El siete veces conseller de la Generalitat Valenciana Rafael Blasco Castany ha acabado su carrera política en prisión con dos condenas por el mal llamado caso Cooperación, en el que se juzgó el desvío de fondos para la ayuda a países en vías de desarrollo a la compra de inmuebles y a una trama cuyo cabecilla adquirió apartamentos de lujo y un yate. La primera fue de seis años entre rejas y ya la ha cumplido y la segunda de uno, con un más que cuestionable pacto con la Fiscalía Anticorrupción en el que no se ha garantizado la recuperación del dinero.
Pese a los siete años a la sombra, Blasco se ha salvado de la condena de soborno y los investigadores no han sido capaces de demostrar que tuviera dinero en el extranjero. Y eso que el juzgado de Instrucción número 21 abrió una investigación expresa para conocer si el político y su mujer, la exdirectora del IVAM Consuelo Ciscar, disponían de patrimonio en Estados Unidos, concretamente en Florida.
Cuando arreciaban las revelaciones de la trama de corrupción allá por 2010 y 2011, el todopoderoso político del PP en aquellos días siempre negó que hubiera viajado a Miami. De hecho, en esa época se descubrió que el empresario amigo del exconseller, Augusto César Tauroni, había adquirido dos apartamentos de lujo y un yate y abierto cuentas corrientes con abundante capital en la ciudad estadounidense.
Pero Blasco mentía. Siendo conseller de Cooperación, y cuando la trama corrupta desplegaba sus tentáculos por Miami con dinero público robado a ONG, viajó a esta ciudad. En concreto, del 29 al 31 de marzo de 2009. ¿Para qué? Se desconoce porque ni apareció en su agenda ni tenía ninguna excusa familiar como las que argumentaba para viajar al extranjero a visitar exposiciones de su hijo, el ahora también investigado Rablaci.
Este dato que demuestra la estancia de Blasco en Miami se ha podido conocer gracias a la investigación abierta a la exdirectora del IVAM por haber utilizado el museo para promocionar la carrera artística de Rablaci y por el que ambos acabarán sentados en el banquillo. Y es que fue una contratista del museo, la agencia de viajes Sakvitur, la que abonó los gastos para que el conseller de Solidaridad viajara a Miami y se alojara en el hotel Mandarín.
Esta intermediación permitió, primero, que no apareciera el encargo de Consuelo Císcar. Y segundo, que no quedara ningún registro público de pago con fondos públicos de un viaje privado del político. Pero no contaron con una nota manuscrita de una trabajadora de Sakvitur, quien apuntó: “Cambiar la reserva de Consuelo Ciscar... ayer nos llamó a la hora de la cena diciendo que el nombre del conseller no debe aparecer”.
Pero este es solo uno de los numerosos viajes que la familia Blasco-Ciscar realizaron a costa del IVAM y pagados por una contratista que posteriormente se lo cobraba al museo. Como ya se informó desde distintos medios, incluido eldiario.es, con dinero público se pagaron viajes privados a China, Venecia, Ibiza o Cuba para el político del PP, las hijas de Consuelo Císcar y hasta su nieta.
Hasta las amigas de la exdirectora del IVAM se beneficiaron de este robo de fondos públicos, como es el caso de una hija de un directivo de el diario El Mundo. El rotativo de Unidad Editorial imprimía la revista del museo Cuadernos del IVAM y Císcar cedía gratuitament el museo de arte moderno para fiestas de la revista Telva.