El proyecto de 'Regeneración de las playas del Saler y Garrofera (Valencia)' que la Demarcación de Costas de València, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, ha sacado a información pública durante 30 días, junto a su correspondiente estudio de impacto ambiental, no convence al Gobierno valenciano ni al Ayuntamiento de València pese a suponer una inversión de 28,5 millones de euros.
Como ha informado eldiario.es, la actuación prevé “la restitución de la línea de orilla actual a su posición en el año 1965 mediante el vertido de 2,4 millones de metros cúbicos de arena procedente de un yacimiento submarino ubicado frente al litoral valenciano y la prolongación de la Gola del Puchol que permitirá el apoyo del material vertido”.
De esta forma, “el ancho de playa seca se verá incrementada hasta en 70 metros en las secciones más comprometidas y por consiguiente supondrá la protección del Parque Natural de la Albufera situado en el trasdós de las playas objeto de la actuación”, en concreto, las del Arbre del Gos, el Saler y la Garrofera.
El mismo proyecto incluye las aportaciones solicitadas por organismos o administraciones interesadas, entre ellas la Conselleria de Medio Ambiente y el propio Consistorio.
Las del departamento del Gobierno valenciano son las más contundentes al afirmar que el proyecto no será efectivo, al menos como solución definitiva.
Según el escrito, el cual señala las sucesivas ampliaciones del puerto de València como principal causante del retroceso de las playas del sur, “las actuaciones propuestas básicamente ralentizarán o paralizarán, pero siempre de forma temporal, la erosión litoral causada por la dinámica de las corrientes marinas, con la seguridad de que a corto o medio plazo se necesitará realizar de nuevo operaciones similares”. Además, añade que “no es una solución de carácter definitiva al problema que se pretende resolver”.
El informe establece que se debe abordar de forma conjunta la erosión de la costa entre el puerto y la desembocadura del río Júcar en Cullera y se debe tener en cuenta la incorporción de arena y fangos de las golas de la Albufera a las playas más afectadas.
También advierte de que ninguna de las alternativas planteadas como posible solución en el documento previo cumplen con el requerimiento del decreto 96/1995 del Gobierno valenciano, el cual establece que “se debe evitar las construcciones que generen una modificación de la dinámica litoral actual y en consecuencia puedan alterar la morfología actual de las playas y acantilados”.
En este sentido, cuestionan la prolongación de la Gola del Puchol planteada: “saber cómo se ejecutará esta obra resulta clave para determinar el impacto que puede causar en el desagüe de la Albufera”.
En la misma línea, el servicio de la Devesa-Albufera del Ayuntamiento de València considera que esta actuación “se considera el punto más importante y el que puede tener unas consecuencias negativas más graves ya que la prolongación del espigón agravará la erosión de las playas más al sur de la Gola” y podría favorecer su taponamiento con arena, un problema que ya se da en la actualidad.
Desde el mencionado servicio municipal añaden que la prolongación de la Gola del Puchol requiere de un estudio de impacto ambiental individual y aconsejan que no se ejecute esta parte del proyecto.