En la Corona de Aragón, como en otras tantas monarquías, las mujeres quedaron excluidas de la línea de sucesión real. Incluso, recuerda el historiador Vicent Baydal, esa fue la chispa que encendió una revuelta en 1347, cuando Pere el Cerimoniós intentó nombrar como heredera a su primera hija, Constanza. “En el Reino de Valencia nunca hubo una reina por herencia dinástica, sino que todas ellas serían reinas por matrimonio, reinas consortes”. Por esta razón, considera, los valencianos “no tenemos en mente un referente claro de reina”, como sucede en el resto del Estado con, por ejemplo, Isabel la Católica.
Con texto e investigación de Vicent Baydal e ilustraciones de Jorge Lawerta, la Generalitat Valenciana ha puesto en marcha una exposición para recordar a las reinas que contribuyeron a labrar políticamente la identidad del País Valencià. La exposición, en el Palau de la Generalitat, se irá desplazando por distintos municipios para acercar sus historias a la ciudadanía.
La investigación de Baydal recorre la historia de las 18 reinas consortes y destaca aquellos momentos políticos en los que tuvieron más influencia. Desde Violant d'Hongria, la reina fundadora, hasta Germana de Foix, la represora de las Germanías. Reinas ignoradas por la mayor parte de la academia y, por ende, de la sociedad. “No las conocemos porque la historia la han hecho mayoritariamente los hombres con un punto de vista masculino”, considera Baydal, que explica que los historiadores durante décadas reprodujeron el rol que en el medievo se dió a las mujeres: madres y esposas. Desde hace unos 30 años, aplaude, se trabaja la perspectiva de género en la investigación española, a la que este libro pretende introducir.
Baydal recuerda en el libro las contradicciones del medievo en el actual País Valencià. La misoginia en una sociedad estamental no afecta a todo el mundo por igual, aunque lo que sí era igual para todas las mujeres era su condición de “inferioridad natural”, avalada por médicos, escritores y filósofos. Pese a que las reinas no tenían los mismos privilegios que los reyes -comenzando por el dinástico-, estaban en una posición de poder muy superior a la del resto de la población, lo que les permitió tener gran influencia.
En la Corona de Aragón se daba una anomalía respecto a lo que hoy llamamos España, aunque en sintonía con otras monarquías europeas: las reinas ejercían de lugartenientes reales, por lo que, de facto, tenían el máximo poder en la toma de decisiones en algunos lugares de la corona. Las consortes, a partir de Elionor de Sicilia, ocupaban cargos de gobierno, como también ocurrió en el Reino de Navarra.
La campaña se enmarca en un contexto de reivindicación de la igualdad -'Terra d'igualtat' es el lema- aunque el historiador advierte de que no por ser mujeres se debe ignorar sus formas de gobierno. “Conocer la historia no es blanquearla, es todo lo contrario. Cuando no la conocemos o cuando la ignoramos es cuando se puede blanquear”, señala el historiador. “Si conocemos a los reyes, debemos conocer a las reinas”, sentencia.
Las 18 monarcas
- Violant de Hungría: La reina fundadora. Esposa y consejera de Jaume I, según explica el Llibre dels fets. Fue la única mujer presente en la negociación de la expulsión musulmana de Valencia y tuvo un papel fundamental en los acuerdos fronterizos del reino.
- Constança de Sicilia: Reina consorte de Aragón y reina de Sicilia. Marca la orientación itálica de la corona y su matrimonio contribuyó a expandir la presencia aragonesa por el Mediterráneo.
- Blanca d'Anjou: Su matrimonio con Jaume II pone fin a la guerra con Sicilia, iniciada en la etapa de su predecesora. Participó en las expediciones militares de Murcia contra los castellanos, en la de Sicilia contra el hermano del rey y en Almería contra los nazaríes.
- Maria de Chipre: Su matrimonio con Jaume II refuerza la presencia aragonesa en el Mediterráneo, esta vez en Chipre. Fue repudiada al no tener hijos y recluida entre Tortosa y Barcelona. Murió apenas cuatro años después del matrimonio.
