No hubo sorpresas y se ha confirmado el profundo vuelco político en Benissa. El portavoz de Reiniciem, Abel Cardona, se ha convertido este martes en el nuevo alcalde de la localidad y ha puesto fin a casi 18 años de gobierno del PP.
Además del apoyo de los tres ediles de su formación ciudadana, de los tres del PSPV y los dos Compromís, fuerzas políticas con las que ya había firmado un acuerdo de investidura la pasada semana, Cardona también ha recibido en el pleno el voto clave del único edil de Ciudadanos, Isidor Mollà.
Todo eso, a pesar de las presiones que a lo largo de las últimas horas había recibido Mollà, tanto de su partido como de cargos populares, para evitar que la izquierda alcanzara el poder, hasta el punto que su propio partido le ha amenazado con la expulsión, que se producirá en las próximas horas.
Así pues, Cardona recibió el apoyo de nueve ediles mientras el PP se ha tenido que conformar con los ocho sufragios de su propio grupo municipal. De este modo, el popular Arturo Poquet no pudo ver cumplido su sueño de suceder al frente del ayuntamiento al eterno munícipe de Benissa durante los últimos lustros, su compañero de partido Juan Bautista Roselló, quien había dimitido en diciembre después de nombrarle el sucesor. La enseña de la gaviota pierde así una de las plazas más importantes que le quedaba en la Marina Alta. De hecho, de entre las localidades de más de 3.000 habitantes, ya sólo gobierna en Calp y Teulada.
El pleno registró una gran expectación, con vecinos partidarios y detractores del cambio político que acaba de experimentar el municipio y representantes autonómicos de todas las formaciones en liza. Cumplido un trámite que por lo tanto se puede caracterizar de histórico, a la izquierda le queda ahora por delante una difícil labor: recomponer el futuro urbanístico del municipio, alejarlo de las sombras de corrupción y otorgarle la estabilidad a un ejecutivo con ideologías y personalidades más heterogéneas de lo que en un principio parece.
De cualquier modo, el tripartito ya se ha puesto deberes: un nuevo modelo de organización del ayuntamiento, más peso para las políticas sociales, reducción de salarios de los cargos públicos y apertura del municipio a la participación ciudadana serán las primeras medidas del nuevo gabinete.
Se da la circunstancia de que la dimisión de Roselló, que se ha quedado como asesor de César Sánchez, presidente de la Diputación, pero también alcalde de Calp, en la institución provincial, se produjo sin que el PP tuviera cerrada la posibilidad de retener la alcaldía justo en el feudo del que es natural el presidente del PP provincial alicantino, José Císcar, donde también fue primer edil.