El Gobierno valenciano de PP y Vox deroga la tasa turística, municipal y voluntaria, antes de su entrada en vigor

Laura Martínez

10 de noviembre de 2023 14:03 h

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El Gobierno valenciano celebra, en su sentido más literal, la derogación de la tasa turística, el gravamen que nunca llegó a ver la luz. Como la paradoja de Schrödinger, la tasa valenciana existía y no existía al mismo tiempo: estaba aprobada mediante una ley en las Corts Valencianes, pero con una moratoria que suspendía su puesta en marcha.

Con un acto en el Palau de la Generalitat al que han asistido representantes de la patronal turística y alcaldes, el Consell de PP y Vox que encabeza Carlos Mazón ha presentado el texto del decreto que deroga la ley autonómica. La norma se publicará el martes en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana y entrará en vigor al día siguiente, dos meses antes de que lo pudiera hacer a efectos prácticos la propia disposición que anula. El decreto tendrá que pasar por el Parlamento autonómico para ser ratificado, el mismo lugar en el que estuvo debatiéndose seis años sobre el gravamen municipal y voluntario.

El presidente de la Generalitat ha ensalzado que la derogación supone una eliminación de barreras. “Hoy hacemos más cercanos a los pueblos y provocamos el encuentro cultural, nacional, también el autonómico”, ha destacado Carlos Mazón ante la patronal, especialmente beligerante contra el gravamen. Le ha acompañado la consellera de Turismo, Nuria Montes, antes secretaria general de Hosbec, la patronal hotelera de Benidorm, que ha subrayado que la posibilidad de que los ayuntamientos establecieran una tasa, como hacen las capitales europeas, “iba a recortar capacidad de gasto a nuestros turistas”. La norma que se deroga preveía que cada ayuntamiento decidiera si implementar un impuesto al turista de entre 50 céntimos y dos euros por persona y noche, cuya recaudación revertiría directamente al sector.

Mazón ha explicado que en términos de estrategia y promoción turística la Comunitat Valenciana “no se podía permitir poner palos en la rueda”, y ha asegurado que la autonomía “será turística o no será, porque para ser sostenible y ser social, necesitará ser turística y estamos preparados para ello”.  “Hoy despertamos de una pesadilla que jamás debió iniciarse”, ha insistido el jefe del Consell. Por su parte, Montes ha indicado que es uno de los días “más emocionantes” de su carrera después de que se cometiera la “tremenda injusticia” de aprobar un impuesto que “nunca contó con ningún tipo de consenso” y era “tan innecesario como ideológico y sectario”.

Los dirigentes han vinculado la tasa con algunas fobias. “Proyectaba una imagen de animadversión hacia el turismo que tanta libertad, riqueza y progreso ha traído”, ha apuntado Montes, mientras que Mazón ha asegurado que este acto supone una “convocatoria a la multiculturalidad” a la que no están “dispuestos a renunciar”. “La Comunitat Valenciana ahora es 'tax free': no hay un molestáis y tenéis que pagar por ello”, ha insistido, y ha lanzado un “bienvenidos” tanto a los valencianos como al resto.

En el acto han participado los presidentes de Hosbec, Federico Fuster; la Federación Española de Viviendas Turísticas (Fevitur), Miguel Ángel Sotillos, y Conhostur, Manuel Espinar. Los representantes empresariales han calificado el acto de “entierro alegre”, han asegurado que a partir de ahora “respiran con tranquilidad” y han dedicado un agradecimiento al anterior secretario autonómico de Turisme, Francesc Colomer (PSPV), por su “resistencia” a la tasa.

El portavoz adjunto del PSPV, Arcadi España, le ha pedido al PP que “deje de hacer teatros con las políticas de turismo” y ha ironizado con que “han derogado una tasa que no existe y que nadie aplica en la Comunitat Valenciana”. La tasa, recuerda el socialista, “era municipal y voluntaria, y estaba pensada para contribuir a la mejora de los servicios turísticos en los municipios valencianos que decidieran adherirse a ella. Es un ataque de Mazón a los municipios”. Al tiempo, recuerda que los municipios turísticos como Benidorm han puesto en marcha una subida del IBI, que pagan los vecinos, para compensar el coste de los servicios públicos.