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Opinión - Feijóo entierra a Mazón. Por Esther Palomera

“El futuro se puede resumir así: menos diputación, más áreas metropolitanas”

La entrevista se produce antes de desatarse la primera crisis de gobierno municipal, protagonizada por València en Comú y cerrada con prontitud. El alcalde de Valencia, Joan Ribó (Manresa, 1947), nos recibe en su despacho después de atender el teléfono. Se nota que se está en plena elaboración de los presupuestos: el asesor en la materia sale de su despacho. Y entra de nuevo cuando se termina la entrevista. “Estoy muy contento con vuestra versión en valenciano”, indica nada más entramos. Transmite cercanía, calma y sinceridad. Aunque su rostro denota cansancio.

¿Cómo se ha encontrado el Ayuntamiento de Valencia? ¿Es tan nefasta la herencia, tal como criticaban en la oposición?

La herencia de la señora Barberá es muy nefasta. En especial, en apartados que nosotros ya denunciábamos en el 'Ritaleaks' o por comportamientos de enchufismo o nepotismo. Y también es muy nefasta por la mala gestión que se ha hecho durante estos años. Por ejemplo, la política sobre vivienda la hemos encontrado a cero, literalmente a cero. También hemos encontrado unas deudas impresionantes en el Ayuntamiento porque se malgastó y porque no se recaudó lo que se tenía que recaudar a la gente que tiene dinero, como se hace en cualquier otro consistorio. Eso nos ha obligado a equiparar la presión fiscal de las grandes superficies a la del resto de ciudades del Estado español.

¿En cuánto hipotecan su gestión estas deudas que dice haber encontrado?

Es muy fácil de cuantificar. La deuda al comenzar 2015 era del 93,5% del presupuesto. Una deuda impresionante que conlleva que el gasto financiero acote las inversiones del Ayuntamiento, que sean bajísímas. Y además, el estar en entes que están cargados de deuda nos ata aún más. En el consorcio hay 420 millones de euros de deuda que no sabemos como pagar. O la venida del AVE con 200 millones de deuda, cuya tercera parte también pesa sobre el Consistorio. Y hay otras que estaban escondidas, como es el caso del Palacio de Congresos, con un agujero muy hondo.

Entonces, con unos recursos impositivos limitados y sin una mejora de la financiación del Gobierno central a la ciudad de Valencia, ¿como pretenden pagar la deuda?

No lo sabemos bien. Pero hay aspectos que nos escandalizan. La llegada del AVE a las grandes ciudades la paga normalmente el Estado, pero aquí lo hace la ciudad. Cuando ves cómo se pagó la Expo en Zaragoza, la exposición universal de Sevilla o los Juegos Olímpicos de Barcelona, observas cómo siempre hay una aportación del Estado que aquí no se ha producido. Tenemos una queja muy seria por el menosprecio del nivel de inversiones a la ciudad de Valencia. Cuando analizas los Presupuestos Generales del Estado para 2016 ves que las inversiones en la ciudad son absolutamente ridículas. Valencia y la Comunitat Valenciana, como dice Ximo Puig, estamos olvidados por parte del Gobierno central. Y ya está bien.

Ha hablado de enchufismo, nepotismo... Usted en la oposición denunció varios casos y el Ayuntamiento fue registrado hace unos meses. En cambio, parece que aún no han levantado alfombras como prometieron...

Están saliendo cosas. Pero tenemos mucho trabajo y nuestra obsesión no es levantar alfombras a ver qué encontramos. Aunque nos vamos encontrado cosas por ahí, como cuando vamos a una fundación descubrimos enchufados, cuando vamos al Palacio de Congresos hay una deuda enorme... Nuestra obsesión no es perseguir a los que estaban. Ahora, si encontramos algo haremos lo que toca. Nuestro objetivo es que el Ayuntamiento funcione bien y vaya adelante. Nosotros no hemos venido por hacer ni de fiscales ni de jueces. Para eso ya están ellos.

Para evitar estas prácticas se prometió una agencia anticorrupción, un observatorio de contratos y una administración de cristal. Pero de momento no hay nada determinado.

Sí, sí que hay cosas. Alcaldía tiene una web donde aparecen registrados absolutamente todos los regalos. Y esto es importante, como el dar cuenta de todos los gastos del alcalde. Sí, no se ha puesto todo en marcha. Pero se debe decir que en la web, que queremos mejorar, se puede encontrar prácticamente toda la información económica relativa al Ayuntamiento. Ahora, también se debe saber interpretar la información, porque por ejemplo el PP demanda información que no sabe interpretar y dice cosas que no tienen que ver con la realidad, ya que nos culpan de un gasto que ellos mismos han firmado. Hay cosas muy surrealistas como estas. La oposición debe saber interpretar la información y no decir mentiras.

Continuamos con la herencia. ¿Por qué no se han podido remunicipalizar servicios como la grúa o la ORA? ¿Se podrán recuperar servicios durante estos cuatro años?

No es fácil. Estamos trabajando en esta dirección. Pero, de momento, estamos avanzando en una mejora del sistema de contratación, con cláusulas sociales, de forma articulada con la Generalitat. Queremos remunicipalizar servicios, pero hay contratos que se acaban de hacer y otros que tienen que hay que terminar para afrontar la municipalización. No es una cuestión olvidada, simplemente estamos esperando el momento adecuado para poderla afrontar. Y disponer de los recursos necesarios.

¿En cuatro años considera posible cumplir con su propósito?

Sí, en servicios como la grúa o la ORA que has comentado, sí. Lo queremos hacer por eficacia. ¿Cómo es más eficaz la grúa o la ORA? No es una cuestión baladí que en la mayoría de las ciudades de España sean municipales, ya que son servicios fundamentales para planificar la movilidad. Nuestra prioridad es avanzar en movilidad y para ello es necesario municipalizar. Pero no es nuestra obsesión la municipalización de servicios.

