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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Francisco Camps se enfrenta al banquillo de los acusados con el lastre de las confesiones de los jefes de la trama Gürtel

Tras la suspensión durante una semana del juicio en la Audiencia Nacional por la pieza separada 5 de la causa del 'caso Gürtel, el expresidente valenciano Francisco Camps se enfrenta al banquillo de los acusados con el lastre para su defensa de la confesión de más de una decena de acusados, incluyendo a algunos de sus antiguos altos cargos y a los jefes de la trama.

El propio Camps, en un acto público previo al arranque del juicio, inicialmente previsto para el pasado 23 de enero, pidió prohibir los pactos “secretos” de conformidad con la Fiscalía Anticorrupción. Se trata precisamente de la piedra en el zapato con la que la defensa del expolítico del PP, que ejerce el letrado Pablo Delgado, encara el juicio por la adjudicación de los contenidos de los 'stands' de la feria Fitur del 2009 (por más de 366.000 euros) y otros contratos menores adjudicados por la Generalitat Valenciana a la empresa Orange Market de la trama Gürtel por 1,8 millones de euros. 

Tras las confesiones de Ricardo Costa, exsecretario general del PP valenciano, y de Álvaro Pérez El Bigotes, delegado de la red Gürtel en Valencia, el juez instructor imputó a Camps en la causa. El magistrado José de la Mata sostenía que fue precisamente Francisco Camps “quien decidió que [Álvaro] Pérez Alonso se trasladara a Valencia y que, desde ese momento, se ocupara de realizar todos los eventos del Partido Popular en esa comunidad autónoma”.

En el juicio, celebrado en la sede de San Fernando de Henares (Madrid) de la Audiencia Nacional, 27 personas se sientan en el banquillo por el supuesto trato de favor del Ejecutivo de Camps a empresas de Francisco Correa. Entre 2004 y 2009, las mercantiles recibieron varios contratos menores por valor de más de 1,8 millones de euros. Junto a Camps, además de los jefes de la trama, también se sientan en el banquillo los exconsellers 'populares' Alicia de Miguel, Luis Rosado y Manuel Cervera. 

Francisco Correa, Pablo Crespo y Álvaro Pérez, además de Mónica Magariños (administrativa en las empresas de Gürtel), han reconocido los hechos. El Bigotes relató en un escrito de confesión su estrecha amistad con el entonces presidente valenciano, incluyendo fotos de ambos.

La Fiscalía Anticorrupción, en su escrito de acusación, considera que la trama Gürtel que lideraba Correa, aterrizó en la Comunitat Valenciana “por las posibilidades de negocio que les ofreció Francisco Camps, no solo para la organización y ejecución de todos los actos del PP incluyendo las elecciones autonómicas de 2003, sino también con el objetivo posterior de conseguir una posición ventajosa en la convocatoria y adjudicación de contratos públicos”. 

Así, Camps habría facilitado a El Bigotes “el acceso a altos cargos de la administración autonómica con poder decisorio e intervención destacable” en la adjudicación de expedientes de contratación como los de la feria Fitur.