La vicepresidenta y portavoz del Gobierno valenciano, Mónica Oltra, ha asegurado que la Generalitat “no tenía conocimiento” de la demolición de la histórica alquería del Forn de la Barraca, en Alboraia (Valencia), por la ampliación de la V-21, unas obras dependientes del Ministerio de Fomento.
En cualquier caso, ha garantizado que el Consell trata de ejercer de mediador y “minimizar las consecuencias” y que el titular de Obras Públicas, Arcadi España, “se ha puesto en contacto, o al menos está intentándolo”, con el ministro de Fomento en funciones, el valenciano José Luis Ábalos.
Así lo ha afirmado en la rueda de prensa tras el pleno semanal del Consell, después de que la Guardia Civil haya detenido este viernes a cuatro personas durante el desalojo de los concentrados alrededor del Forn de la Barraca para evitar su derribo. Diez activistas han pasado la noche en el interior, tras lo que la operación se ha iniciado sobre las 6.30 horas con un helicóptero y un camión de bomberos.
Al no tener un aviso previo del derribo, Oltra se ha puesto en contacto con el conseller “a las siete de la mañana”, tras lo que él sigue “encima del tema” desde entonces. “Obviamente, en cuanto la Generalitat lo ha sabido se ha actuado en seguida”, ha recalcado. Ahora bien, ha reconocido que la relación entre la Generalitat y el Ejecutivo central “es muy difícil” por su situación de gobierno en funciones y las elecciones del 10 de noviembre.
También ha descartado que no haya representantes políticos en la zona apoyando a los afectados, ya que tiene constancia de “al menos” cuatro diputados de Les Corts movilizados, aunque ha remarcado que era difícil que estuvieran presentes antes si no lo sabían. “Y están defendiendo nuestra huerta, nuestro medio ambiente, el futuro de nuestros hijos”, ha enfatizado.
En este contexto, ha subrayado que el Consell es “sólido en sus decisiones” y tiene “unanimidad de criterio” y “voluntad de que no pase lo de esta mañana”, pues “las cosas no se ven igual a 300 kilómetros que a 20”. Ha reconocido que “de momento” las acciones iniciadas esta misma mañana no han tenido resultado y ha hecho hincapié en que la ampliación de la V-21 es competencia de la administración del Estado, “no de la Generalitat ni de los ayuntamientos de L'Horta (Valencia)”.
Oltra ha insistido en que las obras fueron adjudicadas durante el anterior gobierno central del PP presidido por Mariano Rajoy, que “no se caracterizaba mucho por tener en cuenta la sostenibilidad”, tras lo que ha recordado que la Generalitat presentó alegaciones para minimizar el impacto medioambiental.
En cifras, ha apuntado que lograron “pasar de 82.000 metros cuadrados de expropiaciones a 64.000 y se redujo a la mitad la afección en terreno limítrofe, de 6.600 a 3.200 m2”, además de lograr que el tercer carril fuera para transporte público y vehículos de dos o más personas.
“Hasta ahí es donde pudimos llegar”, ha lamentado, para reconocer que “puede ser que fuera necesario, y más en el día de hoy (Huelga Mundial por el Clima), llegar más lejos en la política públicas”. Ha reafirmado así el compromiso del Botànic II para luchar contra la emergencia climática, como primer eje del pacto de gobierno.
Oltra: “Estaría allí si no estuviera en los despachos”
Por todo ello -preguntada por qué ha sentido personalmente cuando ella se movilizó hace unos años para apoyar a los afectados por los derribos en el Cabanyal de València-, Oltra ha indicado que “cada uno hace su papel donde lo puede hacer: unos al pie del Forn de la Barraca y otros en los despachos”. “Y los dos trabajos son valiosos”, ha resaltado.
Ha recordado que estuvo en el Cabanyal, si bien entonces no “podía hacer el trabajo” de ahora como vicepresidenta, por lo que ha garantizado que de lo contrario “estaría en el Forn de la Barraca físicamente”. Y ha manifestado: “Lo que siento... no sé si en una rueda de prensa es muy útil que lo exprese; pero, cuando veo las máquinas, se puede imaginar”.
Respecto a la visión de no crear nuevos carriles en las grandes ciudades como València, Oltra ha defendido que es una propuesta “sensata” por la que “grandes expertos en movilidad como Joan Olmos llevan apostando 30 años”. En un símil médico, “si a un paciente con obstrucción de venas le pones nuevas y no le quitas los triglicéridos, que serían los coches, no podrás salvarlo”, ha ilustrado.
“Este es el futuro; ir en contra de estos preceptos es ir en contra de la historia y sobre todo del futuro de nuestros hijos. No de nuestros tataranietos, de nuestros hijos”, ha manifestado, afirmando que le ponen “los pelos de punta” las conclusiones del panel climático de la ONU al pensar cómo será el mundo en 2050.