La Comunitat Valenciana es una de las regiones europeas que más va a sufrir el impacto del cambio climático. Los informes de los expertos apuntan que las regiones Mediterráneas van a convertirse en el epicentro de los fenómenos extremos, alargando la temporada estival y sumando a la sequía lluvias torrenciales.
El negacionismo del cambio climático y las noticias falsas son la mayor amenaza para mitigar sus efectos y conseguir políticas de adaptación. En un contexto digital, donde la información y los bulos caminan a toda velocidad, es fundamental tener herramientas para desmontarlos. La divulgadora Rocío Vidal es una experta en desmontar fake news y combatir el discurso de los negacionistas. Lo hace desde sus redes sociales, especialmente en Youtube, donde con el pseudónimo La Gata de Schrödinger habla a más de 900.000 suscriptores, o desde su podcast El Club de las Mentes Abiertas. Este lunes, la también periodista participó en las conversaciones con elDiario.es que bajo el título 'Planeta Fake' pretenden contribuir a la divulgación científica, la lucha contra la desinformación y a dotar a los ciudadanos de competencias digitales.
Vidal apuntó que internet es el terreno propicio para la desinformación, con unas dinámicas que dificultan el razonamiento. “Es realmente complicado acceder a la verdad porque está todo sesgado”, apuntó, en referencia a los algoritmos, que en determinadas redes fomentan el contenido más radical, a la dificultad para filtrar las fuentes de información e introdujo a los asistentes en los llamados sesgos de confirmación: en la red, generalmente, uno busca aquello que cuadra con su forma de ver el mundo.
La conferencia, organizada por elDiario.es con la colaboración del Ayuntamiento de Riba-roja de Túria e Hidraqua, atrajo a dos centenares de asistentes al Castillo de Riba-roja. Los asistentes, estudiantes en su mayoría, se interesaron por cómo distinguir las noticias falsas, los intereses que mueven a los divulgadores de bulos, la coherencia entre el discurso medioambiental y las acciones de los gobiernos y plantearon si tiene sentido confrontar con un negacionista. La velocidad de las mentiras, como sucede con los rumores, es mayor que la de los desmentidos, pero para la divulgadora el esfuerzo vale la pena.
La divulgadora subrayó que las noticias falsas y aquellas informaciones que hacen dudar del cambio climático y de la acción humana a menudo responden a intereses económicos. Recordó la ocultación de informes de la petrolera Exxon, conocedora desde hace décadas de los efectos de su actividad por el planeta -“se unieron a una alianza global con otras petroleras y pagaron millones de euros para negar la contaminación”, dijo- o la inyección de dinero de empresas del sector de los hidrocarburos para elaborar informes a la carta o pagar conferencias interesadas. “La realidad es que hay 100 empresas responsables del 70% de las emisiones contaminantes del planeta. Esos son los intereses del negacionismo climático”, señaló.
Asimismo, recalcó, “la ideología negacionista va ligada a la extrema derecha”, con marcados perfiles en internet que buscan la confusión sesgando informes o datos. Como ejemplo, apuntó a quienes relativizan el cambio climático indicando que es un fenómeno natural, mientras que la evidencia científica recalca que, si bien hay tendencias en cuanto a la temperatura media, “la quema de combustibles fósiles hace que el periodo de estabilización del calentamiento se vaya al garete”. Desde 1940 la tendencia al calentamiento global se ha acelerado, subrayó. “El debate sobre las mejores medidas a tomar es bueno, pero de ahí a negar la mayor hay un mundo”, comentó.
Vidal también señaló algunas 'red flags' -señales de alerta- para diferenciar una información o una opinión de un bulo en lo referido al cambio climático. Generalmente, las noticias falsas son valorativas, no aportan referencias, citas, informes o datos, en definitiva, no se aporta evidencia. Otra estrategia es desviar el foco, como en el caso de los 'chemtrails', la falsa creencia de que desde los aviones se fumiga con químicos para provocar la sequía.
Como muchas teorías de la conspiración, parten de un hilo de verdad, matizó la periodista. “El control del clima tiene una base de verdad, pero no se hace así. En ocasiones hay siembra de nubes. Rociar con yoduro de plata para que llueva; pero no al revés. ¿Qué interés tendría ningún gobierno en provocar una sequía?”, preguntó al público joven, al que instó a plantearse si lo que les llega tiene sentido antes de compartirlo. Otra estrategia, que afeó a los medios de comunicación, es la difusión del alarmismo: “Todas las semanas hay un meteorito que provoca el fin del mundo”, ironizó, para denunciar: “Si el mundo se acaba todas las semanas, la gente se pregunta: para qué”. Como consejo final, la periodista transmitió: “No difundir bulos, mantenerse formados, ayudar a otras personas a hacer lo propio y no caer en el alarmismo”.