La portada de mañana
Acceder
Feijóo confía en que los jueces tumben a Sánchez tras asumir "los números"
Una visión errónea de la situación económica lleva a un freno del consumo
OPINIÓN | La jeta y chulería de Ábalos la paga la izquierda, por Antonio Maestre

“La gran banca especula mientras penaliza a la mayoría de la población”

Joan Ramon Sanchis Palacio acaba de publicar '¿Es posible un mundo sin bancos? La revolución de las finanzas éticas y solidarias'. Como en anteriores libros -'La banca que necesitamos'-, el profesor hace un alegato contra la rapacidad del sistema financiero actual y a favor de una banca de proximidad guiada por un fuerte compromiso cívico.

¿Es posible un mundo sin bancos?

Se puede vivir sin bancos pero no se puede vivir sin la función de captación de ahorro y concesión de préstamos y créditos que proporcionan los bancos y que es la que permite generar actividad económica y empleo. Si los bancos no están desempeñando correctamente esa función porque se están dedicando más a la especulación o están penalizando a la mayoría de la población con comisiones y condiciones cada vez más duras, hay que buscar otras alternativas, bien sea mediante bancos éticos y sociales, bien sea mediante opciones no bancarias como las cooperativas de servicios financieros, las comunidades autofinanciadas o las finanzas colaborativas.

La contrarreforma del sistema financiero en España, que está consistiendo en cerrar bancos y oficinas y despedir trabajadores, está incrementando cada vez más la exclusión financiera, de manera que cada vez son más las personas que no tienen acceso a los bancos o a determinados servicios financieros básicos. Esto está obligando a la sociedad civil a buscar alternativas a los bancos convencionales como las que he descrito.

La banca debe ser un instrumento al servicio de las personas. Si no lo fuera ya, aún parcialmente, ¿no se quedaría sin clientes?

La banca no es un instrumento al servicio de las personas, si lo fuera no estarían incrementando las comisiones bancarias de la manera que lo están haciendo (la última la del uso de cajeros automáticos de otras entidades distintas a la de la tarjeta que se utilice) ni colocarían entre personas con poca cultura financiera productos como las participaciones preferentes o los swap. De hecho, la imagen y prestigio de la banca en España ha caído exponencialmente durante estos últimos años. ¿Porqué no se quedan sin clientes?. Porque en España hay una gran tradición de uso de los bancos (la dependencia es muy alta, del orden del 90%) y un gran desconocimiento de los bancos no convencionales. Históricamente no ha existido la banca ética y los bancos cooperativos (cooperativas de crédito) han tenido una cuota de mercado muy reducida (del 5%), siendo los grandes desconocidos del sistema bancario español. Afortunadamente, esto está cambiando durante estos últimos años y cada vez hay más ciudadanos que apuestan por esta otra banca social más enfocada al servicio de las personas.

Apuesta por el conocimiento, la conciencia y el consumo financiero socialmente responsable. Explíquese...

El principal mensaje de mi libro es que la sociedad civil en general y el consumidor bancario en particular, tiene mucho más poder del que pensamos. Pero para ejercer ese poder hacen falta tres condiciones básicas, las tres C que planteo en mi libro: Conocimiento, Conciencia y Consumo financiero responsable. El conocimiento se adquiere leyendo, preocupándose por conseguir información sobre otras opciones distintas a la de la banca convencional. Mi libro aporta una parte de ese conocimiento. La Conciencia se consigue cuando el conocimiento adquirido se traduce en visión crítica de la realidad y se reconoce que no todos los bancos son iguales, que hay bancos que están especulando y obteniendo suculentos beneficios económicos con nuestro dinero y que no hay que trabajar ni tener relación con ese tipo de bancos. Por último, el Consumo financiero responsable es una decisión personal de cada uno de nosotros y significa transformar en acción nuestro pensamiento, nuestra visión crítica, apostando por aquellos bancos más sociales y éticos. Es dar el paso definitivo y apoyar otra banca que sí que está al servicio de los ciudadanos. Y aquí es cuando se consigue el poder para cambiar el mundo, para cambiar el sistema financiero.

