El presidente de las Corts valencianas, Juan Cotino, ha afirmado este domingo que en la sociedad española actual existe “un creciente clima de animadversión” hacia la clase política, “alentado en muchas ocasiones desde determinados sectores de manera irresponsable”, y ha advertido de que “ese rechazo transformado en odio extremo puede terminar por abocar a la locura de apretar un gatillo contra alguien, como hemos visto esta semana con el asesinato de la presidenta de la Diputación de León”.
Cotino, en un artículo que publicado en su blog personal, constata que se está generando “un creciente rencor hacia las personas que ejercen la función pública a partir de acusaciones que calan en la sociedad, al margen de que algunas puedan tener base real y sean condenables”.
Al respecto, se pregunta “por qué ese odio, ese desear el mal” y “por qué existe el resentimiento entre seres iguales”. “¿Por qué el ser humano es capaz de odiar hasta tal extremo de querer quitar la vida al otro?”, se cuestiona.
Cotino señala que son preguntas a las que “desde el principio de la creación, el ser humano no ha encontrado la respuesta adecuada”. De hecho, recuerda que “es la misma pregunta que Dios le hizo a Caín y que viene reflejada en el Antiguo Testamento: ”¿por qué has matado a tu hermano Abel?“ El motivo de fondo eran los celos, la envidia y el odio a su hermano pero ¿por qué?, ¿qué consiguió?”.
Así, afirma que “hoy existe en la sociedad española un alto grado de crispación que se manifiesta no sólo con gritos en la calle en contra de los que ejercen la política, hábito muy extendido, sino una muy preocupante fobia antipolítica que se trasluce en amenazas a través de las redes sociales, en agresiones físicas, o en la extensión de otras formas de acoso”. “Les aseguro que no resulta agradable”, recalca.
En ese sentido, relata una anécdota personal y rememora que meses antes de ser asesinado Gregorio Ordoñez tuvo “la suerte” de almorzar con él en Valencia cuando era concejal de policía local. “Me habló de lo difícil que era ser político en el País Vasco y lo que tenía que aguantar diariamente él, su familia y muchos compañeros por su desacuerdo con los radicales”, recuerda cotino, que afirma: “Me impresionó lo que me dijo: ”estos odian, y cuando uno odia justifica hasta el matar“. ”Dos meses después, en enero de 1995, acudí a su entierro en San Sebastián“, señala.
Por ello, subraya que por “el camino del odio y de la crispación nunca se resuelven los problemas” ya que “todos somos iguales, aunque tengamos diferente ideología, y todos somos capaces de cometer errores y hasta horrores”. Por eso, “por ese camino de reconocer nuestros fallos y equivocaciones se avanza hacia adelante, mientras que por ”el camino del odio y el rencor lo único que se consigue es acabar en el precipicio“.