Los estatutos vinculan de lleno al Arzobispado de València con la entidad denunciada por las terapias homófobas

Lucas Marco

València —
21 de enero de 2025 23:00 h

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Si bien el arzobispado de València ha tratado de desvincularse del organismo denunciado por el escándalo de las terapias de conversión sexual a personas LGTBI, los estatutos del Centro de Orientación Familiar (COF) 'Mater Misericordiae' vinculan de lleno el polémico ente a la jerarquía valenciana de la Iglesia Católica. El arzobispado se limitó a anunciar una investigación interna. Sin embargo, los estatutos de la entidad, desvelados este martes por Compromís, otorgan al arzobispo, Enrique Benavent, importantes competencias de control de la entidad. El nombramiento del presidente, la exclusión de sus miembros, la formación académica y la sede del COF dependen directamente del arzobispo. También la disolución de la entidad en caso de “escándalo” por actuaciones de la asociación.

El COF se rige bajo la “alta dirección” del arzobispo. De hecho, al arzobispado le corresponde el derecho de visita e inspección de “todas las actividades” de la asociación, la capacidad de suprimir o disolver la propia entidad e incluso el cambio de presidente. “Cuando lo exijan graves razones, el Arzobispo diocesano podrá designar un comisario que, en su nombre, dirija temporalmente la asociación”, según rezan los estatutos.

Entre las “graves circunstancias” figura el “escándalo producido por actuaciones de la asociación”. Tras las denuncias sobre las terapias de conversión sexual de un docente en un centro católico, prohibidas por la legislación autonómica y estatal, la Fiscalía abrió diligencias de investigación penal después de que la Conselleria de Educación aportara un informe de la inspección educativa.

El docente en cuestión, Federico M. V., que reconoció a un reportero de La Sexta que llevaba a cabo terapias prohibidas, preside el COF. También presidió durante casi dos décadas de la Asociación Católica de Maestros de València

El arzobispado retiró de su página web los datos de contacto de la polémica entidad después de que elDiario.es desvelara que, a pesar de su investigación interna y de la denuncia de la Conselleria de Educación, seguía ofreciendo el teléfono de Federico M. V

Los estatutos del COF indican que la entidad nace con una doble personalidad jurídica: civil y canónica pública, sin ánimo de lucro y “erigida en la Archidiócesis de Valencia”. Fueron firmados ante notario el 2 de mayo de 2019, durante la anterior etapa del arzobispo Antonio Cañizares, por el canciller-secretario José Francisco Colomer Castelló.

La vinculación directa del COF con el arzobispado aparece en varios artículos del documento. Empezando por su domicilio social (en un edifico de la calle de las Avellanas), vinculado al Arzobispado de València. “Cualquier cambio de dirección deberá contar con el beneplácito del Obispo Diocesano y ser notificado previamente a la secretaría general del Arzobispado de Valencia, la cual lo notificará al Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia”, rezan los estatutos.

Entre los fines y actividades de la entidad destacan los “servicios especializados de orientación, asesoramiento y terapia, conducentes a favorecer una vida matrimonial y familiar más equilibrada y satisfactoria”. Además, el COF también se centra en la formación “religiosa y moral de los fieles”, con la prioridad de la “vivencia del matrimonio cristiano, de acuerdo con los principios evangélicos y la doctrina de la Iglesia Católica”, además de la evangelización de “todas aquellas personas que soliciten sus servicios, sin distinción alguna”. 

La “formación permanente”, a cargo de la UCV

La entidad se encarga de la “formación permanente” de sus miembros en coordinación con la sección española del Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II, dependiente del Vaticano y cuya sede en España corresponde a la Universidad Católica de València (UCV), un centro privado propiedad del arzobispado.

Fuentes de toda solvencia conocedoras de las interioridades del ente vinculan ese ámbito formativo al máster universitario de Ciencias del Matrimonio y la Familia de la UCV, en el cual ejerce como docente (de la asignatura ética y sexualidad) Juan Andrés Talens Hernandis, un reverendo que, a su vez, es asesor del COF y director del Secretariado para la Defensa de la Vida del arzobispado, que agrupa, además del ente presidido por Federico M. V., a entidades centradas en atacar el derecho al aborto. El COF, según sus estatutos, también imparte cursos de orientación al matrimonio “para quienes voluntariamente lo deseen”.

