José Luis Pérez Pont (Alicante, 1972) es el nuevo director del Consorcio de Museos. Crítico de arte, comisario de exposiciones y co-fundador de la revista de arte Makma -colaborador de eldiario.es-, fue durante años la oposición a la exdirectora del Consorcio primero y después del Institut Valencià d'Art Modern (IVAM), Consuelo Císcar, con la plataforma Ex-amics de l'IVAM. Con Císcar investigada por la justicia, Pérez Pont se ha convertido en el encargado de cambiar el rumbo del Consorcio. De imponer personalidad a cada sala. Y de enterrar el centralismo del ente. Es su gran reto: hacer más dinámico un ente desconocido a veces para el público.
¿Se ha encontrado alguna sorpresa en estas primeras semanas al frente del Consorcio de Museos?
Sorpresa propiamente, no. Sí, la necesidad de hacer cambios estructurales en el funcionamiento, en la forma de relacionarse con el exterior y de organizarse internamente. Estamos en un proceso de reformulación.
Usted fue muy crítico con la antigua gestión. ¿Va a impulsar una auditoría?
Sí, hay una auditoría en marcha por parte de la propia Generalitat Valenciana.
¿Teme que se pueda encontrar con irregularidades similares a las descubiertas en el IVAM?
No lo sé... Según la información verbal que yo recibo, el Consorcio está en una buena situación económica. Ahora, es lo que me dicen. La auditoría ya determinará el estado real de las cuentas.
¿Qué errores cometió la antigua dirección del ente museístico?
Hay una cuestión principal: una falta de ordenación de los usos a nivel de programación en todos los espacios. Creo que ha habido de todo en todas partes. Y eso me parece que no es bueno, ya que al pasar de todo en cada sala, éstas no adquieren una identidad propia, lo que confunde a la ciudadanía porque no sabe al final a qué sala tiene que ir para ver unas determinadas cosas. Teniendo en el Consorcio una red de salas y museos lo bastante rica y plural en toda la Comunidad Valenciana es lógico pensar que cada espacio se puede dedicar a cumplir con una función de la programación y la oferta cultural. Por ejemplo, los museos de Bellas Artes se deben dedicar a las épocas históricas que les corresponde o el Centro del Carmen a la cultura contemporánea.
Hay cierta confusión entre el ciudadano sobre qué abarca el Consorcio. Explique cuántas salas tiene y cuántas dependen directamente de él o si tienen autonomía para desarrollar sus propios proyectos.
Del Consorcio forman parte las tres diputaciones y los tres ayuntamientos de Alicante, Valencia y Castellón. También lo integra la Generalitat que aporta directamente la gestión del Centro del Carmen, la Gallera y los Baños del Almirante, todos ellos en Valencia. Luego, el resto de salas con las que colaboramos dependen de las diputaciones o de los ayuntamientos. No tenemos la gestión de esos espacios, ni hacemos la programación completa de esos lugares, pero acordamos con esas instituciones aportar una parte de la programación. En Alicante, está el Museo de Bellas Artes, el Museo Contemporáneo, las Cigarreras y la Lonja. Y en Castellón dotamos de contenido el Museo de Bellas Artes. Aunque en la convocatoria aparece siempre el Espai d'Art Contemporani, la gestión la realizan de forma autónoma, y, además, con acierto. Está también la Sala San Miguel y una nueva sala que, según me ha dicho la concejal de cultura de Castellón, con la que quieren que colaboremos. Y luego en Valencia, están los espacios que dependen del consistorio. Estamos a la espera de reunirnos con la concejal para ver a qué acuerdo llegamos con ellos, porque la concejal anterior estuvo sin hacer la aportación correspondiente de la cuota al Consorcio, por lo que durante estos últimos años no ha habido relación de contenidos.
Durante su presentación dijo que iba a dar un cambio de rumbo al ente. ¿Cuáles son las líneas rupturistas de su proyecto?
Los cambios principales son establecer criterios de profesionalización a todos los niveles; aplicar el manual de buenas prácticas estatal; el código de buenas prácticas autonómico; atender los parámetros del plan estratégico que se ha planteado desde la conselleria; y, en especial, dar voz y participación al sector. Estamos ya trabajando en convocatorias, un hecho insólito porque nunca la programación del Centro del Carmen había salido a concurso. Éstas van a cubrir de contenido este espacios y otros del ente consorciado. Desde el despacho solo se tomaran las directrices estratégicas. No pretendo ser yo el que programe, ni decidir qué artistas, cuando y en función de qué se exponga en las salas. Creo que es más adecuado que se realice a través de convocatorias con jurados independientes, que no decidir por juicios personales del director. Hay que romper con el personalismo.
¿Ha habido artistas marginados y otros predilectos en el Consorcio de Museos?
