Francisco Camps, expresidente de la Generalitat; Gerardo Camps y Víctor Campos, exconsellers del gobierno valenciano y hasta Rita Barberá, alcaldesa de Valencia desde 1991. No sólo Alfonso Rus, aún presidente de la Diputación de Valencia pese a haber sido suspendido de militancia por el PP, estaría al tanto de supuesta la trama urdida por altos cargos del PP para lucrarse con comisiones ilegales a empresas que contrataban con administración.
Así lo apuntan parte de las 10 horas de grabaciones en poder de la justicia, que investiga la presunta red de corrupción con epicentro en Imelsa, una empresa de la Diputación de Valencia. Su exgerente, Marcos Benavent, habría cobrado casi un millón de euros de varias empresas que pagaban mordidas para adjudicarse contratos públicos.
Las grabaciones, hechas por Benavent durante años sin conocimiento de sus interlocutores, mencionan a Camps, que dejó la presidencia de la Generalitat por el caso de los trajes, del que luego resultó absuelto. Según El País, Benavent y Máximo Caturla, vicepresidente de la Diputación de Valencia, hablan en octubre de 2005 de “negociar con Paco” (presuntamente Camps) para ampliar su radio de acción a “las consejerías, secretarios generales, directores generales, gerentes de empresas...”. Si se consigue, seguirán “triunfando”, dicen.
Barberá también podría ser salpicada por la supuesta trama corrupta. Según El Mundo, las grabaciones apuntan a posibles repartos de comisiones de concejales de su gobierno. Y en ellas María José Alcón, entonces edil del PP, reconoce a Benavent que el Ayuntamiento de Valencia contrata habitualmente a empresas relacionadas con Enrique Sospedra Barberá, sobrino de la alcaldesa. Alcón, que figura en la candidatura municipal del PP, está casada con Alfonso Grau, exvicealcalde de Valencia que dimitió tras su procesamiento por el caso Nóos.
Aunque Mariano Rajoy pasó por encima del asunto en su visita a Valencia, el Dipugate tiene en vilo al PP. El goteo de las grabaciones está haciendo mucho daño al partido. Mientras, Rus, suspendido de militancia, no tira la toalla y sigue en la presidencia de la Diputación y coquetea con aspirar a la alcaldía de Xàtiva. Niega, pese al convencimiento general, ser quién contaba billetes de una supuesta comisión en una conversación que ha pasado a la historia de la corrupción valenciana: “Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once. 3.000, 4.000, 5.000, 6.000, 7.000, 8.000, 9.000, 10.000, 11.000, 12.000 euros, dos millones de 'pelas'”.