Se ha revertido el plan promovido por la exalcaldesa Rita Barberá para El Cabanyal. ¿En cuatro años podrá volver a ser digno el barrio?

Creo que sí. Las señalas emitidas son muy claras. Una de ellas es el plan firmado para rehabilitar cerca de 500 viviendas. Eso sí, el problema del barrio no es solo urbanístico, también social. Hay muchos problemas de marginación, de falta de vivienda o hasta de escolarización. Son problemas que se han creado deliberadamente para dividir, para romper el barrio. Queremos lograr un equilibrio en nuestro plan de acción entre las prioridades sociales y la dignificación del barrio. Estoy convencido que en unos años el Cabanyal será un barrio que se podrá asemejar al de Benimaclet.

En urbanismo también plantea tejer de huerta la ZAL. Sin embargo, ¿cómo lo hará si el Puerto no cede los terrenos a no ser que los compren “a precio de Manhattan”?

Lo fundamental es que no vamos a urbanizar una hectárea más de huerta. La ZAL, por desgracia, y así lo indican las sentencias del Supremo, se hizo fatal. Revertir a huerta es muy complicado, en especial, la parte más cercana al Puerto. A nosotros nos gustaría que una parte volviera serlo, pero es muy complejo. Me gustaría que La Punta volviera a teñirse de huerta, pero las cosas son muy difíciles cuando no dependen de ti. Aunque insisto: en urbanismo apostamos primero por la rehabilitación y después por la construcción dentro de la ciudad, como en el PAI del Grau.

¿Restringir la libertad horaria de los comercios y las zonas consideradas de gran afluencia turística no puede transmitir inseguridad jurídica a los inversores? ¿No puede ser negativo para el empleo?

No. Hay zonas con menos libertad horaria que tienen mucha afluencia de inversión, como en el País Vasco. Sueño con una Valencia donde su producción no sea solo camareros y vendedores. Tenemos que impulsar también el sector primario, la huerta. Dicho esto, conviene resaltar que la ciudad de Valencia tiene una densidad de grandes superficies muy elevada. Es muy importante proteger el pequeño comercio, si no puede suceder lo que ha ocurrido en Orriols. Y cuando un barrio pierde sus comercios, queda desierto. No se puede dar libertad a los que más pueden, porque entonces lo pueden todo. En Valencia no crean empleo, sino que trabajan en domingo y libran entre semana, con una difícil conciliación familiar. El modelo del shopping americano le gustará a quien sea, pero creo que hay modelos mediterráneos que hacen barrio y aumentan la calidad de vida de las personas.

Desde la izquierda siempre se ha defendido una Valencia metropolitana. Y usted propone una Valencia de un millón y medio de habitantes. ¿Qué plan tiene para llevarlo adelante? Necesita de la complicidad del resto de alcaldes...

Tenemos una convocatoria muy concreta como es la declaración institucional por una autoridad única de transporte a nivel metropolitano, que será el primer paso. El futuro se puede resumir en una frase: menos diputación, más áreas metropolitanas. En los sitios con pocos habitantes, mancomunidades. Donde hay mucha gente, áreas metropolitanas. Las divisiones reales que operan en la gente no son la provincia, una cosa de hace dos siglos. Son las áreas metropolitanas. Fue un error brutal del PP cerrar estas políticas metropolitanas. No pueden ocurrir cosas surrealistas como que las bicis de alquiler de Mislata y Valencia no se pueden enganchar. Tenemos que ir a una entidad metropolitana que gestione basura, movilidad, agua y territorio. Es urgente.

Vamos a la política, las elecciones mandan. Usted pertenece a los adheridos dentro de Compromís. ¿No parece un tanto contradictorio que su parte dé el visto bueno al acuerdo con Podemos cuando la militancia lo rechazó en votación?

No pertenezco a ningún partido. Como no pertenezco a ningún partido, tampoco quiero pertenecer al neopartido de Gent de Compromís. Y lo digo con claridad. En Compromís hay gente que estamos en Compromís y no queremos estar en otra estructura partidaria o semipartidaria. Y en estos momentos se está creando una estructura semipartidaria que se llama Gent de Compromís. Soy independiente de Gent de Compromís.

Es decir, no ve contradicción.

No voté en ese referéndum porque no me parecía coherente. Y no he ido a las asambleas porque soy un independiente, también, de Gent de Compromís. Quiero que esta opinión se respete, y que se haga también dentro de Gent de Compromís. Ese referéndum no me representa. Cuando haya uno de todo Compromís votaré.

¿Ir con Podemos a las generales era la única fórmula?

He defendido siempre que era muy importante ir con Podemos dentro de una plataforma amplia de izquierdas. Bueno, no quisiera menospreciar al PSPV-PSOE, porque aquí están trabajando muy bien, pero, de alguna forma, hacía falta una candidatura a la izquierda de los socialistas. En cada elección es muy importante elegir el instrumento. A unas elecciones estatales no podemos ir con un planteamiento exclusivamente valenciano. Tenemos que tener un grupo valenciano que mire por nuestros intereses, pero en las estatales las televisiones no miran a Valencia, y por eso hemos de tener un referente estatal. Aunque siempre en las coordenadas en las que se ha hecho en Galicia, Catalunya o Euskadi. Yo no soy independentista, pero a mi no me gusta este Estado que encorseta las libertades nacionales. Y repito: no soy independentista. Pero quiero defender a muerte las libertades nacionales porque soy ciudadano del mundo que habla en valenciano. España es el país más plural de Europa. Y el señor Rajoy y el señor Rivera lo deben entender.