La adicción a las nuevas tecnologías (Internet, móvil, videojuegos) y al juego (tradicional y online), aunque con situaciones diferentes, constituye una realidad a la que los recursos especializados en drogodependencias se enfrentan diariamente.
Así lo han afirmado fuentes de la Conselleria de Sanidad a eldiario.es tras constatar que, si bien es cierto que, por un lado, el impacto de esta adicciones sin sustancia todavía resulta baja, por otro, “las demandas de centros escolares, el ámbito familiar y los propios jóvenes respecto a problemas derivados de un mal uso de las tecnologías y los jugeos de azar, aumentan considerablemente en los últimos 5 años”.
Como informó eldiario.es, un estudio de la Conselleria de Sanidad realizado el año pasado a 5.058 escolares de entre 14 y 19 años en en relación al juego presencial y on-line. revela que el 10% de los menores apuestan por Internet “varias veces al mes”.
En el caso de las redes sociales y el móvil, los datos no son menos preocupantes. La misma encuesta, fruto de un convenio específico de colaboración entre la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (Fisabio) y la Universitat de València, se realizó en la categoría 'Móviles, Redes Sociales y Videojuegos', con una participación de 109 centros escolares y 12.540 alumnos de la misma franja de edad.
Según los resultados, el 80% de los escolares utiliza el acceso a redes sociales diariamente, con una dedicación entre semana de más de dos horas por el 45% de usuarios de las mismas, porcentaje que alcanza al 64% de usuarios durante el tiempo libre de fin de semana.
El uso de videojuegos se sitúa en el 65% del total, resaltando que de ese porcentaje de jugadores, el 51,9% opta en la mitad de su tiempo a la modalidad de 'multijugador online', práctica que según los expertos, resulta la más adictiva.
Respecto al uso del teléfono móvil, la edad media de acceso al primer móvil es de 9,8 años y su principal utilización se relaciona con la mensajería instantánea,
mayoritariamente a diario (el 76% afirma hacer un uso todos los días para mandar o
recibir mensajes).
Expertos consultados por eldiario.es han explicado que estudios científicos avalan que dedicar más de nueves horas semanales a las nuevas tecnologías y redes sociales “se considera una situación de riesgo por abuso que puede derivar en un problema de dependencia, que se situaría en una media de cinco horas al día”.
En cuanto al uso del teléfono móvil, han calificado de “barbaridad” que niños de 10 años hagan uso de dispositivos con acceso a Internet (mensajería o redes sociales): “se considera adecuado que puedan usar móviles sin acceso a la red (solo para hacer o recibir llamadas) a los 12 ó 13 años, y a partir de los 15 años con Internet pero supervisado por los padres o tutores”.
Cursos de prevención
Ante esta situación, desde la Conselleria de Sanidad se han tomado medidas en dos sentidos. En primer lugar, durante el curso escolar 2015-2016 se incorporó un nuevo programa de prevención de conductas de mal uso y abuso de móvil, redes sociales y videojuegos (Programa Prev-tec 3.1) al que sigue en este último curso 2016-2017 el Programa Ludens dirigido la prevención del juego presencial y on-line, con una excelente aceptación e implementación por parte de los centros escolares.
Ambos programas, aunque con poblaciones diferenciadas por rangos de edad (Prevtec se dirige a alumnado entre 12 -16 años y Ludens entre 15- 19 años) se siguen realizando en el presente curso persigue a través de material escrito, gráfico y audiovisual para concienciar e informar sobre los riesgos y factores asociados a las adicciones relacionadas con las tecnologías y los juegos de azar, especialmente ante las nuevas modalidades de juegos online (póquer online, apuestas, casino online, etc.).
En cuanto a la segunda línea de actuación, la Conselleria de Sanidad, a través de la Escuela Valenciana de Estudios para la Salud (EVES) pone en marcha un curso 'Evaluación e intervención de la práctica clínica en adicción al juego' de 35 horas de duración, pensado para que los profesionales que están en contacto con este tipo de trastornos puedan conocer los últimos avances en materia de investigación, las características evolutivas que el propio fenómeno adquiere a nivel legal y epidemiológico o nuevos procedimientos clínicos contrastados que contribuyan a la mejora de la práctica profesional, la detección temprana de este tipo de trastornos y su mejor tratamiento.