La Generalitat gasta 200.000 euros en publicitar una tecnología que no puede utilizar

La consellera de Medio Ambiente, Isabel Bonig, ha reconocido que su departamento ha gastado casi 200.000 euros -188.000, exactamente- en publicitar una tecnología para el aprovechamiento de los residuos –la valorización, para los críticos, la incineración- que no está disponible aún.

La incineración o valorización es una técnica que, descrita de manera burda, permite obtener energía de los residuos mediante su quema (dicen sus apoyos) o facilita la desintegración de la basura mediante su desaparición, creando contaminación, gracias a su incineración, dicen sus detractores.

Más allá de la importante controversia científica al respecto, el Plan Integral de Residuos de la Generalitat (PIR) contempla la instalación de varias plantas de incineración (o valorización, según la terminología oficial) a lo largo de la Comunitat Valenciana.

El PIR, el plan director sobre residuos, prevé su instalación. Pero no concreta ni dónde ni cuantas plantas. Ni cuando se deben hacer. La Generalitat tampoco ha avanzado en ese sentido. De hecho, hace algunos años intentó construir una incineradora en Vall d´Alba (Castellón) que nunca vio la luz, básicamente por la oposición de los vecinos de la comarca.

A pesar de ello, Bonig, según le ha dicho a Lluís Torró, diputado de Esquerra Unida (EU), ha gastado 188.000 euros en publicitar la valorización en prensa y televisión (Disclaimer: Este medio ha tenido publicidad de la Generalitat en las últimas semanas).

Fuentes del sector del medio ambiente han mostrado su sorpresa. Una planta incineradora (o de valorización) necesita de permisos medioambientales, consenso vecinal y, sobre todo, financiación, para salir adelante. Un proceso, en el mejor de los casos, de varios años.

Necesita de la aprobación del ayuntamiento, previa aceptación de sus vecinos, de la Generalitat y de una empresa –dada la casi quiebra de la Generalitat- que arriesgue el dinero en un proyecto que luego debe ser rentable a partir de la quema –incineración o valorización, según gustos.- de los residuos.

Un proyecto dudoso y a largo plazo en el que Bonig se ha gastado, a pesar de la ruina de la Generalitat, casi 200.000 euros en publicidad. Sorprendente.