Sí. Al igual que comisarios. Hay gente que ha tenido varias, o incluso muchas oportunidades. Y gente que no ha tenido ninguna. Eso ha sido así en el Consorcio, aunque también fuera de él. Durante estos años varios artistas han tenido importantes publicaciones, y otros que no han expuesto durante diez o viente años en la Comunidad Valenciana. Desde luego, esto tiene que cambiar.
¿Esas razones de primar a unos en detrimento de otros eran ideológicas, de afección personal?
Lo desconozco.
¿Cómo va a llevar a cabo la descentralización hacia Alicante y Castellón anunciada?
Tuve una reunión este miércoles jamás celebrada con los directores de los Museos de Bellas Artes de Alicante, Valencia y Castellón para plantear la programación museística coordinada entre los tres, donde descubrí que nunca se había impulsado un proyecto conjunto entre los tres. Desde de aquí se decidía lo que debía exponerse en Alicante y Castellón sin más participación que informarles de que está exposición va a ir para allá. Todo eso va a cambiar desde el momento en que la decisión de que lo que se va a mostrar en esos museos no se va a tomar desde aquí. Para espacios con la Lonja o las Cigarreras se van a proveer de contenidos a través de las convocatorias fruto de sus necesidades y que sean ellos los que realicen las propuestas. Se ha acordado así con los diputados de cultura de Alicante y Castellón.
También anunció una reordenación de los espacios. ¿Cuál es su idea?
Vamos a tratar de racionalizar que en las salas no pase de todo. Los Museos de Bellas Artes se van a dedicar, evidentemente, a su cometido; el museo de Arte Contemporáneo de Alicante va a continuar con su línea, sin meter propuestas del Consorcio con calzador. En salas como la Lonja o Cigarreras se va a hacer aportaciones en su línea de apostar por el arte contemporáneo. La gran transformación la padecerá el centro del Carmen, que era el espacio más indefinido. Por eso, y en línea con lo descrito en el concurso para la dirección que estipulaba que se centrara en la cultura emergente, lo conduciremos hacia un centro de cultura contemporánea que también acogerá otras manifestaciones artísticas que están sucediendo hoy. La intención es que deje de ser un gran desconocido para la población. Y por eso, debe adquirir un compromiso con la escena contemporánea en sus diversas disciplinas. El pensamiento, la música, el microteatro, la literatura, entro otros, estarán presentes.
Uno de esos espacios, el Centre del Carmen, fue cedido del IVAM al Consorcio durante la época de Consuelo Císcar. ¿No tendría más sentido que se incorporara al museo?
Creo que el IVAM ya tiene su centro. Es cierto que han querido que este centro sea muchas cosas, como un museo del siglo XIX. Pero va a tener un estilo propio: será un centro de cultura contemporánea con una oferta distinta a la que cubre el IVAM, ya que este apuesta por un determinado período, estilo de creadores e iniciativas, o la que ofrece el Museo de Bellas Artes. El Centro del Carmen va a dar cabida y cobertura a artistas que no van a exponer en el Museo de Bellas Artes ni en el IVAM porque son de otro perfil. Va a haber un espacio destinado a artistas jóvenes, otro para artistas de media carrera, otra sala de revisión de trayectorias de artistas que no han tenido posibilidades de mostrar sus obras en los últimos años, y que ni siquiera tienen una publicación que recoja su trayectoria. También durante un año y a través de convocatoria un comisario o un equipo se encargará de llevar la programación de una sala, para que así se puedan realizar proyectos que de otra forma no se podrían impulsar. Va a ser un espacio de cultura viva y dinámica.
Usted ha afirmado que algunos artistas tuvieron una presencia “desmesurada”. ¿Cómo pretende garantizar la igualdad de oportunidades para todos sin perder la calidad y los rasgos de cada sala?
El acceso a lo expositivo va a ser a través de convocatorias, con jurados independientes ajenos a la institución. Estos se invitaran en cada ocasión. La intención es que cada vez se selecciona de una forma más rigurosa. Y entiendo que es la forma más adecuada para garantizar la igualdad de oportunidades. También, y en favor de la transparencia, tengo intención que en cada sala haya una nota que hago público el coste de cada exposición en todos sus conceptos. Y nunca he entendido, incluso cuando era comisario, que no se pudiera saber lo que cuesta un proyecto. Es importante que la gente sepa que la cultura no tiene precio, pero que cuesta dinero.
Durante años fue el azote de la gestión de Císcar al frente del IVAM. ¿Cree que la nueva dirección ha roto con las formas de gestionar de la exdirectora imputada?
Desconozco si lo ha hecho. Lo que me consta es que hay personas del anterior equipo que continúan en el IVAM. No me quiero entrometer con su gestión, pero me llama la atención que personas tan vinculadas con el equipo anterior sigan en la plantilla del museo. Creo que eso no es bueno para la pinacoteca.