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José Luís Villacañas: “Conforme Lluís Vives gana prestigio e influencia, la Inquisición va persiguiendo a su familia”

José Luis Villacañas, catedrático de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, vuelve a una institución que conoce bien. El filósofo se licenció en la Universitat de València y este martes presenta su biografía sobre Lluís Vives en La Nau, bajo la atenta mirada del humanista representado en la estatua central del claustro. “La presión inquisitorial es discreta en el tiempo y muchas veces coincide con la evolución de la obra de Vives”, explica Villacañas en una conversación telefónica con elDiario.es poco antes de la presentación de la biografía, editada por Taurus

Vives (Valencia, 1492 - Brujas, 1540) fue un humanista y filósofo de familia judía que recorrió los principales centros del saber de su época convirtiéndose en una referencia intelectual a pesar de la persecución a la que fue sometido a distancia. “Desde sus primeros escritos, Vives es critico con los dominicos y los frailes, que son los que dominan la Inquisición y que se lo hacen pagar”, declara el biógrafo. Además, coincide con la crisis de las germanías y cuya represión se encarniza especialmente con las familias judías: “Hay una dimensión de persecución religiosa y política por lo que representaban los Vives en la defensa de las instituciones valencianas”. 

Su padre fue condenado a muerte y quemado por la Inquisición en 1524 y en 1530 el cuerpo de su madre fue desenterrado y sus restos incinerados, 22 años después de su muerte. “Lo que constituye amarre fundamental de Vives al mundo mundo del humanismo centroeuropeo es ante todo la comunidad judía sefardita de Brujas, muy relevante y bien implantada, que le debe ayudar a desde la época en que era estudiante en París”, relata Villacañas. El humanista valenciano, como otros estudiantes de la Corona de Aragón, se forma en la Universidad de la Sorbonne de la capital francesa. 

“A partir de ese anclaje es cuando comienza a expandir su influencia o su presencia hacia los elementos del Gobierno de Bruselas y de la familia Austria, tanto de Carlos como su tía Margarita o su tía Juana”, defiende el biógrafo. Así, Vives se convertirá en el preceptor o maestro de la nobleza flamenca: “Con esa necesidad de conexiones entre la nobleza flamenca y las realidades hispanas, puede desarrollar una magnifica trayectoria de maestro de latín y de filosofía, necesaria para las aristocracias cortesanas”.

“Poco a poco va entrando en el laberinto, lo que hace que sea irreversible que vuelva a España y, conforme va ganando prestigio e influencias, la Inquisición va persiguiendo a los pobres e inocentes familiares”, sostiene Villacañas. “Esto hace que Vives que constituya su perfil intelectual apropiándose de manera definitiva de todo el saber humanista de la época”, agrega.

En 1523, fue elegido lector del Colegio de Corpus Christi y nombrado canciller del rey Enrique VIII de Inglaterra. Allí trabara amistad con el pensador Tomás Moro, que se convierte en “providencial” para Lluís Vives. Moro queda impresionado por las obras del filósofo valenciano y su “latín extraordinario”. “Esta consagración específica de Moro es lo que le da el espaldarazo y hace que sea invitado a Inglaterra, profesor en Oxford, preceptor de reina María y consejero de la reina Catalina”, explica Villacañas.

Tras alinearse con Moro en su oposición al divorcio de Enrique VIII y Catalina, denuncia la “pantomima jurídica” del proceso y “descubre la facilidad con que el poder utiliza a los humanistas”. “Se niega de modo valiente a ese juego y se queda en la más absoluta ruina, sin ayuda y con una vida de verdadera penuria económica, que sin embargo emplea para hacer filosofía de modo autónomo y libre”, apostilla el biógrafo.