Una jueza absuelve de denuncia falsa al empresario que se querelló contra el exalcalde del PP de Polop por extorsionarle

E. P., un empresario que se querelló contra el exalcalde popular de Polop Juan Cano, ha sido absuelto de denuncia falsa. El empresario aseguraba en su querella que en 1996 pagó 30.000 euros a Cano para obtener la licencia de apertura de un hotel de 33 habitaciones y que, a partir de ese supuesto pago, el exalcalde y otros concejales acudían a su restaurante al menos dos veces por semana durante nueve meses.

Las facturas, según la versión del empresario nunca fueron abonadas. Desde entonces, aseguraba el hotelero, Cano inició una supuesta campaña de acoso contra el establecimiento que tuvo que cerrar en 1998. Cuando tres años más tarde obtuvo una licencia de ampliación para construir apartamentos turísticos, le llegó una notificación de una infracción anterior que impedía su apertura y Cano le pidió, según la querella, medio millón de euros bajo la amenaza de cerrar el hotel. El consistorio siguió exigiendo las multas, que sumaban casi un millón de euros, durante el mandato de la siguiente alcaldesa, la también popular María Dolores Zaragoza, por lo que la querella también se dirigía contra ella.

El procedimiento fue sobreseído y Cano, absuelto del asesinato de su antecesor en la alcaldía Alejandro Ponsoda (un crimen sin resolver), interpuso una denuncia por acusación y denuncia falsa contra el empresario que se querelló. La titular del Juzgado de lo Penal número 9 de Alicante ha absuelto al empresario al prevalecer la presunción de inocencia.

“Siguen los dos manifestando lo mismo y, por tanto, es difícil determinar si existió denuncia falsa o no porque el acusado hoy, querellante entonces, sigue diciendo que era cierto”, señala la sentencia. La jueza considera que “de lo actuado en la vista no se desprende prueba suficiente de cargo que permita desvirtuar el principio de presunción de inocencia” del empresario querellante. Aunque la magistrada reconoce que puede tratarse de una “conducta imprudente”, también señala que “no por ello se considera incardinada en el tipo penal imputado”.

El empresario declaró durante la vista oral que Cano “le estaba amargando la vida” y que con la querella “sólo quería anular las multas que eran injustas”. Cuando interpuso la querella, tenía pendientes multas de un millón de euros y “ya había perdido la casa y el hotel y su familia salió del pueblo para que les dejasen tranquilos”. Los hechos relatados en la querella “eran ciertos, no falsos”, agregó.

El exalcalde del PP, por su parte, arguyó que los hechos eran falsos y que en aquel momento “estaba siendo objeto de las cámaras por el asesinato del anterior alcalde”. Cano reconoció que el empresario tenía abiertos expedientes por no cumplir normas urbanísticas pero aseguró que se limitó a continuar unos trámites que ya existían antes de su toma de posesión. También negó que exigiera dinero para no cerrar el hotel y que no acudía al restaurante “de gratis”. “Sólo fue a la cena de nochevieja y en un par de ocasiones más, no fue más”, añadió. 

La querella, lamentó Cano, “agravó la situación de la otra imputación por asesinato [de su antecesor Alejandro Ponsoda]”, y además “el negocio de su mujer se resintió por la mala prensa”. “Las hijas las tuvo que mandar a Madrid por todos los que le acusaban falsamente de todos estos hechos”, dijo el expolítico el PP en el juicio oral. 

El Ministerio Fiscal consideraba que no había prueba suficiente para condenar al empresario querellante por denuncia falsa. La jueza concluye que el empresario “sigue manteniendo que los hechos (...) que dieron origen a la querella son ciertos y esto es de difícil prueba ya que el sobreseimiento del procedimiento se debió a que existían versiones opuestas pero no porque se acreditara que eran o no ciertos”. 

Al final, la batalla entre el empresario y el exalcalde del PP ha quedado en tablas.