La Generalitat privatizará otra parte de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el Ágora
La mastodóntica Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia comprende el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, el Palau de les Arts, un puente sobre el viejo cauce del río Turia, un oceanográfico –de gestión privada-, un cine IMAX y un edificio multiusos, el Àgora, que costó 100 millones pero que apenas se utiliza una vez al año, coincidiendo con el Abierto de tenis de Valencia que organiza Juan Carlos Ferrero.
Este último edificio se privatizará, según ha anunciado el conseller de Industria, Máximo Buch, cuya pretensión inicial era la de ceder a la iniciativa privada todo el complejo excepto el de la alicaída ópera. No ha podido ser pese a meses de trabajo, aunque Buch anunció en abril que esperaba espera sacar “pronto” el pliego de este proceso de externalización. “Problemas legales”, en principio relacionados con la titularidad del suelo, podrian tener la culpa.
Un nuevo roto en la política empresarial del Consell, marcada por los escándalos de Vaersa, la Ciudad de la Luz o el fiasco de Terra Mítica, el parque vendido tras suspender pagos. Ahora, se sacará a concurso de manera conjunta la gestión de l’Oceanogràfic –ahora en manos de una empresa, Parques Reunidos- y el Ágora.
La Ciudad de las Artes y las Ciencias, ícono de la Valencia del siglo XXI y la muestra más clara de la política de grandes eventos impulsada por el PP en la Comunitat Valenciana, no parece un buen negocio: costó más de 1.200 millones de euros y acumula más de 500 en pérdidas. 2013, según las previsiones de la Conselleria de Economía, se iba a cerrar con números rojos por 52 millones.