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Internamiento terapéutico y acoso: el efecto de la difusión de 'fake news' de Cristina Seguí sobre menores violadas

La agitadora ultra Cristina Seguí, en el banquillo de los acusados.

Lucas Marco

València —

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“Mi hija se ha autolesionado, delante de mí se intentó tirar por la ventana (...), si no la llego a coger, se tira”. La madre de la menor víctima de una violación grupal en Burjassot declaró este miércoles como testigo en el juicio a la agitadora ultra Cristina Seguí por difundir un video de la chica y otras amigas para cuestionar su testimonio, tanto en redes sociales como en un programa emitido en Youtube y dirigido por Javier Negre. Fue uno de los testimonios más impactantes de una vista oral en la que Seguí, que se definió como “periodista” con un sueldo de “2.000 euros”, ni siquiera pidió disculpas.

La fiscal, que solicita para la acusada una pena de cuatro años y medio de prisión por los presuntos delitos contra la integridad moral y descubrimiento y revelación de secretos con la circunstancia agravada de género, destacó el fenómeno de las 'fake news' o 'noticias falsas' para describir la difusión del bulo por parte de Seguí, fundadora de Vox en València. Y es que los bulos propagados en redes sociales tienen graves consecuencias en la vida real.

La psicóloga que asistió a la menor, que compareció en la vista celebrada ante el Juzgado de lo Penal número 10 de València en calidad de perito, aludió al “estado completamente disfuncional” de la menor tras la agresión sexual y la difusión del video. También confirmó la relación de causalidad entre la difusión del video y el agravamiento de los padecimientos psicológicos de la víctima. “Me dice que todo el mundo sabía que eran las niñas violadas”, afirmó en referencia a la entrevista que mantuvo con la menor.

Acoso escolar: “Le echaban la culpa”

La madre de la chica declaró que su hija se encuentra actualmente en internamiento por razones terapéuticas. Hasta en dos ocasiones tuvo que cambiar de instituto y de localidad, “a consecuencia de la difusión de ese video”. La menor incluso sufrió acoso escolar. “Le echaban la culpa, como que ella había ido a buscar [a los menores que la agredieron sexualmente]”, relató la mujer, quien aclaró que “antes de estos hechos no tenía estos problemas psicológicos”.

La agresión sexual y la posterior difusión del video le destrozaron la vida de la chica. Juan Carlos Navarro, el letrado que ejerce la acusación particular, destacó la “diferencia abismal” entre la agitadora ultra, con cientos de miles de seguidores en redes sociales y proyección pública en el ámbito de la extrema derecha, y la víctima de la agresión sexual. “Estamos hablando de una persona especialmente vulnerable por tener 12 años”, dijo el letrado. También destacó que las secuelas “perduran” en la actualidad.

Cristina Seguí reconoció que dos menores fueron condenados por la agresión sexual grupal acaecida el 16 de mayo de 2022 en Burjassot. Y vino a escudarse en que creía que las chicas que aparecían en el video difundido no eran las víctimas de la agresión sexual. También dijo que no difundió ningún dato personal de las menores. La acusación particular tildó la estrategia de defensa de “huida hacia adelante” que “se contradice” con las pruebas. La acusada sólo eliminó el video a requerimiento de la Agencia Estatal de Protección de Datos.

La agitadora ultra colgó el video al día siguiente de la agresión sexual. Su mensaje en Twitter (actualmente X) se convirtió en 'trending topic'. Ese mismo día participó en el programa de Javier Negre (que, al menos, difuminó los rostros de las menores) y dijo: “Las feministas necesitan manadas para seguir justificando la malversación de dinero público”. La autodenominada “periodista” también dijo que había consultado con “fuentes policiales” para elaborar su supuesta información, que cuestionaba de plano el testimonio de la menor. “Violadores, según este video y la información que yo tengo, no son”, afirmó en conversación con Negre.

Por supuesto, todo era mentira. Dos menores fueron condenados el pasado mes de abril por la agresión sexual grupal, con una sentencia firme tras un pacto de conformidad por el que reconocieron los hechos. 

“Efectos devastadores”, según la fiscal

La acusada justificó su actuación por la “disonancia absoluta” que le causó que las menores comentaran la agresión sexual en un video efímero y privado de Instagram, en el que decían que saldrían en la televisión a consecuencia de las diligencias sobre la violación grupal. A Seguí el video le pareció “incompatible” con “niñas que han sufrido una agresión sexual”. Sin embargo, la psicóloga explicó en el juicio que “cuando hay un evento muy traumático o muy grave como es un caso de agresión sexual, el estrés afecta de manera muy diferente a las personas”.

La fiscal Susana Gisbert hizo hincapié en los “efectos devastadores” que tuvo la difusión del video y la “exposición pública” de la víctima propiciada por Cristina Seguí. “Ninguna persona puede difundir la imagen de una menor para exponerla públicamente”, recordó la representante del Ministerio Público. Además, Seguí lo hizo “sabiendo desde el primer momento que son menores”, apostilló.

“Espero y deseo que esté atendida por un profesional”, dijo la psicóloga del Instituto de Medicina Legal en el juicio.

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