Cuando Carmen Alborch recibió la Máxima Distinción de la Generalitat el pasado 9 d'Octubre declaró, en la que fue su última intervención pública, que el “feminismo debería ser declarado patrimonio inmaterial de la humanidad”. Y apostillaba, “ahí lo dejo”, dejándonos, sin duda, un reto a las mujeres que hemos compartido lucha feminista y queremos seguir trabajando por un mundo más justo, honrando su legado.
Añadía, que esto debía ser así porque “el feminismo ha mejorado la calidad de vida de todos los ciudadanos”. Y la reivindicación y la lucha feminista aspiran a conseguir “una sociedad mejor y más igualitaria”, ya que ha permitido que “se escuchen más voces diferentes” y la apertura de “más espacios” para las mujeres y para los hombres.
2018 ha vivido una eclosión en el movimiento de defensa de los derechos de las mujeres y su efecto contagio ha favorecido una conciencia colectiva entre mujeres (y también hombres) que consideran los objetivos de la lucha feminista inaplazables. Se dice que 2018 es el año de las mujeres, quizá debemos ir más lejos y señalar que es el año del feminismo.
Carmen, también nos advirtió que esperaba que “no hubiera vuelta atrás” en el avance de los derechos y libertades de las mujeres, sabedora de que el año del feminismo también ha conllevado una contraofensiva que aspira a hacernos frenar, e incluso retroceder, en cuestiones tan consolidadas como el derecho al aborto legal, clave en los derechos sexuales de las mujeres. En este marco de retroceso se encuadraría la propuesta impulsada por la actual cúpula del PP de recuperar la Ley del Aborto de 1985; así como los debates sobre vientres de alquiler y legalización de la prostitución, enmascarando con el discurso de la “libertad de elección” lo que supondría la institucionalización de la cosificación y la venta de las mujeres vulnerables.
Por ello, por todo lo que ha conseguido, por todos los retos que quedan por conseguir y para evitar dar marcha atrás, es necesario que el feminismo sea declarado patrimonio inmaterial de la humanidad“.
*Mar Marín es coordinadora de Acción Feminista del PSPV-PSOE de la cuidad de Valéncia