- Elisenda de Montcada: Cuarta y última esposa de Jaume II, intervino como mediadora en conflictos de la familia real en Barcelona. Fue impulsora del monasterio de monjas de Santa Clara en Pedralbes, donde se dedicó, entre otras cosas, a promocionar las artes.
- Elionor de Castilla: La reina breve y repudiada. Se casó con el primogénito de Jaume II, que huyó al acabar la ceremonia, lo que anuló el matrimonio. Diez años después, se casó con el hermano del fugado, Alfonso el Benigno, con dos hijos de su matrimonio anterior. Las relaciones entre los hijos de este matrimonio y los herederos al trono causaron varias tensiones entre las coronas de Castilla y Aragón con motivo de unas donaciones. Fue asesinada por orden de su sobrino, Pedro el Cruel, por participar en un complot.
- Maria de Navarra: esposa de Pere el Cerimoniós y madre de tres hijas, lo que llevó al rey a plantear que la sucesión fuera para una de ellas. Contradecir los principios de la corona provocó varias revueltas en los años cuarenta del siglo XIV. Murió con 21 años.
- Elionor de Portugal: Segunda esposa de Pere el Cerimoniós, participó sofocando las revueltas de la Unió contra el rey, en las cuales fue capturada. Murió de peste poco después.
- Elionor de Sicilia: Tercera esposa de Pere el Cerimoniós, fue la primera reina en ejercer competencias de gobierno en la corona de Aragón. Acompañó al rey en las expediciones militares y se hizo cargo del gobierno en varias ocasiones entre guerras.
- Sibil·la de Fortià: Amante del monarca primero y su esposa después, fue menospreciada por los infantes, que dividieron a la corona. Tuvo que huir del Palacio Real acusada de abandono y hurto.
- Violant de Bar: Casada con el infante Joan de Aragón, ejerció como alta consejera real y lugarteniente. Fue una gran promotora del arte, la cultura y las letras.
- Maria de Luna: Creció en la corte de Elionor de Sicilia y se casó con el segundogénito, formando uno de los señoríos más importantes. Con sus rentas se financiaron campañas militares, intercedió ante el Papa por cuestiones con los campesinos y mostró preocupación por las violencias feudales.
- Margarida de Prades: esposa de Martí l'Humà, que falleció ocho meses después, estuvo al mando de un interreino con sucesivos pretendientes hasta casarse con un caballero. Cuando Alfons el Magnànim dejó de darles apoyo, la pareja se refugió en un monasterio en Barcelona.
- Elionor d'Albuqueruqe: Su boda con el infante Ferran de Trastámara, de Castila, sumó un gran patrimonio a su corona. Trató de interceder en las cruzadas entre sus dos hijos tras la muerte de su esposo y el rey de Castilla acabó internandola en un monasterio.
- María de Castilla: Reina de Aragón por su matrimonio con Alfons el Magnànim, una unión meramente política. Tuvo constantes problemas de salud pero ejerció notables responsabilidades políticas, como al forzar negociaciones de paz entre castellanos y aragoneses.
- Joana Enríquez: esposa del infante de Aragón y reina consorte de Navarra, ascendió al trono tras la muerte de Alfonso V. Intervino en la guerra civil navarra y también en conflictos en Cataluña. Su obra política más destacada fue labrar el matrimonio entre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.
- Isabel de Castilla: A Isabel de Castilla no se le puede considerar una reina olvidada e ignorada. La expulsión de los judíos, la creación de la Santa Inquisición y la conversión forzosa de los musulmanes le valieron el sobrenombre de Isabel la Católica.
- Germana de Foix: Virreina de Valencia y la última reina de la Corona de Aragón. Entre sus muchas gestas, destacó la represión de las germanías: llegó a firmar 800 sentencias de muerte. Fue la segunda mujer de Fernando el Católico y después de enviudar se casó más adelante con Fernando de Aragón, duque de Calabria.