Los profesores asociados han comenzado este lunes la huelga indefinida por la mejora de sus condiciones laborales en la Universitat de València (UV). La plataforma de personal docente investigador (PDI) exige a la institución la equiparación salarial a los profesores titulares y los mismos derechos para la misma carga de trabajo. Entre las reivindicaciones, cobrar más que 5 euros la hora, que se respeten los horarios de su otra profesión y tener acceso a la promoción interna en la universidad para poder participar en proyectos de investigación como titulares.
En la Universitat de València hay cerca de 1.300 profesores asociados que imparten alrededor del 70% de las asignaturas. Una carga que asume el 30% de la plantilla, que en muchos casos es itinerante, ya que esta figura estaba pensada para acciones y cursos concretos, con contratos entre uno y tres años. Los que mayor carga de trabajo tienen trabajan doce horas a la semana (seis de clase y seis de tutoría, unas tres asignaturas) y cobran 450 euros. Según denuncian, esto les impide a muchos conciliar cualquier otra actividad, ya que además no se respetan los horarios de trabajo de los asociados. La figura del asociado se potenció en la época del ministro José Ignacio Wert, cuando las restricciones a la contratación llegaron a las universidades. Estas optaron por este tipo de contrato, que permite una vinculación temporal a las facultades a un coste muy bajo, unos 5 euros por hora trabajada.
Esta reivindicación fue trasladada a la Comisión Europea por los docentes y desde Bruselas reconocieron que sus condiciones laborales son “precarias”. El Parlamento europeo mantiene abierta la petición desde la comisión de ocupación y, según recuerda Marina Albiol (eurodiputada de Esquerra Unida), “la comisión fue clara: los contratos de los profesores asociados no son para cubrir necesidades estructurales y las universidades públicas están precarizando la docencia y la investigación, cuando deberían apostar por el trabajo digno”.
Según la plataforma, entre 13.000 y 15.000 alumnos estarán sin clase hasta que se desconvoque la huelga, una vez se cumplan sus reivindicaciones. El cálculo, explica el portavoz de la asociación, se ha realizado teniendo en cuenta el número de alumnos y de clases que imparte cada profesor, estimando que tienen entre 80 y 100 alumnos. Los profesores han enviado correos difundidos a su alumnado explicando los motivos de la huelga y algunos han acudido a las clases ha hacerlo personalmente. Por el momento, dado que es la primera jornada, no hay docentes que hayan sustituido a los profesores en huelga, aunque algunos señalan que habrá “servicios mínimos” hasta el 13 de febrero. Según ha sabido este diario, los profesores evaluarán personalmente a los alumnos de acuerdo a lo previsto en la guía docente de cada asignatura, y, de prolongarse la situación, les enviará el material de estudio y el resultado final de la evaluación.
Los sindicatos estudiantiles como BEA y Acontracorrent han trasladado el respaldo a la plantilla docente asociada. Según la plataforma, los alumnos se han sumado a las reivindicaciones del profesorado y se muestran favorables a ellas. A los catedráticos, reconoce el PDI, no les van muy bien sus reivindicaciones. En la Universidad también hay clases. “Tienen mejoras a base de los trabajadores precarios”, señala un profesor.
Los paros llegan en plena campaña para optar al rectorado de la UV. Las elecciones serán el próximo 22 de febrero y compiten tres candidatos por dirigir la institución. El Consell de Govern de la Universitat se reunirá este martes para emitir un informe sobre la huelga. Oficialmente, aún no se ha pronunciado sobre los paros. Los asociados no han encontrado un compromiso del actual equipo de gobierno ni de la candidata de la corriente del rector, Mavi Mestre, pero, aseguran, en los otros candidatos han encontrado simpatías. El candidato Vicent Martínez ha acudido a algunas asambleas y ha programado una reunión con la plataforma el próximo jueves, mientras que María Antonia García-Benau les ha trasladado que “hará lo que esté en su mano”, aunque la plataforma quiere compromisos por escrito.