“Vamos a establecer unos criterios básicos de dieta mediterránea en comedores escolares, hospitales y residencias públicas”

Isaura Navarro fue nombrada secretaria autonómica de Salud Pública el pasado julio, al constituirse el segundo Gobierno del Botànic. Integrada en la Conselleria de Sanidad que dirige la socialista Ana Barceló, ha sido diputada de Compromís durante dos legislaturas en las Corts Valencianes, donde se ha acercado a los sectores sanitarios.

Navarro es defensora de un estilo de vida saludable y sostenible porque “lo que comemos y cómo lo comemos afecta a nuestra salud y al planeta” y aboga por que así quede reflejado en la legislación. Como diputada, fue la impulsora del impuesto a las bebidas azucaradas, una medida que acabó convirtiéndose solo en un estudio por la oposición de sus socios en el Gobierno. Ahora, con Unidas Podemos en el Ejecutivo, también partidarios de esta medida, el debate se reabre.

¿Cómo ha sido el aterrizaje en el departamento de Salud Pública?

El aterrizaje ha sido fácil. Durante cuatro años fui portavoz de Compromis en la comisión de Sanidad, así que las demandas de las entidades y el sector las conocía.

De todas las reivindicaciones del sector, ¿con qué van a empezar a trabajar?

Estamos trabajando en el ámbito de la alimentación saludable, una de las cuestiones que llevaba como portavoz. Es una necesidad cambiar los hábitos alimenticios y que desde la sanidad pública se impulsen mecanismos para garantizar un cambio de dieta que vuelva a la dieta mediterránea, se abandonen los procesados y los hábitos que multiplican la obesidad. La obesidad infantil ha sido catalogada por el Colegio de Dietistas y Nutricionistas como pandemia e implica el incremento de enfermedades en el futuro.

Estamos abordando un desarrollo del decreto 84 [El decreto 84/2018 es una norma del Consell de fomento de una alimentación saludable y sostenible en centros de la Generalitat] para establecer de manera normativa la exigencia de unos criterios básicos de dieta mediterránea en comedores escolares, centros de salud y residencias públicas. De esta forma se garantizan unos criterios de consumo de fruta, verdura, legumbres y productos integrales semanales.

¿Su departamento aboga por penalizar los alimentos poco saludables o por el fomento de los que son saludables? Por ejemplo, en el etiquetado, la publicidad y la educación.

Hay varios modelos de etiquetados que se basan en el perfil nutricional y es una exigencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es el ejemplo del semáforo: saludable (etiqueta verde), de consumo moderado (ámbar) y no saludable (rojo); es una reivindicación que en Compromís tenemos a nivel estatal, un etiquetado sencillo. El actual no da la información necesaria y es complejo, la gente no lo entiende y es perjudicial. Se están creando mecanismos como aplicaciones para que la gente tenga una información que se debería garantizar por ley. Del mismo modo, habría que prohibir la publicidad para niños en productos que afecten a su salud. En la ley de infancia autonómica se regula.

En línea con las medidas educativas ¿Piensan desarrollar alguna herramienta como estas apps, redefinir la pirámide alimentaria en las escuelas?apps

La pirámide se redefine en la Guía de Comedores Escolares de 2018, pero la realidad es que el cumplimiento no es una exigencia legal. Queremos trasladar lo que es saludable a exigencia legal para que todas las empresas que abastecen hospitales, colegios y residencias cumplan con los criterios de alimentación saludable de forma concreta. Incluso cómo deben de ser cocinados los alimentos; huyendo de los fritos, porque el método de cocción puede alterar lo saludable que sea un producto. Así se garantiza que desde la Administración luchamos contra la obesidad y se abastece de alimentos saludables. Queremos que los hábitos cambien, la educación debe ir acompañada de lo que se come; hay que ser conscientes de las implicaciones que tiene para el planeta aquello que comemos.

¿Ahora mismo, en los servicios públicos se da un ejemplo de alimentación saludable y sostenible?

Ahora mismo... no. Se han ido adaptando gracias a guías como estas, pero queda camino y es lo que vamos a hacer a través de las exigencias normativas. En el caso de los hospitales, el decreto va a concretar para que no dejemos a interpretación el concepto de alimentación sostenible.

Las empresas [que dan servicio] deberían estar dando cumplimiento a estas exigencias, pero como no lo están haciendo al 100%, la manera más adecuada es que sea una exigencia legal. El decreto establece exigencias básicas sobre cómo deben ser los menús en los hospitales, pero hemos de dar un paso más allá para garantizar que haya más productos integrales, menos procesados, más vegetales, legumbres... Los estudios que hace el Colegio de Dietistas y Nutricionistas evidencian que hay que dar esos pasos. Durante los últimos 20 años ha habido un retroceso; en la misma proporción en la que se ha ido abandonando la dieta mediterránea y aumentando el consumo de ultraprocesados ha ido aumentando la obesidad en la sociedad.

Entiendo que consideran la lucha contra la obesidad una prioridad en salud pública.

Sí. Es una necesidad para trabajar en prevención, siempre unida al aumento del deporte. A través de Xarxa Salud, hay una coordinación entre ayuntamientos y sanidad para incrementar la actividad física en personas mayores y lo estamos trabajando con los más pequeños.

