El interventor de la Generalitat también denuncia irregularidades en Vaersa
La intervención de la Generalitat, el organismo encargado de controlar qué y cómo se gasta, denuncia en sus informes de 2011 y 2012 irregularidades en varios departamentos de la administración valenciana, incluida Vaersa, la empresa pública dedicada al medio ambiente.
Según los informes, facilitados por el Consell al PSPV-PSOE y difundidos por primera vez, Vaersa subcontrataba más del 50% de algunos trabajos encargados por la Generalitat, lo que va contra la normativa. Además, en algún contrato se echa en falta el preceptivo detalle presupuestario y una memoria del trabajo a desarrollar.
Vaersa está permanentemente en el ojo del huracán. Sus dos últimos directores, Enrique Simó, actual responsable, y su antecesor, Felipe Espinosa, fueron detenidos por el supuesto delito de malversación. Son sospechosos de contratar por cantidades exageradas asesoría jurídica a dedo o el pago de facturas infladas para, supuestamente, apropiarse o desviar dinero público. Ambos están en libertad con cargos.
Además, la Fiscalía Anticorrupción está investigando la gestión en la empresa de la Conselleria de Medio Ambiente bajo la dirección de Juan Cotino, actual presidente de las Corts Valencianes. La acusación pública ve indicios de un posible delito en el gasto de casi 1.5 millones en la compra y arrendamiento de vehículos todoterreno sin el preceptivo concurso público. Los coches fueron suministrados por una empresa vinculada con la trama Gürtel.
La empresa pública, que despidió a parte de su plantilla vía ERE, está en entredicho en varios frentes. Recientemente, el Tribunal Superior de Justicia consideró “ilegal” que sus empleados realizaran informes urbanísticos o medioambientales que debían haber sido hechos por funcionarios.
Irregularidades generales
En cualquier caso, las anomalías detectadas por los interventores de la Generalitat, que hacen su informe en base a la inspección aleatoria de expedientes o documentos, no se ciñen a Vaersa. Las remuneraciones a los médicos, detalles de la contratación de profesores o el uso de la caja fija –la partida destinada a gastos no presupuestados pero ordinarios, como taxis, dietas o materiales- también deja mucho que desear.