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Ante el estreno de À Punt

Javier Marzal Felici

Resulta difícil no sentir perplejidad y vértigo cuando echamos la vista atrás a la cadena de sucesos que ha tenido lugar en la Comunidad Valenciana en torno al largo proceso de deterioro y cierre de RTVV, desde 2009 (al menos) hasta el fatídico 29 de noviembre de 2013. Y también, ante el proceso de recuperación del servicio público de radiotelevisión a partir de junio de 2015. La tentación es convertir este relato en una historia maniquea de buenos y malos, en blanco y negro, cuyos personajes y sentido de la historia será muy diferente según la ideología del relator.

A estas alturas, nadie puede discutir que el gobierno de la Generalitat surgido de las elecciones de mayo de 2015, y conformado por PSPV y Compromís, con el apoyo de Podem/Podemos, se ha tenido que enfrentar a un escenario sencillamente devastador, en especial, en el campo de la comunicación y del audiovisual en la Comunidad Valenciana. En efecto, no solo el proceso de liquidación de RTVV S.A. y RTVV S.A.U. estaba absolutamente estancado, sino que, además, existían otros graves problemas que atender como la necesidad de recuperar el servicio público de radiotelevisión de la Comunidad Valenciana, y resolver asuntos tan complejos como la denuncia de la Comisión Europea por la financiación pública de los estudios cinematográficos Ciudad de la Luz de Alicante, la situación caótica de la TDT, la concesión de licencias para emisiones de radio pendiente desde hacía años, la situación de abandono del sector audiovisual valenciano (con más de un 90% de desempleo), y otros temas, no menores, como la situación de la sede de RTVV en Alicante, la gestión de la deuda de RTVV ante las entidades bancarias, el pago de las deudas comprometidas con Mediapro, con las distribuidoras multinacionales, etc. Cabe reconocer que la Secretaría de Comunicación de la Generalitat Valenciana, con José María Vidal al frente, ha tenido ante sí un trabajo ingente en estos últimos tres años, inédito desde su creación.

Algo similar ha ocurrido con el Consejo Rector de la Corporación Valenciana de Medios de Comunicación, que inició su andadura el 26 de octubre de 2016, bajo la presidencia de Enrique Soriano, unos meses después de la aprobación de la Ley 6/2016, de 15 de julio, de la Generalitat, y con À Punt, denominación de la Sociedad Anónima de Medios de Comunicación, sociedad mercantil que dirige Empar Marco desde marzo de 2017. Tanto la CVMC como À Punt han venido desarrollando una actividad frenética para poner en marcha los nuevos medios de comunicación públicos, para lo que han tenido que enfrentarse a problemas de todo tipo, en una auténtica labor de reconstrucción que ha llevado a la creación de un nuevo modelo de empresa, que incluye la renovación de toda la infraestructura tecnológica –absolutamente desfasada–, así como a la creación y contratación de la plantilla de profesionales.

Hace pocos días se ha anunciado el inicio de las emisiones de televisión de À Punt, que comenzarán el próximo 10 de junio. Sin duda, se trata de un acontecimiento trascendental, que debe ser motivo de alegría y satisfacción, no solo para el sector audiovisual valenciano, sino para el conjunto de la sociedad valenciana. Cabe subrayar que los efectos de la creación de À Punt son ya muy evidentes en el sector audiovisual valenciano, donde se han creado más de 2.000 puestos de trabajo en los últimos meses. Por fin, se recupera el servicio público de radiotelevisión que nunca debíamos haber perdido, porque no hay territorio o país con lengua y cultura propias en el mundo desarrollado, que prescinda de medios de comunicación públicos, esenciales en cualquier sociedad avanzada, donde la comunicación es un eje fundamental para el desarrollo, al mismo nivel que instituciones tan esenciales como la educación, la sanidad o la justicia.

