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La exsecretaria del grupo municipal de Rita Barberá acusa en el juicio del 'caso Taula' al PP de mentir sobre la cuenta en B

María del Carmen García Fuster, exsecretaria del grupo municipal del PP de València, junto con su abogado, José María Corbín.

Lucas Marco

València —

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La octava sesión del juicio por la pieza separada A del 'caso Taula' ha arrancado este lunes con la declaración de los cuatro acusados. La exsecretaria del grupo del PP de València, María del Carmen García Fuster, ha acusado a la dirección provincial de los populares de mentir en relación con la cuenta en B que manejaba el partido en el ámbito municipal.

La cuenta —sin control alguno, según la tesis de la Fiscalía Anticorrupción— acumulaba las donaciones al partido. “Los gerentes [provinciales] negaban que conocieran esa cuenta y eso es falso”, ha afirmado la acusada a preguntas del fiscal Fernando Maldonado. García Fuster ha adjudicado a “una señora de muy avanzada edad, militante ya no del PP sino de Alianza Popular” el supuesto abono en 2010 de una donación de 100.000 euros. La exsecretaria municipal ha identificado a la supuesta donante como Conchita García-Lliberós.

La acusada ha sostenido que se trataba de una donación del “pecunio particular” de la histórica afiliada al PP. García Fuster también ha asegurado que en 2010, un año antes de las elecciones municipales, el PP recibió ingentes donaciones a consecuencia del supuesto “miedo” al Ejecutivo central del socialista Jose Luis Rodríguez Zapatero.

La exsecretaria municipal, cuya defensa ejerce el letrado José María Corbín (cuñado de Rita Barberá), ha negado en un primer momento que diera un cheque de 150.000 euros a Jesus Gordillo, exasesor del PP que trabajaba en esa época en el entramado Laterne, supuestamente usado para hinchar la caja B. Sin embargo, ha declarado que pudo ser por un “estudio de algo” que no recordaba.

La mujer ha afirmado que en su despacho del grupo municipal tenía una “caja de caudales” con dinero en metálico, que ha limitado gastos ordinarios del PP de València. En el fragmento más llamativo de su declaración ha asegurado que en la fase de instrucción se sacó de la manga “un invento” sobre la figura del recaudador.

Se inventó la “figura” del recaudador del PP

Mientras que ante la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil dijo que Alfonso Grau, exvicealcalde y también acusado, era el recaudador del partido de los fondos en B, en el juicio ha dicho que se inventó esa “figura” del recaudador para despejar las sospechas policiales sobre los investigados. “La investigación [del caso Taula] era investigar a todos y por todo”, ha lamentado ante la sección segunda de la Audiencia Provincial de València.

“Pensé en inventarme, en crear esa figura de una persona en la que concentrar todas las sospechas y cerrar un circulo de esa persona”, ha declarado García Fuster. Con esta jugada, evitaba “complicar la vida a los donantes” anónimos del PP, de quienes ha descartado que fueran empresarios contratistas del Ayuntamiento de València, y que la UCO les investigara las cuentas.

La exsecretaria municipal ha justificado las transferencias que hizo, según figura en la causa. Sobre el dinero en metálico que se manejaba en la sede del PP de València, ha asegurado que estaba destinado para gastos normales, tales como comidas. “El dinero que llevaba al grupo no era ilícito ni ilegal, era absolutamente legal y lícito”, ha afirmado.

También ha asegurado que no tenían miedo de almacenar dinero en metálico en la sede por que se trataba de un edificio municipal “con seguridad total”.

Por otro lado, Alfonso Grau ha limitado su papel en las campañas populares a la redacción del programa electoral y se ha desvinculado del trasiego de dinero en metálico con el entramado de Laterne. También ha negado la relación de amistad con el empresario Vicente Sáez (ha dicho que era amigo de su padre).

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