A lo largo de los últimos 25 años, fotógrafos y fotógrafas han comenzado a dar voz a una memoria silenciada que otras generaciones no han podido o no han querido expresar. Pese a no haber vivido la Guerra Civil en primera persona, la herencia de un pasado traumático resuena como un eco en sus cuerpos. Y es que sus miradas se construyen desde un cierto vacío —el de los incómodos silencios familiares, la desmemoria institucionalizada o la ausencia de referentes— y una cierta distancia: la de ser los nietos y las nietas que han crecido en democracia. Sus fotografías no son instantes que detienen el tiempo, no nos hablan del pasado sino del presente. Sus fotografías toman cuerpo en exposiciones que trascienden lo efímero en forma de catálogos o en fotolibros que circulan de mano en mano. Y así se convierten en dispositivos para conectar el pasado con el presente e interrogarnos sobre qué memoria queremos construir.
La exposición lleva al museo la investigación realizada en el Archivo de Memoria Fotográfica de la Guerra Civil que nace en la Universitat Jaume I (UJI) en 2022. Se trata del primer archivo que recupera, cataloga, analiza y da visibilidad pública a una serie de prácticas fotográficas contemporáneas que ponen en valor una forma de recuperación de la memoria de la guerra y de las víctimas desde la investigación fotográfica y la creación artística. Esta exposición acerca el mapa que se ha construido en el archivo a la ciudadanía.
Una línea temporal abre la exposición y sitúa 75 de estas publicaciones entre 1999 y 2023 para comprenderlas en su contexto histórico y cultural. Después, se despliega en 13 temas que agrupan algunos de estos fotolibros y que van desde los proyectos que documentan y retratan las exhumaciones y las fosas, dan voz y ponen rostro a las víctimas, rastrean los lugares de represión o rescatan los objetos históricos haciendo visible una memoria silenciada, hasta aquellos que denuncian los símbolos del franquismo que aún perviven hoy.
También se muestran otros fotolibros que recurren a estrategias discursivas como el fotomontaje, la apropiación o la escenificación fílmica para cuestionar la construcción de la memoria y el imaginario bélico que nos ha llegado. Finalmente se incluyen otros libros que van más allá de la fotografía a través del dibujo o la novela gráfica o que muestra la memoria contenida en los álbumes personales a la espera de poder ser publicada.
La exposición cuenta con los trabajos de 36 fotógrafos y fotógrafas de gran prestigio nacional como Clemente Bernad, Montserrat Soto, Martí Llorens, Sofía Moro, Ana Teresa Ortega, Gervasio Sánchez, Francesc Torres o Xurxo Lobato; pero también de fotógrafos y artistas menos conocidos para el gran público pero con una larga trayectoria como Julián Barón, Toni Amengual, Eva Máñez, Espe Pons, Paco Rangel, Javier Viver, Roberto Aguirrezabala o Juan Plasencia; y también los proyectos de fotógrafos más jóvenes como Susana Cabañero, David García, Noelia Pérez Sández, Ignasi Prat o Jesús Monterde.
En la muestra se pueden visionar siete piezas audiovisuales, realizadas por Adam Brenes Dutch, que suman más de una hora de duración con entrevistas a algunos de los fotógrafos y fotógrafas que narran en primera persona el proceso de creación de sus proyectos, explican sus motivaciones para trabajar con la memoria y reflexionan sobre lo que les aporta el fotolibro como dispositivo de creación. La exposición desplegará un programa de visitas guiadas y actividades a lo largo de mayo y junio.
La muestra forma parte del proyecto 'Memoria Fotográfica de la Guerra Civil', que ha recibido subvenciones del Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática en 2022 y 2023, y se podrá visitar entre el 11 de mayo y el 9 de julio en el Museu de Belles Arts de Castelló.