El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunitat Valenciana ha anulado la operación urbanística que mutiló el edificio de Tabacalera en Valencia, uno de los mejores ejemplos de arquitectura española industrial de principios de siglo XX, y pudo generar importantes plusvalías para Guadalmedina, una empresa de Ballester, una de las constructoras valencianas más importantes durante la burbuja inmobiliaria.
Cuatro jueces del tribunal -el quinto magistrado ha emitido un voto particular- son contundentes a la hora de valorar el asunto, denunciado por el PSPV-PSOE como el “mayor pelotazo urbanístico” durante los 24 años de gobierno de Rita Barberá. Una “operación especulativa que pretende la obtención de importantes plusvalías a costa de bienes protegibles y protegidos”.
La operación Tabacalera se gestó en plena orgía inmobiliaria. En 2002, Guadalmedina compró a Altadis por siete millones de euros el 49% del edificio que la empresa utilizaba para producir cigarrillos. Ese mismo año, la empresa solicitó una permuta al Ayuntamiento de Valencia: el cambio de la fábrica por un solar municipal más centrico -en la Plaza América- y la construcción de dos edificios a espaldas de la edificación histórica.
La alcaldesa, Rita Barberá, aceptó. En 2005, tras las modificación del plan general de ordenación urbana y los permisos de la Generalitat, el ayuntamiento y Guadalmedina firmaron un convenio. La ciudad ganaba un edificio histórico que ahora ocupan 1.800 funcionarios y, según el PSOE, la constructora pegaba un pelotazo de 75 millones -las estimaciones han ido cambiando- gracias a la construcción de tres edificios en dos del las mejores zonas de la ciudad. Las ganancias de la empresa implicaban que la ciudad había enajenado su patrimonio a un precio inferior al de mercado, en aquella época en ebullición.
Salvem Tabacalera
El PSOE denunció el acuerdo pero Fiscalía archivó el caso. Sin embargo, el tesón de un movimiento cívico, Salvem Tabacalera, ha tenido frutos......10 años más tarde. Este movimiento cívico denunció que la operación era ilegal porque destrozaba parcialmente un complejo protegido, declarado Bien de Relevancia Local e indebidamente protegido por el Servicio de Patrimonio del consistorio.
El TSJ, en un fallo de 40 folios, establece que la permuta con Guadalmedina es ilegal y que Tabacalera nunca debió haberse amputado. Las dos naves laminadas para construir pisos y garajes, “no solo eran merecedores de protección, sino que además, estaban protegidos”. Y como “merece protección”, sigue la sentencia, “no es posible decisión alguna fundada en criterios de oportunidad, coyunturales o mercantilistas”.
Los jueces hacen un recorrido histórico por el complejo (primera piedra en 1905, construcción desde 1906, utilizado en la Exposición Regional de 1909 y la Nacional de 1910) para, tras apoyarse en varias informes periciales, concluir “la importancia cultural del edificio, por ser la muestra más importante de la arquitectura industrial de comienzos del siglo XX en Valencia”. “Su conservación y preservación se imponía como legado de nuestra historia industrial”, añade la sentencia.
No se impuso, lo que el alto tribunal valenciano censura sin tapujos. “La descatalogación, pérdida y demolición de las naves, se ha realizado contraviniendo el interés público de conservación de un conjunto industrial protegido y con el único objetivo de generar suelo para una operación especulativa, que pretende la obtención de importantes plusvalías a costa de bienes protegibles y protegidos, produciendo suelo donde no podía producirse y generado así un negocio edificatorio”.