y gritando el célebre “¿por qué no te callas?”, esta es la imagen que da el PP ante las críticas. Pero su gobierno en la Generalitat le permite todavía eliminar muchas voces incómodas.
La última víctima que tiene en el punto de mira el PP es la AVL (Acadèmia Valenciana de la Llengua) que por decir lo mismo que la comunidad científica internacional, que el valenciano es el nombre que recibe el catalán en el País Valenciano, ha lanzado la academia a los leones de la extrema derecha para que la devoren.
Precisamente también el término “País Valenciano” es otra molestia en los oídos del PP, pero como no puede cortar la lengua a cada valenciano que lo pronuncia, sólo puede prohibir su uso en las instituciones oficiales.
Usar este término, así como el respeto de las señas de identidad valencianas pactadas por PP y PSPV en el Estaut, es el argumento usado por la Generalitat para no permitir las emisiones de TV3 y Catalunya Ràdio en nuestro territorio. También se ha argumentado el uso de frecuencias no autorizadas, pero aquellas emisoras que no son críticas o no usan conceptos tan incómodos tienen bula.
TV3 y Catalunya Ràdio también mostraban en el País Valenciano una realidad diferente al país de las maravillas de Canal 9, se escuchaban voces como las de las víctimas del metro, las que atormentaban en sueños al PP. No obstante éste decidió tirar a la basura su juguete roto, pero el juguete, sabiéndose condenado, se rebeló y recuperó su alma atacando a su amo. Esto costó que se apagaran la televisión y la radio valencianas aunque todavía estén vivas, callar al condenado, dejarlo en coma hasta su defunción.
A raíz del cierre de Canal 9 las protestas arrecian cada semana ante el Palau de la Generalitat, y también en las visitas de Fabra por todo el territorio valenciano con una nutrida presencia de seguridad. Pero el episodio más bochornoso fue el producido en Xàtiva donde unos niños también reclamaron la vuelta de Canal 9; esta actitud ‘intolerable’ fue ordenada callar mediante la policía y después hasta se abrió un expediente de investigación.
Un juego de niños parecían también las camisetas de la diputada Mónica Oltra, con la de Camps con la inscripción ‘Wanted. Only alive’ (Se busca. Sólo vivo) en el ‘top ten’ de las más célebres. Pero el presidente de las Corts, Juan Cotino, quiso frenar esta modalidad de protesta prohibiéndolas en pos del ‘decoro’ de sus señorías.
Sobre humor el PP ha demostrado tenerlo corto cuando en todo lo que ha estado en sus manos ha censurado (a través especialmente de los ayuntamientos ‘populares’) al ácido y corrosivo Xavi Castillo, quien tiene como blanco troncal de sus espectáculos al PP, a la Generalitat y a la sociedad conservadora.
En los espectáculos también sobrevuela la sombra de la amenaza sobre ‘Tonet’, el actor y presidente del sindicato de actores valencianos Ferran Gadea, ha sido incluido en la lista negra del PP por las críticas al cierre de Canal 9. Fue Alfonso Rus, el presidente de la Diputación de Valencia, quien afirmó que se podría recuperar la serie ‘L’Alqueria Blanca’, pero que podría desaparecer este personaje.
Y precisamente Alfonso Rus simbolizó este sábado el espíritu de censura e imposición del PP. Con su característico populismo anticatalán afirmó que ningún diccionario le puede decir ahora a él que su nieto es un “noi”. Por supuesto, señor Rus, esa es la gracia, a usted nadie le obliga a usar una palabra u otra, es libre, como el PP también debería dejar libertad a la ciudadanía a tener una visión plural y crítica con ella misma, y no un mundo constreñido y limitado como pretende su partido.
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