¿Como sería esa “revolución silenciosa” mundial de las finanzas que usted defiende?

En la medida en que cada vez seamos más los ciudadanos que consigamos esa conciencia y demos el paso a ese consumo financiero socialmente responsable, nuestro poder será mayor frente a los grandes bancos. Los bancos cuentan con el respaldo de los poderes políticos y de las grandes instituciones internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la OCDE, la Unión Europea, pero los ciudadanos somos miles de millones repartidos por todo el planeta. Si dejáramos de aportar depósitos a esos bancos y los colocáramos en bancos éticos y bancos cooperativos, conseguiríamos que la gran banca redujera enormemente sus operaciones especulativas, de blanqueo de dinero negro, de colocación de deuda de los Estados, etc. En el mundo hay millones de personas que no tienen acceso a los bancos y hay miles de personas que están buscando alternativas diferentes para conseguir financiación. La revolución financiera silenciosa tendrá éxito cuando un número considerable de ciudadanos hayan adquirido la conciencia y hayan tomado la decisión de convertirse en consumidores financieros responsables.

Las cajas de ahorros estaban controladas por los poderes públicos y muy pegadas a sus territorios.

Desgraciadamente, en España ya no existen prácticamente cajas de ahorros. La contrarreforma del sistema financiero llevada a cabo por el Gobierno del Partido Popular las ha relegado a un posición testimonial con solo dos entidades, con una cuota de mercado que ni siquiera llega al 1% del total de los depósitos y de los créditos del sistema bancario español. Las cajas de ahorros cubrían el hueco que en otros países cubre la banca ética, con su Obra Social y con un negocio enfocado a las clases populares y a las pequeñas y medianas empresas. Pero todo esto está desapareciendo. El negocio de las cajas de ahorros se lo ha quedado la gran banca privada después de sanearlo con miles de millones de euros obtenidos de las arcas públicas y de tener que pedir un rescate bancario a la Unión Europea. Lo de las cajas de ahorros en España ha sido la crónica de una muerte anunciada por intereses particulares.

¿Que ventajas tiene una “cooperativa bancaria” frente a un banco multinacional que cotice en bolsa?

La contrarreforma bancaria, de momento, no ha acabado con las cooperativas de crédito, aunque también están sufriendo un descalabro importante, no por la crisis, que no las ha afectado porque no entraron en el negocio de la construcción ni están controladas por los poderes públicos, si no por las medidas del Banco de España y el Ministerio de Economía enfocadas a una concentración del sistema financiero a través de las fusiones bancarias. Las cooperativas de crédito representan la banca de proximidad, la banca arraigada al territorio que necesitan los ciudadanos y las pequeñas y medianas empresas. En la mayoría de países de la Unión Europea (Alemania, Holanda, Austria, Italia, …) tienen un peso significativo y suponen un contrapeso importante frente a la gran banca privada. Mientras los grandes bancos sociedades anónimas se dedican a la especulación financiera y a operar con grandes empresas y grandes fortunas gestionando sus patrimonios a través de SICAV, por ejemplo, los bancos cooperativos se dedican a financiar la economía productiva, la economía real, aportando fondos a los emprendedores, las microempresas y las pequeñas y medianas empresas. En España, mientras la gran banca está cerrando oficinas y dejando sin servicios financieros a pequeñas poblaciones porque no son suficientemente rentables, las cooperativas de crédito están abriendo oficinas y concediendo préstamos, eso sí, de manera controlada y equilibrada, con una buena gestión del riesgo, para evitar crisis financieras como las de las cajas de ahorros. De esta manera, los bancos cooperativos contribuyen a la inclusión financiera, mientras que los grandes bancos generan mayor exclusión financiera, apartando de los circuitos de financiación a una gran mayoría de la población.