El empresario Enrique Ortiz ha negado este lunes que cooperara con Hansa Urbana en la comisión de un presunto fraude fiscal de más de seis millones de euros y ha alegado que esa mercantil era su “competencia”. Ortiz ha realizado estas declaraciones durante el juicio que se sigue en el juzgado de lo Penal 1 de Alicante contra él, el presidente de Hansa Urbana, Rafael Galea, y otros tres acusados por un delito contra la Agencia Tributaria.
El presunto fraude se remonta al ejercicio 2005, guarda relación con el alquiler de unas parcelas en una zona de expansión urbanística ubicada en la Playa de San Juan y fue denunciado en su día por Hacienda. El Ministerio Público y la Agencia Tributaria, que ejerce la acusación particular en esta causa, sostienen que los cinco acusados se confabularon para que Hansa Urbana obtuviera indebidamente unas devoluciones tributarias por esos arrendamientos.
Durante esta sesión de la vista oral, que arrancó el pasado 21 de junio, los cinco acusados, que se enfrentan a sendas peticiones de condena de cuatro años y medio de cárcel, se han declarado inocentes de los delitos fiscales y de falsedad documental que se les atribuyen.
El principal sospechoso, Rafael Galea, se ha declarado totalmente ajeno a la operación de alquiler y posterior venta de los terrenos tras alegar que él solo presidía este grupo inmobiliario y no estaba al tanto de esos detalles. Por su parte, Ortiz ha explicado que alquiló las parcelas a Hansa a través de agentes de la propiedad inmobiliaria (API) porque constituían el único terreno donde podía depositar maquinaria e instalar plantas de áridos y asfalto con que desarrollar ese sector, en el que tenía “inversiones de ciento y pico millones de euros”.
“Teníamos muchas posibilidades de que nos aprobaran el plan y mi estrategia era adquirir derechos sobre unas fincas para obstaculizar su venta a otros y ahorrarnos un sobrecoste de 16 millones”, ha manifestado el empresario, a preguntas de la Fiscalía.
Según su versión, él nunca habló “de este tema” con Hansa Urbana, de la que ha precisado que era competencia directa de su grupo de empresas en este sector, por lo que “nunca” ha colaborado con ella, sino que siempre ha ido “en su contra”. “Eran nuestra competencia y nos estábamos partiendo la cara con ellos todos los días. Nosotros queríamos comprar en esa zona el cien por cien del suelo, pero Hansa no nos quiso vender hasta el final”, ha señalado.
El empresario, que está también encausado en varias piezas separadas del llamado 'caso Brugal', pretendía construir en esa zona de expansión un campo de golf, una ciudad deportiva para el Hércules, el club de fútbol del que es propietario, viviendas libres y una importante zona hotelera, de acuerdo con su propio testimonio.
Hoy ha asegurado que invirtió para ello cerca de 120 millones de euros en la compra de suelo, soportando en ocasiones “condiciones leoninas” por parte de los vendedores, entre ellos Hansa, con la que tenían “una competencia muy dura”. Finalmente, el proyecto no resultó aprobado por el consistorio, según Ortiz, y ahora puede parecer que muchas de las decisiones que tomaron en esa época él y otros muchos promotores “no tienen justificación”, una vez que el mercado inmobiliario “entró en quiebra”.
Ortiz ha mantenido que nunca ha cooperado con Hansa Urbana en fraude fiscal alguno y ha añadido que desconoce cómo contabilizó esta firma ante Hacienda los terrenos arrendados en su declaración del Impuesto de Sociedades de 2007.
“Nosotros siempre cumplimos con la fiscalidad”, ha respondido, a preguntas de su propio letrado, Ortiz durante este juicio, el segundo al que se enfrenta después de resultar absuelto de un delito de tenencia ilícita de armas.
Próximamente también deberá ser juzgado en una de las piezas del 'caso Gürtel' en la que ya ha confesado por escrito ante la Audiencia Nacional que financió de forma ilegal al PP de la Comunitat Valenciana.
Precisamente, hoy, a la salida de los juzgados de Alicante, ha sido interpelado por los periodistas acerca de este último caso y ha contestado que, a diferencia del mismo, en el asunto del supuesto fraude fiscal no debe pedir perdón porque tiene la conciencia “totalmente tranquila”.
“Lo que hacen otras empresas con sus cuentas es cosa suya. Nosotros solo pasábamnos por allí y no tenemos nada que ver con este tema”, ha concluido.