Los miembros del COF, ya sean de pleno derecho (con voz y voto en las asambleas) o meros colaboradores o simpatizantes deben ser “avalados” por, al menos, dos asociados para luego ser admitidos por la junta directiva. Quedan excluidos los aspirantes que “rechacen públicamente la fe católica” o que hayan incurrido en una censura de excomunión impuesta o declarado, entre otros supuestos de inadmisión.

Presidente “confirmado” por el arzobispo

La asamblea general, reunida una vez al año, elige a los miembros de la junta directiva y al presidente del COF, que debe ser “confirmado” por el arzobispo o por el obispo auxiliar o vicario general con mandato especial para ello, “si procede”. Eso sí, los estatutos de la entidad excluye para el puesto de presidente a quien desempeñe cargos de dirección en partidos políticos sindicatos e instituciones similares en el ámbito municipal, provincial o autonómico.

Por su parte, los miembros de la junta directiva “están llamados, según su propia condición, a llevar una vida santa y a trabajar para que el mensaje divino de salvación alcance a todos los hombres”. Las competencias del presidente incluyen la tarea de “comunicar” al arzobispado la composición de la junta directiva, además del estado anual de las cuentas. Por lo demás, la asamblea también está capacitada para acordar las modificaciones del estatuto “antes de que sean presentadas a la aprobación del arzobispo diocesano”.

El administrador del COF —“obligado a cumplir su función con la diligencia de un buen padre de familia”— se encarga de “rendir cuentas cada año al Arzobispo” de las cuentas para su revisión por parte de los organismos diocesanos competentes, en particular el consejo de asuntos económicos. Además, el consiliario (una suerte de consejero eclesiástico) resulta nombrado por el arzobispo, “previa consulta a la junta directiva, si lo estima oportuno”.

La entidad se financia con las cuotas de sus socios, donativos, subvenciones públicas o privadas o “cualquier otro rendimiento lícitamente adquirido y tributado a Hacienda, si es el caso”.

Compromís critica la inacción del arzobispado ante la “trama de pseudoterapias homófobas”

El diputado autonómico de Compromís y portavoz de igualdad LGTBI, Francesc Roig, ha denunciado que, según consta en el Registro de entidades Religiosas del Ministerio de Justicia, el arzobispado mantiene como presidente de la entidad eclesiástica COF Mater Misericordiae a Federico M. V., exprofesor de un colegio concertado de Alaquàs acusado de practicar “pseudoterapias de conversión”, prohibidas por la legislación valenciana.

Compromís considera al COF como el “centro neurálgico de la trama homófoba” del que también forma parte Òscar G. M., profesor de un colegio concertado de Marxalenes acusado por familias del centro de promover estas terapias de conversión y que también es autor de un libro en el cual se defiende buscar “síntomas” de homosexualidad entre los niños y niñas.

“Lo que denunciamos hoy”, afirma el diputado Francesc Roig, “demuestra que el centro neurálgico de las torturas a centenares de jóvenes LGTBI no era una entidad aislada, sino que dependía directamente y en última instancia del arzobispado. Es quien tenía y tiene el deber de vigilar sus actividades y formaba parte de un entramado que incluye en algunos centros educativos y parroquias. Tanto el arzobispado como el Gobierno valenciano están mirando hacia otro lado mientras, día a día, constatamos la existencia de una trama valenciana de pseudoterapias de conversión con centenares de víctimas”.

“La inacción del arzobispado ante la trama de pseudoterapias homófobas nos hace pensar que están más pendientes de eludir su responsabilidad que de proteger a las víctimas. No han hecho nada ante las denuncias al COF Mater Misericordiae, ni ante las denuncias sobre los profesores de Alaquàs o Marxalenes. Incluso se han atrevido a defender a la fundación de los colegios diocesanos por enviar materiales que trata la homosexualidad como una enfermedad que se puede curar, a pesar de las denuncias que hemos hecho desde Compromís”, concluye Roig.

Compromís recuerda que cuenta con un portal web para recoger denuncias ciudadanas y que, gracias a la colaboración cívica de personas afectadas, ha presentado una denuncia a Fiscalía sobre la promoción de las terapias homófobas en más de 60 centros educativos diocesanos.