Pero no se puede olvidar que el arranque de las emisiones de televisión de À Punt es únicamente una página más de una larga cadena de sucesos muy relevantes y que ha implicado mucho trabajo: recordemos que, tras la constitución de la Sociedad Mercantil À Punt Mèdia en abril de 2017, en junio-julio de 2017 se convocaron las bolsas de trabajo para contratar al personal, incluidas las correspondientes a las plazas del equipo de dirección de la RTV pública; en julio de 2017, se firmó un convenio de colaboración entre la CVMC y las cinco universidades públicas de la Comunitat Valenciana, para promover la innovación y una estrecha colaboración entre la RTV pública y las universidades; el 10 de septiembre de 2017 se presentó la identidad visual e imagen corporativa de la cadena; en noviembre de 2017 se dio a conocer el Llibre d’Estil de la CVMC; el 11 de diciembre de 2017 comenzaron las emisiones de radio en pruebas; el 18 de diciembre de 2017 se lanzó la web oficial de À Punt; el 13 de abril se constituyó el Consejo de la Ciudadanía; y finalmente, ahora llega el inicio de emisiones de TV del próximo 10 de junio de 2018, tras dos meses de emisiones en pruebas.

Y precisamente la campaña de comunicación «Tenemos mucho que contar», que acaba de lanzar À Punt, expresa con mucha claridad y eficacia el papel que han de cumplir nuestros medios de comunicación públicos. À Punt ha de ser un espejo en el que se refleje lo mejor de nuestra sociedad, que representan los deportistas de élite, los profesionales de reconocido prestigio e investigadores y científicos de referencia, valencianos y valencianas que son un orgullo para nosotros, y así proyectar una imagen positiva de lo que somos como colectividad, y que se conozca a la Comunidad Valenciana por otras cosas que no sea por los escándalos de corrupción y la miseria económica y moral que tanto nos ha marcado en los últimos años.

El inicio de las emisiones de À Punt, de la radio, de la televisión y de la plataforma multimedia, ha de representar un punto de inflexión en la historia del audiovisual valenciano y español. À Punt tiene ante sí el reto de vertebrar nuestro territorio, de reforzar y proteger la identidad cultural valenciana, a través del fomento del valenciano. Nuestros medios de comunicación públicos deben servir para potenciar el sector comunicativo y audiovisual valenciano que, por extensión, guarda una estrecha relación con las industrias culturales del territorio, esenciales en la configuración del imaginario social valenciano. À Punt debe ofrecer información de calidad, esto es, veraz, plural e independiente del poder político de turno, cubriendo así la necesidad de servicio público en el entorno de la comunicación de proximidad, tan importante para la sociedad valenciana. Y también ha de ser una herramienta para el progreso económico de la sociedad valenciana, sirviendo de vehículo de comunicación para las empresas e instituciones valencianas y de otros territorios, que ayude a construir una imagen positiva de la Comunidad Valenciana.

No se puede seguir pensando que las RTV públicas y, en concreto las autonómicas, sólo representan gasto y déficit presupuestario. En primer lugar, porque es posible gestionarlas de una manera responsable y rigurosa, mediante la adopción de un modelo de gobernanza que ofrezca las máximas garantías a la ciudadanía. En segundo lugar, porque no se puede seguir hablando en términos de «gasto», sino de «inversión»: se trata, en todo caso, de un gasto social, de una inversión pública que revierte sobre la riqueza del territorio, como ha sido demostrado por decenas de investigaciones (Col·lectiu Ricard Blasco, 2014; Rodríguez, 2015; Soler y Marzal, 2015; Marzal, 2015; etc.).

Estoy convencido de que este es el sentimiento que compartimos las universidades valencianas, que trabajamos desde hace más de cuatro años por la recuperación de los medios de comunicación públicos. El Departamento de Ciencias de la Comunicación de la Universitat Jaume I quiere expresar sus mejores deseos para À Punt en esta nueva etapa. Nosotros trataremos de acompañarle en todo momento, y estaremos atentos a su evolución, con un nivel de exigencia de calidad que debe surgir también de la propia sociedad civil. El próximo 13 de junio tendrá lugar en el Paraninfo de la Universitat de València la celebración de un pitching, que consiste en la presentación de proyectos audiovisuales, muchos transmedia, que han sido seleccionados entre estudiantes de grado y máster de las universidades valencianas, en un acto en el que participarán responsables de À Punt y profesionales del sector audiovisual valenciano. Es esta una prueba fehaciente de que À Punt poco tiene que ver con la antigua RTVV. Afortunadamente.

*Javier Marzal Felici. Catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad. Director del Departamento de Ciencias de la Comunicación. Universitat Jaume I.

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