El Ciclo de programación 'Nueva Escena Valenciana“, con el Sala Russafa ha dado cabida desde el 30 de enero a propuestas de compañías autóctonas de reciente creación, se cierra con una pieza de Kalicnicta Teatre.
Este grupo, integrado por 11 jóvenes actores, se ha creado a raíz de uno de los talleres de interpretación de postgrado de Sala Russafa, destinado a profesionales de las artes escénicas e impartido por Chema Cardeña, director del área docente del Centro Cultural.
Una formación de 7 meses en la que se tocaron diversas áreas y que tuvo como trabajo final El moro de Venecia (Otelo), montaje que formó parte del Festival de Talleres de Teatro Clásico de Sala Russafa la pasada temporada, siempre según un comunicado de la sala.
Gracias a la buena acogida del público, los estudiantes se decidieron a constituirse en compañía y a mover esta obra, que del 27 a 29 de marzo podrá verse de nuevo en el teatro de Ruzafa, antes de salir de gira a ciudades como Sagunto. Un reestreno que coincide con el Día Internacional del Teatro, que el centro cultural celebrará leyendo el manifiesto de 2015 por las Artes Escénicas, escrito por el director polaco Krzysztof Warlikowski.
Toni Lloréns, Jaime Vicedo, Eusebio Játiva, Azucena Abril, Lucía Abellán, Mª José Crespo, María Part, María Part, Fran de la Torre, María Poquet, Patricia Pérez y Sandra Perelló son el elenco de este novedoso acercamiento al texto de Shakespeare, dirigido por Cardeña, en el que se da especial relevancia a la expresión corporal y la danza.
Numerosas versiones, tanto en las óperas de Verdi y Rossini, como en el cine, de la mano de directores como Orson Welles (1952) , Oliver Parker (95) o Hammudi Al-Rahmoun en una película española de 2012, han popularizado esta tragedia shakesperiana. Sin embargo, Cardeña propone un montaje diferenciado, en el que, partiendo de la simbología animal, se recrea un mundo en el que dominan los instintos y emociones más primitivas. Un oso, un caballo o una serpiente, por ejemplo, inspiran la creación de personajes y se reflejan en el modo en que los actores dan vida a Desdémona, Otelo y al resto de personajes que interfieren en esta historia pasional, llena de manipulación e intrigas. Una potente historia, marcada por los celos y la codicia, dos de los sentimientos más irracionales y poderosos, capaces de animalizar a cualquier individuo.