La mayor amenaza de la humanidad para el cardenal Cañizares es “la ideología, la ley y la enseñanza de género”
El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha asegurado este martes que “la amenaza más grande que en estos momentos tiene la humanidad es precisamente la amenaza de la ley de género, de la enseñanza de género y de la ideología de género” que “conduce al deterioro de nuestra humanidad” y ha instado a no quedarse “parado ante esto”.
Cañizares se ha pronunciado en estos términos en su intervención en la presentación de la campaña 'Yo elijo' por la educación en libertad, impulsada por 730 colegios y 150.000 familias y que agrupa entidades como la Universidad Católica San Vicente Mártir-UCV; la Universidad CEU Cardenal Herrera; el Arzobispado y los Obispados de la Comunitat Valenciana; organizaciones educativas y colegios diocesanos de toda la autonomía.
En su discurso, el purpurado ha denunciado la aprobación en las Corts Valencianes de una ley -sin especificar a cuál se refería- “liberticida, de corte estalinista, que impone dictatorialmente la ideología de género en todos los niveles de educación y que penaliza claramente a las instituciones escolares de diversos niveles de curso, a los padres, a las familias, etcétera”.
En este punto se ha referido a la redacción de la Constitución, sobre la que ha destacado que logró un acuerdo “en la monarquía y en la economía de mercado, pero no en la enseñanza” y ha recordado que el expresidente del Gobierno Adolfo Suárez dijo a este respecto que “si la enseñanza depende del Estado no salimos de la dictadura”. Así, ha afirmado que “la ley aprobada por las Cortes Valencianas es la dictadura del pensamiento” y ha sostenido que “es necesario reaccionar”.
“Defendemos la libertad, no queremos ser esclavos como en Venezuela. Queremos ser libres, enteramente libres, y por eso esta campaña”, ha dicho en referencia a la iniciativa 'Yo elijo' por la educación en libertad.
Cañizares se ha preguntado retóricamente “por qué está la Iglesia metida en esto” y “por qué un arzobispo está hablando aquí” y ha apuntado que le podrían decir “métase en la sacristía, no venga usted a cosas políticas”, tras lo que ha defendido que él tenía que asistir al acto y la Iglesia tenía que estar presente “para defender las libertades básicas”, dado que “no es la Administración, el Estado, la que concede como gracia esa libertad a los padres”. “No es ninguna gracia, es un derecho, el ejercicio pleno de la libertad de enseñanza”, ha añadido.
El “equívoco” de Pedro Sánchez
También se ha referido el cardenal arzobispo de Valencia al actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de quien ha destacado que “cuando fue elegido como candidato del PSOE dijo que no llevaba a sus hijos a religión porque no estaba de acuerdo con los acuerdos entre la Santa Sede y el Estado español” y se ha dirigido al jefe del Ejecutivo: “Pues mire usted, señor presidente, se equivocó usted en ese momento, porque no es cuestión de acuerdos entre la Santa Sede y el Estado español. Es cuestión de la Constitución, de derechos fundamentales que usted debe respetar”.
De este modo, ha puesto de relieve que “la enseñanza religiosa y moral es algo que no se puede soslayar en absoluto” y “por eso tratar de imponer con penalizaciones terribles la ideología de género es algo que no podemos aguantar”. “No podemos tolerar eso. Es preciso movilizarse”, ha continuado el purpurado, que ha subrayado que “no es una manía de Antonio Cañizares”, sino que “es algo que está en la base de todo”.
En este sentido, ha criticado que “imponer una antropología a través de la enseñanza es un crimen, porque vulnera la conciencia en los años mas tempranos de la vida conforme a unas convicciones que no son las que ayudan a crecer en humanidad, en verdad y en libertad”.
“Sin hombres no hay sociedad”
Por ello, ha insistido en que “no podemos quedarnos parados ante esto”, debido a que “la amenaza más grande que en estos momentos tiene la humanidad es precisamente la amenaza de la ley de género, de la enseñanza de género, de la ideología de género”.
“¿A dónde nos conduce esto? Al deterioro de nuestra humanidad. Sin hombres no hay sociedad, no hay convivencia, ¡no habrá una enseñanza realmente humana y humanizadora! No estoy haciendo ninguna arenga, estoy diciendo simplemente lo que un obispo debe decir a sus feligreses”, ha concluido.