Los hábitos de vida saludables están muy ligados a la educación ¿Qué otras iniciativas hay en este sentido?

Miles. Por ejemplo, el programa de educación sexual. Se lleva a todos los institutos que lo solicitan; en el caso de la pública es muy elevado, pero en la privada muy escaso y hemos de llegar a todo el alumnado. El programa garantiza una educación sexual y afectiva en libertad, fundamental para eliminar tabús, discriminaciones y que los jóvenes crezcan con conocimiento suficiente para enfrentarse a la sexualidad de manera libre.

En materia deportiva, como comentaba, estamos trabajando con Educación para incrementar el acceso a las barreras deportivas. Los problemas de obesidad están muy ligados a los estratos más bajos de la sociedad, también debido porque pueden acceder en menor medida a las actividades extraescolares. Me consta que Educación trabaja en ampliar el presupuesto para garantizar el acceso a actividades extraescolares. Dos horas de deporte a la semana son insuficientes y suelen cumplir quien tiene acceso a las extraescolares. El deporte, los hábitos de vida saludables, han de ser una parte importante de la educación.

Tengo entendido que el Consell tiene idea de incorporar la salud bucodental como parte de las prestaciones de la sanidad publica.

Estamos trabajando en que para las personas sin recursos y menores sea gratuita. Estamos estudiando cuáles serían las operaciones, evidentemente no las estéticas, pero sí las que tienen que ver con salud, que se notaría especialmente en los menores.

En las Corts Valencianes usted fue la principal impulsora de la tasa del azúcar, una medida muy polémica en el Gobierno del Botànic... 

Funciona en Reino Unido, Francia, Dinamarca... Todos los estudios indican su éxito y es una recomendación de la OMS. Es un impuesto que sería finalista, iría destinado a actividades de promoción de la salud. las bebidas azucaradas son principalmente perjudiciales para la salud. Al cuerpo le cuesta detectarlas, hacen más daño al organismo y el porcentaje de azúcar que contienen es disparatado, una dosis mucho mayor de la que se requiere para un día. Es un extra que al organismo le cuesta mucho digerir. El consumo se ha ido incrementando y se realiza de forma diaria en muchos menores. El impuesto es un mecanismo para luchar contra un producto insalubre, con una venta disparada y con unos beneficios en una curva ascendente. En Cataluña ha supuesto una disminución del consumo. También sirve para hacer una campaña clara que recuerde a la ciudadanía que ni debe consumirlos, ni es recomendable dárselo a los niños. Desde Compromís queremos que esté vigente lo antes posible, pero hace falta un consenso en los partidos del Botànic.

Dicen los detractores que es una fórmula que acabaría pagando el consumidor, que el mercado se autorregula y que podría repercutir en productos valencianos como la horchata.

La propuesta que presenté establece que se destine a productos que carecen de aporte alimenticio; la horchata sí lo tiene. El impuesto va al consumidor, que no debe consumir este tipo de productos, le alerta de que son perjudiciales para la salud, como el tabaco o el alcohol. 

¿Ha hablado de ello con las empresas?

Me reuní -como diputada- con la patronal, que discrepa de este impuesto. Pero su preocupación es mantener el nivel de negocio, no adoptar medidas que son necesarias para la salud, esa es mi preocupación como responsable de Salud Pública

Cada vez hay más empresas que se dedican a la alimentación saludable...

Creo que escuchan que hay gente más preocupada, precisamente porque hablamos de ello, tanto por la estética como por la salud. Según los colegios de nutricionistas, tienen más consultas estéticas que por salud, aunque detrás de la primera está la segunda. La gente ha de saber que cómo comas y cómo vivas afecta a su salud.

La conselleria impulsó un sello para las máquinas de vending que acredita la alimentación saludable ¿Les preocupa este sector?vending 

Cada vez hay más empresas que suministran productos saludables, pero tienen una batalla para evitar las medidas legales que suministren sus productos. También contra que se pongan fuentes de agua en los centros públicos. Uno de los aspectos a abordar en el desarrollo del decreto es el de las fuentes, se debe suministrar en los centros públicos sin tener que comprar botellas de plástico. En cuanto a los alimentos, hay unos límites y se hizo un estudio de evaluación de la oferta alimentaria y tenemos que hacer otro para ver su cumplimiento.

Nos preocupa que cerca de los centros educativos haya máquinas de vending con productos poco saludables. Queremos estudiar medidas para evitarlo porque no tiene sentido que controles el menú saludable en el centro y en la puerta te encuentres lo contrario.

Como las casas de apuestas...

Sí, seguimos la batalla contra el juego online. [En el momento de la entrevista, el president de la Generalitat anuncia que el viernes se aprueba el anteproyecto de ley del juego]. En las apuestas online tenemos menos margen, si la empresa está fuera de España... Pero en los espacios autonómicos podemos trabajar. Urge una ley del juego estatal para luchar contra el problema, para la sociedad está suponiendo un drama detrás de otro. Hemos detectado un aumento de los casos de suicidio desde los centros de tratamiento que están vinculados a las deudas que genera el juego. Hay que poner coto a los anuncios, no pueden vender menús de comida, servir alcohol... No son licencias para eso. Hay que establecer medidas de prevención y la conselleria está trabajando en un plan de adicciones, las que tienen sustancia y las que no.